Ana Marta González

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Directora de la línea de Culture and Lifestyles, social trends institute. Universidad de Navarra.
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Un fantasma recorre la Academia: evaluación

¿Es coherente con el espíritu universitario la nueva «mentalidad evaluadora» que trata de medir el nivel científico de los docentes y las facultades? Ana Marta González, profesora de la Universidad de Navarra, considera preocupante que cierta metodología, típica del management empresarial, haya calado también en el control de calidad al que se somete la universidad y su claustro.
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Género sin ideología

En ciertos ambientes que cabe calificar de «socialmente conservadores» se ha hecho habitual el mirar con sospecha la palabra «género», cuyo origen y desarrollo se asocia, con razón, a ambientes «socialmente progresistas.
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Aspirando a la ley natural

La renovación de la doctrina de la ley natural se explica tanto por razones académicas como por razones coyunturales. Entre las primeras cabe mencionar la recuperación de la razón práctica iniciada en los años setenta, especialmente de la mano de Aristóteles y Kant. En un contexto así, no es extraño que hayan proliferado también los estudios sobre la doctrina tomista de la ley natural, pues, tanto histórica como sistemáticamente, Tomás de Aquino ocupa un lugar intermedio entre ambos autores. Sin embargo, en la recuperación de la ley natural también se registra un creciente interés por las diversas tradiciones protestantes de ley natural del siglo XVII. El interés no es sólo erudito: comprender los motivos y problemas que llevaron a la formulación de las doctrinas modernas de la ley natural, es el punto de referencia ineludible para comprender los retos del presente. A q u í enlazamos con las razones coyunturales que explican el contemporáneo resurgir de la ley natural: el pluralismo social.EL RETO DEL PLURALISMOComo es sabido, las doctrinas modernas de la ley natural se plantearon sobre la experiencia de las guerras de religión. De ahí que Grocio se propusiera expresamente la elaboración de un derecho natural etsi Deus non daretur. Sobre esa base se desarrollará una filosofía moral que tratará de abstraer los presupuestos religiosos — si bien, la primera teoría ética enteramente «secular» no aparece hasta Hume—.Pero, más allá de las diferencias religiosas, Grocio trabajaba sobre una hipótesis antropológica, luego recogida por Kant en una frase feliz: «La insociable sociabilidad de los hombres». La sociedad humana no es un fruto simplemente natural: junto a tendencias sociales persisten tendencias individualizadoras.La vida en común es, en efecto, un reto. Y ese reto se ha agudizado en nuestros días, no tanto debido al creciente pluralismo religioso, sino, más en general, porque nuestras sociedades modernas son sociedades altamente diferenciadas, sometidas desde hace tiempo a agudos procesos de individualización y diversificación cultural, que podrían debilitar en exceso la necesaria cohesión social.En este contexto se plantea de nuevo la cuestión de fortalecer aquello que tenemos en común, más allá de las diferencias, y de ahí la oportunidad del recurso a la ley natural. A l mismo tiempo, este recurso se enfrenta a varias objeciones: tanto de tipo filosófico —las referidas a la «falacia naturalista»—, como otras más cercanas a la vida cotidiana.La primera de estas últimas tiene que ver con la resistencia del hombre contemporáneo a plantear la vida ética desde el concepto de ley: a esta objeción le podemos llamar «objeción existencial».La segunda se hace eco del escepticismo que rodea, en general, a toda propuesta ética excesivamente racional o abstracta, insensible a la diversidad cultural en la que de hecho se materializa la existencia humana: a esta objeción le podemos llamar «objeción cultural».La tercera, algo más teórica, pero con indudables repercusiones prácticas, argumenta que en el contexto de sociedades plurales altamente secularizadas, como las nuestras, la apelación a la ley natural carece de fuerza.Me parece obvio que esta última objeción descansa en...