Cesta
Tu cesta está vacía, pero puedes añadir alguna de nuestras revistas o suscripciones.
Ver productosHan surgido nuevos poetas jóvenes, que, contra toda tradición, se han convertido en un éxito de ventas. Una nueva poesía y con público, ese hecho inédito, ha despertado el interés de Nueva Revista, que ha estudiado el fenómeno y ofrece una pequeña antología.
12 de marzo de 2018 - 5min.
De los jóvenes poetas superventas es muy fácil hablar muy mal y muy fácil hablar muy bien y, en ambos casos, se estará en lo cierto, aunque no en lo certero. Es verdad que podemos embobarnos con que han logrado la hazaña de romper la maldición comercial de la poesía, aquella que llevó a Gustavo Adolfo Bécquer, padre fundador de la poesía española moderna, a suspirar que una oda solo es buena de un billete de banco al dorso escrita. Pero también podemos enervarnos porque, a menudo, para escribir sus versos, se limitan a «escribir un lema viral y darle al enter a media frase», como diagnosticó el periodista Cristian Campos en Vanity Fair, o despliegan estratégicamente una «demagogia sentimental», como notó el joven poeta Constantino Molina, Premio Adonáis 2014. Lo difícil es encontrar un punto medio que no sea ni equidistante ni condescendiente, sino justo y clarificador.
Dificultad que crece porque ese justo medio de valoración no está inmóvil, sino en permanente evolución y según criterios relativos. La primera relatividad la introduce sabiamente Luis Alberto de Cuenca. Les llama, con la inteligencia para el nombre exacto de las cosas que solo puede tener un poeta, «parapoetas», recordando la existencia paralela de otros jóvenes que escriben poesía mucho más canónica. Esto no debería sorprendernos. Es una constante de la poesía de todos los tiempos que entronca, a través de los siglos, con los viejos y enfrentados mester de clerecía y mester de juglaría, revitalizada, en los últimos tiempos, por la contracultura y los cantautores.
Otra evolución que hay que ponderar es la de sus muchos lectores. Estos parapoetas, que usan como nadie las redes sociales y vienen del mundo (con tanto eco) de la canción, se han ganado un público. Las editoriales lo han visto y aprovechado, desde las pioneras Frida Ediciones, Bartleby o El Gaviero hasta EspasaEsPoesía o Verso&-Cuento de Aguilar, que ejemplifican el legítimo interés en el fenómeno de los grandes sellos. La evolución decisiva, con todo, es la que habrán de tener los propios escritores. Entre autores como Marwan, Elvira Sastre, Irene G. Punto, Isasaweis, Defreds, Rayden, Diego Ojeda, María Cabañas o Luis Ramiro, se atisban signos de esperanza. Enumeremos cinco:
No fiamos todo al futuro. En el presente, consiguen versos a menudo de auténtica poesía (estos, por ejemplo, de Luis Ramiro: «Buscar a Moby Dick en cada charco», «La noche cuando llueve duele menos», «Juré olvidarte pronto. No he podido» o «Tu juego preferido es ignorarme») y un puñado de poemas que lo son sin etiquetas. Ofrecemos una pequeña antología que, en la página web de Nueva Revista, irá acompañada de canciones o recitaciones. No quisiéramos que fuesen una foto fija de un grupo en continuo movimiento, sino una invitación a seguir,
atentos, tantas evoluciones como les esperamos.
Mi corazón se va de su sitio,
se desplaza a la derecha,
salva la clavícula en dirección al hombro
se desliza por el brazo hasta la mano
que lo cede al bolígrafo.
Desde allí se lanza al vacío de la hoja,
arrastra sus pies por la página
y se convierte en este poema
[Todos mis futuros son contigo, Planeta, 2015]
Todos los gurús espirituales
los maestros de educación sentimental
los psicólogos que hablan de no anclarse a nadie
los místicos que promulgan el camino de la
[autosanación]
aquellos que miran por tu crecimiento personal
los expertos en autoestima
los que recomiendan ser fuerte
y depender solo de uno mismo.
Tienen razón,
pero yo soy más feliz cuando tú me miras.
[La triste historia de tu cuerpo sobre el mío, Frida Ediciones, 2016]
Aqunue las lertas etsén mal,
solo nsecetias la preimra
y la útilma ltrea praa leer su sainigficdo
y coerpmndelro todo.
Enetxactame iugal que en el aomr.
Todo iba bien
hasta la primera vez que
ella me hizo daño.
Entonces supe,
irremediablemente,
que había
empezado
a quererla
de verdad.
[Te amo como nunca quise a nadie, Frida Ediciones, 2014]
* * *
El AMOR que no madura, se AMORfa,
le crecen manos y AMORdaza,
se muerde la lengua hasta que AMARga.Te transforma
y muta en AMEnaza,
el AMOR que madura
se AMArra,
provoca risas y AMEniza,
es punto de apoyo
y AMORtigua,
el mayor tesoro y se AMORtiza.Que (te) (AMO) nunca se conviertan
en las piezas que le faltan a
(te)rmin(AMO)s
[Terminamos Y Otros Poemas Sin Terminar, Espasa, 2016]
* * *
Si
vuelves,que
sea
de
otra
formaque
seas
parasiempre
[Siempre donde quieras, Espasa, 2015]