El futuro de la educación superior: crear un mundo en el que merezca la pena vivir

Con la mirada puesta en el futuro de la educación, la Universidad Charles Sturt se compromete a integrar tecnologías innovadoras y enfoques progresistas en su formación, sin descuidar el fomento de una cultura del respeto y la sabiduría

Foto: Charles Sturt University Bathurst campus. CC Wikimedia Commons / Content Charles Sturt
Faith Valencia Forrester

 Faith Valencia Forrester. Directora académica del área de Aprendizaje Integrado en el Trabajo de la Universidad Charles Sturt (Australia).

Avance

«Yindyamarra winhanganha» es un dicho del pueblo Wiradjuri. Con él, estos aborígenes australianos se refieren a la sabiduría propia de quien, movido por el respeto, conoce cómo vivir bien en un mundo en el que merece la pena vivir. Este es uno de los objetivos de la Universidad Charles Sturt, que ha apostado por un modelo de educación híbrida con el objetivo no solo de facilitar un aprendizaje flexible y dinámico, sino también de permitir que sus alumnos establezcan lazos más allá del mundo universitario, entrando en contacto con organizaciones, industrias y agentes sociales. Para ello, uno de los pilares de su proyecto educativo es el desarrollo de destrezas prácticas necesarias para la futura trayectoria laboral de los estudiantes. Los medios para lograrlo son varios: trabajos de campo, aprendizaje integrado en el trabajo y acuerdos de colaboración con empresas y organismos.

A través de los testimonios de personas que forman parte de Charles Sturt, el artículo recorre algunos de los aspectos que configuran su modelo educativo. Expone cómo recurren a la inteligencia artificial para diseñar escenarios laborales realistas que los alumnos encontrarán en sus futuras carreras, con el objetivo de aumentar sus posibilidades en el mercado laboral. Explica cómo distintas empresas e instituciones colaboran en los proyectos de impacto social que los estudiantes desarrollan en torno a cuestiones como el sinhogarismo, la salud mental, la inclusión social, la discapacidad y el medio ambiente, lo que les permite una aplicación relevante de sus conocimientos. Se mencionan también los modelos de innovación industrial que actúan como espacios de experimentación y puesta a prueba para los alumnos, y de generación de ideas y de comercialización para las entidades colaboradoras.

El claro enfoque laboral con el que la Universidad Charles Sturt plantea su modelo educativo le lleva a mantener el contacto con sus alumnos una vez graduados. Esto no solo revierte en las perspectivas del estudiante, que sale al mercado laboral manteniendo el vínculo con su alma mater, sino también en el propio proyecto de la universidad, que se enriquece con la colaboración y experiencia de nuevos profesionales, lo que le permite seguir proporcionando una educación en contacto con la sociedad.

ArtÍculo

Conforme el panorama de la educación superior sigue evolucionando, las instituciones educativas van adoptando con cada vez más frecuencia un modelo híbrido que combina la formación presencial con la digital. La universidad australiana Charles Sturt, cuyos alumnos pertenecen mayoritariamente a la opción en línea, está a la vanguardia de esta transformación. Charles Sturt, que lidera la clasificación de universidades en cuanto a obtención de empleo entre sus recién graduados[1], pone en práctica estrategias progresistas para mejorar los resultados académicos. Una de sus principales finalidades es lograr la implicación de la industria y la comunidad. Este artículo analiza el enfoque adoptado por la universidad Charles Sturt, que fusiona la tecnología de vanguardia con el aprendizaje tradicional, con el propósito de crear una experiencia educativa flexible y dinámica.

Charles Sturt se plantea la educación híbrida desde una perspectiva que garantiza a los estudiantes todas las ventajas, en cuanto a comodidad y accesibilidad, del aprendizaje online, con la riqueza e interacción propias de las clases presenciales. Este entorno colaborativo fomenta que los alumnos establezcan vínculos con la industria, sus compañeros y con el profesorado, tanto de manera virtual como física, lo que da lugar a una comunidad en la que prevalecen el apoyo mutuo y la innovación.

