José Luis Pérez de Ayala

Jesús Huerta de Soto es un brillante profesor universitario de Economía Política. Tiene una amplia formación humanística y una personalidad dinámica; ardiente y confesado -así como sólido- defensor del liberalismo económico, milita -también confesadamente- en las filas de los economistas seguidores de la Escuela Austríaca -en general- y de Mises y Hayek -en particular- cuya difícil y extensa obra conoce perfectamente. No es de extrañar, pues, que en el libro que nos disponemos a reseñar combine todas estas cualidades -pues cualidades son sin dudaincluida su visión dinámica personal, ya apuntada, de la vida y de la economía. El argumento del libro -muy rigorosamente y pulcramente escrito- presenta varios frentes, me atrevería a decir que es polifacético, en el sentido literal del término. 1.- Su punto de partida es un análisis metodológico penetrante de los problemas que presenta aplicar el cálculo económico fuera de los parámetros monetarios y reales de la economía de mercado: el cálculo económico ha de hacerse en el marco de la incertidumbre, elemento inseparable de las actividades humanas en el tiempo y en la sociedad. Y que requiere, por ello, contar, al menos, con los indicadores, esencialmente dinámicos y cambiantes, de los precios de mercado, como haremos del día a día, que permiten, sí, hacer previsiones de ingresos, beneficios y costes, así como reajustarlos en función de la evolución de la coyuntura económica; esta última siempre cambiante y que necesita ser constantemente anticipada por el empresario, cuya función, la función empresarial, es el tema muy brillante, original y creativamente expuesto, del capítulo segundo de la obra que comentamos. El carácter esencialmente dinámico, incierto, anticipador, del cálculo económico en la economía de mercado, a través de la función empresarial, conduce al profesor Huerta de Soto a formular una crítica muy rigurosa de la teoría económica convencional -que rechaza- con sus esquemas estáticos, en los que se presupone la perfecta previsión, el completo conocimiento, y carácter dado de las funciones y de las variables básicas, por ejemplo, relativas a la demanda, el coste, el ingreso, el beneficio, cuyo cálculo se puede, entonces, resolver como problema de máximos y mínimos a través del cálculo diferencial. Bella solución formalmente, pero irreal y simplificadora. Por otra parte, no oculta, sino que destaca con brillantez el autor, que esos modelos convencionales, al uso, de los economistas, se construyen a menudo sobre variables subjetivas, tales como la utilidad, o el bienestar personal, de imposible medición. No es de sorprender, pues, que, sobre estas premisas, se aborde, a partir del capítulo tercero, con una gran solidez, vasta erudición y mediante rico y fundado instrumental científico, el tema que constituye el núcleo central del libro: la imposibilidad de aplicar el cálculo económico en las economías planificadas socialistas, primero en las de socialismo real, pero, además, y también, en las llamadas de socialismo de mercado. En esta crítica, el autor pasa revista, de modo completo y exhaustivo, a todas las aportaciones teóricas que han tratado de fundar el socialismo sobre el cálculo económico. Desde Marx, pasando por Barone,...