Pablo Vázquez Vega

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Director de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA)
apunte personal sobre movilidad e inmigrantes

Apunte personal sobre movilidad e inmigrantes

Tengo que empezar por pedir ciertas disculpas, pues he pasado el día de ayer y las primeras horas de la mañana negociando con los sindicatos en Madrid la eventualidad de una huelga. Claro, que salir de una negociación laboral de este tipo para llegar a tiempo de oír a Emilio Lamo hablar del avance de la economía de mercado y el liberalismo, resulta un cambio de estado mental, como entrar a un mundo enteramente distinto, chocante, aunque, una vez repuesto de la sorpresa, vagamente familiar.
Nueva Revista

Los efectos de la inmigración en España

El retrato de la llegada de inmigrantes a nuestro país está ya bastante definido. Publicados ya los datos provisionales del censo antes del verano, contamos con la sexta oleada de datos sociodemográficos sobre los inmigrantes que han llegado, lo que nos permite conocer con bastante profundidad la magnitud del cambio. De esos datos hay dos lecciones que se pueden aprender: el tremendo beneficio que han supuesto para nuestro país y el fracaso, ya no sé si tremendo, de nuestro procedimiento de entrada de inmigración legal.La inmigración puede decirse ya que es, fuera de toda duda, el shock positivo más importante que ha tenido lugar en la economía española desde la unión monetaria. Está detrás de nuestro crecimiento económico, aunque no en la magnitud de las cifras que se han publicado recientemente, de la fortaleza de nuestra demanda interna y del consumo, pilares de este ciclo de buenas noticias, del mantenimiento del valor de la vivienda y del desarrollo de muchas empresas en España. La estrategia de muchas compañías en los noventa de salir al exterior, especialmente hacia mercados menos maduros como el Latinoamericano, se ha visto transformada por una vuelta al interés por el mercado interno, que presenta también altas rentabilidades. La inmigración ha dado también un respiro a la Seguridad Social, aunque ni mucho menos ha resuelto el problema, y ha mejorado sustancialmente los ingresos por impuestos (con una recaudación, por ejemplo, del IVA creciendo al 20% ) .La inmigración ha actuado en uno de los aspectos más positivos que estamos viviendo en esta etapa de ciclo económico: la incorporación de la mujer al mercado de trabajo. A falta de un sistema de guarderías y ayudas a la maternidad como tienen otros sistemas de bienestar europeos, la inmigración está siendo la red que permite a la mujer (porque las tareas del hogar siguen sin ser cosa de dos) desarrollarse profesionalmente. Nos preocupamos porque las mujeres entren en los consejos de administración sin subrayar que podrán hacerlo si cuentan con una persona, habitualmente inmigrante, que cuida a un familiar mayor, atiende a los niños o simplemente simplifica las tareas de un hogar. Este fenómeno, especialmente significativo en las ciudades, se ha visto acompañado en el campo por una presencia cada vez más numerosa de inmigrantes que ha detenido la despoblación y ha cubierto, de nuevo, los trabajos que abandonamos los nacionales: desde la agricultura hasta los médicos de pueblo.La inmigración no sólo presenta ventajas económicas, sino que ha supuesto una inyección de vida a nuestra sociedad. U n a sociedad que caminaba hacia un envejecimiento acelerado (estimaciones de Naciones Unidas a finales de los ochenta nos situaban en el país más envejecido del planeta para la primera mitad de este siglo), con lo que eso supone de falta de actitud emprendedora, de defensa del status quo, de rechazo a los cambios, se está viendo transformada por un colectivo que quiere comerse el mundo porque está sedienta de oportunidades. Pensemos por ejemplo, que en una ciudad como Madrid, uno de...
Nueva Revista

Aportación del sector sanitario a la España competitiva

La sanidad afecta al cuadro macro de la economía de nuestro país por cuatro vías. Por un lado, se trata de un relevante sector económico, que supone alrededor del 6% del PIB español y que da empleo a algunos cientos de miles de personas de forma directa e indirecta. En este sentido, la sanidad es una de las actividades que actúa como motor de crecimiento en las sociedades desarrolladas y que genera trabajos de alta cualificación, de esos que todos queremos tener en nuestros países. Desde esta perspectiva, lo que te interesa es que el sector sanitario, como cualquier otra actividad de servicios cualificada, se expanda y cada vez tenga un peso mayor en la economía del país. La única restricción a ese deseo, y esta es la segunda línea de afectación de la sanidad al cuadro macro, es quién paga. Como es bien conocido, la sanidad no es solo pública en el sentido de que la provisión sea —en la mayor parte de los casos— en centros de titularidad pública sino que es financiada —casi al 100%— por las Administraciones públicas. De hecho, es el gasto público por antonomasia; el más importante en el que tienes capacidad de tomar decisiones (el gasto en pensiones es algo mayor pero viene dado por una fórmula que no puedes cambiar sino es en perspectivas de muy largo plazo). Al ser el gasto público más importante, puede afectar muy directamente a la salud de las cuentas públicas y hacer descarrilar —como lo estamos viendo en estas fechas— las finanzas de cualquier comunidad autónoma. La financiación pública de la sanidad es un freno importante al crecimiento de este sector si quieres tener una Administración competitiva. El tercer lugar, la sanidad afecta al cuadro macro por una vía que es algo más sutil. La sanidad es, junto con las pensiones, el principal programa de redistribución de rentas y un elemento esencial de cohesión social. El hecho de que todos podamos tener acceso a la mejor sanidad (al menos, en teoría) independientemente de dónde vivas y de tu estatus social supone un importantísimo cemento social. Es una realidad a la que todos concedemos un gran valor y que da sentido a las renuncias que la vida en comunidad impone. Finalmente, la sanidad actúa como base que hace competitivas otras actividades. Por ejemplo, turistas alemanes vienen, con mayor frecuencia a España que a otros países, sobre todo si son mayores, porque saben que contamos con un buen sistema sanitario. Empresas y personas cualificadas deciden localizarse en España porque saben de la excelencia de nuestro sistema de salud. El objetivo de este artículo es analizar posibles medidas que se podrían acometer con el fin de mejorar el sistema sanitario en nuestro país y hacerlo aún más competitivo. Comenzamos con un mínimo diagnóstico (como es lo propio en este tema) de la situación actual antes de entrar en el detalle de las posibles reformas. Un breve diagnóstico Existen una serie de elementos que conforman la situación de nuestro sistema sanitario y que lo van...
Nueva Revista