El pueblo Wiradjuri tiene un dicho, «yindyamarra winhanganha», que se traduciría como «la sabiduría de conocer la forma de vivir bien y respetuosamente en un mundo en el que merece la pena vivir». Es un concepto muy enraizado en la tradición indígena australiana, que coincide con el propósito de Charles Sturt de cultivar e intercambiar sabiduría para mejorar el mundo. Para todos los estudiantes, tanto nacionales como internacionales, la universidad enfatiza el hecho de que todos estamos profundamente conectados con el territorio y los pueblos de nuestras regiones, con el objetivo de formar individuos progresistas y holísticos dispuestos a hacer que sus respectivas comunidades prosperen. Con la mirada puesta en el futuro de la educación, esta universidad se compromete a integrar tecnologías innovadoras y enfoques progresistas en su formación, sin descuidar el fomento de una cultura del respeto y la sabiduría.

Un modelo educativo híbrido

El modelo híbrido de la universidad Charles Sturt se caracteriza por su integración de la formación presencial y a distancia. Dado que los estudiantes se distribuyen no solo entre las distintas regiones de Australia sino también por el resto del mundo, las clases se ofrecen tanto en formato en línea como físico, lo que crea un entorno de aprendizaje flexible, accesible y atractivo. Lo más innovador de este modelo es su énfasis en el desarrollo de destrezas prácticas del mundo real, que se incorporan al plan de estudios a través de trabajos de campo, de aprendizaje integrado en el trabajo (WIL, siglas en inglés de Work-Integrated Learning), de acuerdos de colaboración con empresas y organismos y de su integración dentro de la experiencia formativa online.

La formación en línea y la presencial se combinan de tal forma que permite a los estudiantes beneficiarse al máximo. Las clases híbridas ofrecen flexibilidad y accesibilidad, lo que da a los alumnos la oportunidad de aprender a su propio ritmo y desde cualquier lugar. La vicerrectora de Aprendizaje y Docencia, Janelle Wheat, ha expresado su compromiso de garantizar que los alumnos «vivan una experiencia formativa online de gran impacto en Charles Sturt. Estamos decididos a proporcionar a los estudiantes un entorno que les haga sentirse apoyados y motivados, y que los prepare para los desafíos del futuro».

Entre los principales beneficios de este enfoque se encuentran una mayor accesibilidad para personas sin posibilidad de asistir a clases físicas en campus tradicionales, las herramientas online y su capacidad para hacer las materias más atractivas y motivadoras, además de la posibilidad de aplicar conocimientos teóricos en entornos prácticos tanto a nivel digital como presencial. Se incluyen sistemas de apoyo y evaluación continua para abordar las complicaciones que pudieran surgir, así como para garantizar un nivel constante de calidad en ambas modalidades y mantener a los alumnos motivados en las clases online (Mulenga & Shilongo, 2024).

Dentro del modelo híbrido, Charles Sturt ofrece una serie de métodos de evaluación entre los que se incluyen la elaboración de proyectos, los cuestionarios online, los exámenes orales interactivos, las prácticas reflexivas y los exámenes prácticos. Las titulaciones se adecuan a los criterios del sector, lo que garantiza que los alumnos estén bien preparados para sus futuras carreras profesionales (Chalmers. et al.). Cada programa de grado cuenta con el apoyo de un consejo asesor especializado compuesto por representantes del sector, que aportan sus conocimientos al diseño y desarrollo de los cursos. Las empresas y organismos colaboradores también se involucran en la elaboración del plan de estudios y en la forma en que se imparten las clases, lo que garantiza que los alumnos estén al día en cuanto a los recientes requisitos del mercado laboral.

