Gonzalo León

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Vicerrector de Investigación. Universidad Politécnica de (UPM)

Formación y reclutamiento del talento

Este artículo analiza el contexto del acceso a recursos humanos especializados y la formación continua en relación con la transformación del puesto de trabajo derivada de la adopción de nuevas tecnologías y de los consiguientes cambios organizativos. Tras una revisión del papel de las nuevas tecnologías, se extraen algunas conclusiones de interés para España.
Nueva Revista

Evolución de la política de I+D e innovación en la UE. Consecuencias y oportunidades para España

LAS POLÍTICAS DE INVESTIGACIÓN E INNOVACIÓN EN LA UE El reconocimiento de que Europa no puede competir a nivel mundial sino es en el valor añadido de sus productos, bienes y servicios, es decir, explotando el conocimiento generado, ha sido una constante desde el año 2000, en el que se puso en marcha la denominada «Estrategia de Lisboa». Su objetivo básico en el año 2000: «Hacer de Europa la economía basada en el conocimiento más próspera y dinámica del mundo en 2010 capaz de generar un crecimiento económico sostenido con más y mejores trabajos y mayor cohesión social», sigue siendo un objetivo en el día de hoy. Por políticas basadas en el conocimiento se incluyen tanto las específicas de apoyo a la I+D (ya sea económicamente o mediante cambios regulatorios en el marco de actuación) como las de innovación que favorezcan la aparición de nuevos productos y servicios, acortando el tiempo existente con la actividad de I+D y fomentando el emprendimiento empresarial, y la de reforma de la educación superior íntimamente ligada a las anteriores. El concepto de «triángulo del conocimiento» (ver figura 1) ejemplifica esta idea de interacción estrecha entre la investigación, la educación superior y la innovación que no siempre han estado alineadas ni apoyadas sistemáticamente por las políticas públicas. El elemento fundamental que se pretendía poner en marcha con la Estrategia de Lisboa era la construcción del Espacio Europeo de Investigación (EEI) (COM, 2000) entendido como un «mercado común del conocimiento» en el que ideas e investigadores pudieran desplazarse libremente por el conjunto de la Unión, favoreciendo la cooperación intraeuropea en la generación de nuevo conocimiento. Este objetivo ha alcanzado el máximo nivel posible de importancia política con la incorporación de un artículo específico relativo a la construcción del EEI en el Tratado de Funcionamiento de la UE (TFUE, 2010). Figura 1. El Triángulo del conocimiento Estos años, y sobre todo la última década, se han caracterizado también por un fenómeno de globalización que no se ha detenido en el acceso a mercados a nivel mundial, lo que en el fondo no es novedoso, sino en que el acceso al conocimiento y a la tecnología también se ha globalizado. Este proceso está haciendo que la UE, junto a EEUU y Japón, hayan dejado de ser el referente casi único para la generación de nuevo conocimiento científico y tecnológico, sino que nuevos actores han emergido con fuerza. El actual Séptimo Programa Marco de I+D (2007-2013) (VII PM, 2006) orientó sus prioridades temáticas, normas de participación e instrumentos de financiación hacia los objetivos de construcción del EEI. Este proceso se vio, además, acompañado de un cambio sustancial en las prioridades de los fondos estructurales que se reorientaron hacia un mayor esfuerzo en innovación y en infraestructuras científicas y tecnológicas en el caso del FEDER, y en la formación de investigadores en el caso del Fondo Social Europeo (FSE). Es cierto que los objetivos cualitativos en torno a la creación efectiva del EEI distan mucho de haberse logrado; por ejemplo, persisten las barreras a la movilidad...