La debilitación de la economía española

«La autorización administrativa para regular el empleo o la subvención para proteger a un sector amenazado por la competencia internacional son políticas del pasado, que resultan inefectivas y muy costosas. Sobre todo porque envían el mensaje erróneo: que lo de fuera es el enemigo cuando precisamente lo de fuera es lo que puede permitir la supervivencia de nuestro tejido productivo»

Un arma de campaña electoral: la sanidad

En estas elecciones estadounidenses se ha llevado a debate tanto el conflicto con Irak como la sanidad. La sanidad en EEUU es la mejor de todo el planeta y se caracteriza hoy por sus costes excesivos, disponibilidad limitada y desiguales niveles de calidad.

Nueva economía y políticas fiscales

La expresión «nueva economía» se ha abierto paso sin esfuerzo en el discurso actual, gracias al cálido recibimiento de los medios de comunicación. Pablo Vázquez explica diversos aspectos de este nuevo fenómeno y analiza la coherencia de los lugares comunes sobre la nueva economía y la globalización, prestando especial atención a la cuestiones de política fiscal.

Nueva Revista

Una Ley de Presupuestos envidiable

Cuando, en la madrugada del último día de plazo para la presentación de los Presupuestos Generales del Estado para el año 2000, las autoridades económicas fueron dando el visto bueno a la documentación preparada, pensarían probablemente que, al final —y como dice el adagio popular—, peor había sido pensarlo que pasarlo. Una legislatura donde el presupuesto había sido más que nunca la ley económica más importante, daba a su fin. Y en el último presupuesto, las cosas habían sido más fáciles de lo que cualquiera hubiera imaginado. Probablemente, y por eso de continuar con la economía-ficción que permite ciertas libertades, la plana mayor del Ministerio de Economía y Hacienda se encontraría esa mañana desayunando, después de la visita al Congreso, en el viejo edificio de Alcalá. Allí, con cierto aire nostálgico, como quien sabe que se acaba una etapa, se haría memoria de los cuatro presupuestos de la legislatura más larga. Desde el primero, donde había que aprender a mandar a golpe de recorte, pasando por los Presupuestos de 1998 —objeto del examen más importante de la economía española contemporánea— y terminado con los del 2000, que quieren ser broche de una época y preparación de la siguiente. ¿Por qué las cosas han sido más fáciles de lo que cabía esperar? Mucho habría que comentar sobre las capacidades de la sociedad española cuando se le permite que actúe. Sin quitar méritos a una gestión excepcional, que no se puede oscurecer atribuyendo las mejoras a la coyuntura económica internacional (que se lo cuenten si no a Italia o a Alemania), lo cierto es que la reacción de la sociedad a los estímulos del crecimiento ha sido mejor de lo que cualquiera hubiera esperado. El comportamiento de los salarios o la participación popular en la política de privatizaciones son algunas de las sorpresas más agradables de estos cuatro años. Se trata de un factor que no se debe minusvalorar. Italia, por continuar las comparaciones con los vecinos, trató de aplicar también el «círculo virtuoso» de cerrojazo fiscal y dar paso a la demanda interna, con escaso éxito, tan escaso que estuvo a punto de dejarles fuera del euro. Si a la buena gestión presupuestaria y al buen comportamiento de la sociedad, unimos la liberalización de los sectores (probablemente a un ritmo más lento del que gusta a los economistas, pero en definitiva liberalizaciones), la prima de riesgo positiva de nuestra incorporación al euro y una crisis internacional que nos ha afectado poco, y en gran medida de forma beneficiosa, como por ejemplo en el precio del petróleo (hasta hace poco), el resultado es un cuadro de mandos de la economía española con unos indicadores en una situación francamente envidiable. Como decía Martine Aubry, presentando a la Asamblea Francesa las cifras de empleo del tercer trimestre del año 1999, sólo hay un país en Europa que todavía está creando más empleo que Francia: España. Con estos mimbres resulta más sencillo elaborar un Presupuesto para el 2000 que aune el rigor fiscal (ya...

El debate sobre las 35 horas

El debate sobre las 35 horas, que parecía apagado en nuestro país, ha vuelto a tomar fuerza con las propuestas presentadas por algunas Comunidades Autónomas. Extremadura, Cataluña, Madrid y, finalmente, Andalucía han presentado para el próximo año disposiciones dirigidas a subvencionar la reducción de la jornada de trabajo en el sector público y, también ahora, en el sector privado.

Nuevas guerras de religión

Reseña literaria de "Neoliberalismo y Estado del Bienestar" por Vicenç Navarro.

Nueva Revista

La necesaria reforma del IRPF

La reforma fiscal sigue siendo una asignatura pendiente para los gobiernos de casi todos los países occidentales. La progresividad de los impuestos no ha producido los efectos redistributivos buscados. Urge una reforma del IRPF que mejore la redistribución de recursos a través de programas de gasto, y no de mayores impuestos.