Flexibilidad, destrezas prácticas y repercusión en la comunidad

La experiencia formativa en Charles Sturt es diferente de la del modelo universitario tradicional en tanto en cuanto prioriza la flexibilidad, las destrezas prácticas y la repercusión sobre la comunidad. Los alumnos pueden tomar parte en las numerosas iniciativas de colaboración que la universidad ofrece, tanto de manera virtual como física. Se hace un gran hincapié en la necesidad de priorizar la parte de «experiencia», tanto en lo online como en lo presencial. Wheat cree que es muy importante asegurarse de que cada alumno viva una experiencia positiva y se sienta parte de esta, sea cual sea el modelo: «Nos cercioramos de que los alumnos crean un vínculo tanto con los docentes como con sus compañeros; potenciamos ese vínculo entre ellos y con su formación.»

La universidad Charles Sturt está decidida a aplicar las tecnologías más innovadoras en la mejora de la educación, y su Área de Aprendizaje y Docencia Digital (DLTP, siglas de la expresión en inglés Digital Learning and Teaching Precinct) está a la vanguardia de esa iniciativa. El DLTP es un centro dedicado a generar y facilitar diferentes proyectos, potenciando la colaboración entre grupos e individuos para lograr el progreso tecnológico y pedagógico. Ejerce como ubicación en la que llevar a cabo el desarrollo de producto, las pruebas y el diseño de prototipos para nuevos sistemas y tecnologías, entre las que se incluyen herramientas de inteligencia artificial (IA), realidad virtual (RV) y realidad aumentada (RA). Estas tecnologías son fundamentales para crear un entorno de aprendizaje dinámico e interactivo que moldee un plan de estudios innovador y coherente con la visión estratégica educativa de la universidad. El DLTP, además, potencia la transformación digital aplicada al aprendizaje y la docencia. Según el director, Greggory Higgings: «El DLTP se ha diseñado como un centro en el que probar y desarrollar nuevas herramientas tecnológicas de uso pedagógico, en colaboración con empresas y organismos, para lograr así una educación más inmersiva y con mayor repercusión».

IA aplicada al aprendizaje integrado en el trabajo

El programa piloto de Aprendizaje Integrado en el Trabajo por Inteligencia Artificial (AIWIL, siglas de la expresión en inglés AI in Work-Integrated Learning) aporta la autenticidad de las prácticas laborales a las aulas virtuales. Ofrece a los alumnos simulaciones por IA que complementan sus experiencias WIL (Work-Integrated Learning, aprendizaje integrado en el trabajo) tradicionales y aumentan sus opciones de encontrar empleo. El programa piloto AIWIL se centra en tres campos fundamentales: la empresa, la política y la terapia ocupacional, para los que genera simulaciones realistas de situaciones profesionales habituales que los alumnos se encontrarán a lo largo de sus carreras. Al introducir a los estudiantes en simulaciones realistas, como entrevistas de trabajo o conversaciones con clientes, el proyecto AIWIL les da la oportunidad de desarrollar destrezas esenciales dentro de un entorno seguro y sin riesgos. Esto les permite practicar conversaciones importantes y garantizar que estarán adecuadamente preparados para los desafíos a los que tendrán que hacer frente tras graduarse.

Victoria, estudiante de Empresa Agroalimentaria, enfatizó la importancia de practicar su capacidad de comunicación en el contexto de una entrevista, algo que le resulta difícil a nivel personal. Según señaló: «Poder practicar esto, el estar ahí y que te hagan ese tipo de preguntas, creo que es importante y lo valoro mucho». Victoria también destacó las ventajas de que la IA genere preguntas basadas en conversaciones anteriores y, por tanto, mantenga un diálogo mucho más humano. Por su parte, Lyne, estudiante de Terapia Ocupacional, nos confió los aspectos positivos de su experiencia y señaló: «Creo que estuvo bien: empezó por ir rompiendo el hielo antes de saltar a las preguntas». Cree que esta herramienta será particularmente útil conforme vaya acercándose al final de sus estudios y empiece a buscar trabajo, ya que le ayudará a imaginarse qué tipo de preguntas tendrá que prepararse.

