Francisco Marcos Marín

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De lenguas y fronteras, el espanglish y el portuñol

El desarrollo de la Sociedad de la Información hace posible que los conceptos tradicionales de la Lingüística se recubran de nuevos contenidos y que hechos históricamente bien conocidos adquieran nuevas dimensiones, con su carga incógnita, al mismo tiempo que se introducen factores nuevos que pueden adquirir, observa Francisco Marcos Marín, un peso superior a los elementos analizados habitualmente.

El español y la red

Francisco Marcos expone una serie de cuestiones básicas que deben ser consideradas a la hora de plantearse la relación entre el español y la red. Más allá de los problemas de la representación gráfica como, por ejemplo, la eñe, y de las referencias permanentes a ellos en las discusiones sobre la lengua en las listas de la red, hay aspectos serios, lingüísticos o no, que deben ser analizados. Para ello disponemos ya de estudios de carácter científico, relativos a las actividades de la agencia EFE y a las páginas especializadas de los grandes diarios del mundo hispánico, especialmente las de La Nación de Buenos Aires y las del Anuario 2000 del Instituto Cervantes. 

El español en Internet

Lingüísticamente, Internet es una red en inglés; pero no solo en inglés: sus posibilidades amplían el uso lingüístico tanto como el cine sonoro amplió las del cine mudo. Un usuario de un servicio a través de Internet puede elegir, sin ninguna dificultad técnica, la lengua en la que quiere ser servido o de la que quiere servirse. El mercado lingüístico se abrirá doblemente: ciertas lenguas pequeñas pagarán por estar presentes; otras, las internacionales, serán lenguas de los consumidores. La cuestión es quiénes serán los productores en esa lengua: ¿Nos limitaremos los hispanoamericanos a ser espectadores pasivos y consumidores o seremos capaces de desarrollar nuestra propia industria del idioma en el nuevo mercado?