Julio Pascual

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Los nacionalismos entre la historia y el mercado de votos

Los motivos electorales y la responsabilidad fiscal azuzan los fenómenos de vieja historia. Por Julio Pascual El presente ensayo tiene por objeto reflexionar sobre una de las manifestaciones actuales del fenómeno nacionalista. Me estoy refiriendo al nacionalismo, autonomismo o regionalismo, que aparece o se exacerba en nuestros días en ciertos estados, en que tuvieron en los comienzos de la edad moderna un origen plural, basado en la fusión de monarquías medievales, y que hoy aparecen dotados de un sistema democrático alcanzado tras un período relativamente largo de ejercicio autoritario del poder político. El paradigma bien puede ser la España democrática de nuestros días. Permítaseme, antes de profundizar en la realidad española de hoy, hacer una breve referencia histórica. España, a fines del siglo XV, cobró la forma de uno de los estados nacionales que habrían de caracterizar a la época, gracias a la unidad matrimonial entre la reina de Castilla y el rey de Aragón. Fue éste, sin embargo, un estado nacional en el que durante siglos persistieron importantes diferencias entre las dos Coronas, sobre todo en el campo del derecho y en el terreno administrativo. Es tras la muerte sin descendencia del último monarca de la Casa de Austria, Carlos II, cuando cambia esta situación de modo importante. Efectivamente, entonces tiene lugar una guerra de sucesión entre dos pretendientes, cada uno de ellos con una gran potencia como aliada: el Archiduque de Austria apoyado por Inglaterra y el nieto de Luis XIV de Francia, con el respaldo de este último. Por lo que afecta al asunto que ahora nos ocupa, el hecho fué que, grosso modo, Cataluña y parte de algunas regiones con Fueros terminaron del lado del Archiduque. Ganada la guerra por los partidarios del Borbón, la política de vencedor que Felipe V sigue es, en términos generales, la de uniformización, imponiendo los decretos de nueva planta con el propósito principal de igualar la legislación en todo el territorio español. Es cierto, en este sentido, que la política uniformizadora borbónica del siglo XVIII acabó aplanando regímenes jurídicos originarios y Fueros en España, y en ello radica la legitimidad de su reclamación. Por eso y desde entonces, siempre que en España se ha iniciado un proceso de apertura hacia la libertad política ha aparecido una y otra vez, recurrentemente, la cuestión de los nacionalismos y los Fueros sobre la mesa. Sucedió en la primera República, sucedió en la segunda y volvería a suceder en la nueva democracia española inaugurada en junio de 1977. Pero, con todo, el fenómeno nacionalista o regionalista, que podría haberse manifestado de manera natural en el ámbito de la antigua Corona de Aragón, no ha tenido allí, por lo general, expresiones dramáticas. El paso de siglos de convivencia nacional acabó por cauterizar los sentimientos históricos diferenciales, parecía que de manera definitiva hasta mediados del siglo pasado. La cultura romántica y el desarrollo de la burguesía catalana en la segunda mitad del XIX, sin embargo, exacerbaron entonces el nacioLas guerras carlistas del siglo XIX, la tendencia a...