Mark Frost, profesor adjunto de la Facultad de Empresariales, cree que el uso de la IA para desarrollar las experiencias WIL «mejorará nuestra experiencia docente al proporcionarle a los alumnos la posibilidad de aumentar su implicación y desarrollar su capacidad de escucha y de expresión. Son destrezas esenciales en el entorno laboral actual, y este software contribuirá a ampliar los conocimientos y habilidades que los alumnos van adquiriendo durante la carrera». Bronwyn Connelly, docente de Terapia Ocupacional, nos confió su entusiasmo por este proyecto: «Estamos entusiasmados con la idea de formar parte de este proyecto tan emocionante, deseando seguir trabajando para crear una herramienta innovadora que ayude y apoye a los alumnos en el aprendizaje de destrezas prácticas». Mediante la combinación de su experiencia con los conocimientos técnicos de los desarrolladores, planean crear un bot por IA que ofrezca a los alumnos la oportunidad de practicar las destrezas necesarias para la formación integrada en el trabajo que está por venir.

Dejar huella en nuestras comunidades locales

Las empresas e instituciones colaboradoras comparten nuestro compromiso con la educación práctica, la innovación y el objetivo de dejar huella en la comunidad. Nuestros acuerdos de cooperación contribuyen a que la universidad logre sus objetivos y siga siendo un referente en el progreso de la educación híbrida. Algunos de los colaboradores que han trabajado recientemente en nuestros proyectos de impacto social han alabado el esfuerzo y dedicación de nuestros alumnos a lo largo de todo el proyecto, y han destacado los impresionantes resultados y todo el proceso que los hizo posibles. Emily Lawson, de Headspace, ha dedicado palabras de elogio a nuestro proyecto de salud mental y bienestar, del que comentó que fue fantástico ver a jóvenes proactivos involucrados en la buena marcha de sus comunidades. Describió como un privilegio el haber podido trabajar con ellos. Julie Fairley, de IBM, quedó impresionada con el proyecto de sostenibilidad medioambiental, del que señaló que los alumnos partían ya de una idea muy amplia que fueron puliendo por medio de pruebas diseñadas de manera conjunta hasta convertirla en un proyecto factible. Stuart Davis-Meehan, de la St Vincent de Paul Society, elogió el proyecto sobre personas sin hogar, del que destacó la forma en que los alumnos escuchaban, respondían a los comentarios y ampliaban su enfoque para trabajar, en definitiva, como un equipo a la hora de abordar diferentes cuestiones. Felicitó tanto a los alumnos como a la universidad por la iniciativa. Charles Sturt ha seguido abriendo opciones de cooperación en diversas disciplinas para que los alumnos puedan trabajar con distintas empresas e instituciones.

Los proyectos de impacto social de la universidad en torno a cuestiones como las personas sin hogar, la salud mental, la inclusión social, la discapacidad y el medio ambiente constituyen experiencias WIL virtuales realistas, que proporcionan a los alumnos la oportunidad de colaborar con diversas empresas y organismos y aplicar sus conocimientos de manera práctica y significativa (Valencia-Forrester, 2023) dentro de un entorno virtual.

El propósito de estos proyectos virtuales es el de crear espacios de trabajo más inclusivos y equitativos que fomenten la colaboración, la creatividad y el pensamiento crítico. Este enfoque proporciona a los alumnos de prácticas, estén donde estén, una experiencia realista y valiosa, así como una red de contactos; todo, al mismo tiempo que adquieren mayor comprensión de cuestiones sociales complejas y aportan considerable valor añadido a su trayectoria formativa (Kuh, 2008).

Kimberley Brunner, estudiante de grado en Contabilidad, que recientemente ha trabajado en un proyecto en torno al impacto social de la salud mental y el bienestar, ha dicho: «Hay tantísimas cosas estupendas que mencionar de estas prácticas: aprender con líderes y organizaciones importantes, conocer a algunos compañeros procedentes de distintos lugares y cursos, o la satisfacción que obtienes al ver que has contribuido y que has dejado huella en los futuros alumnos de la Charles Sturt University.»

Ecosistema innovador

El distrito de innovación agrícola de Charles Sturt, AgriPark, está situado en pleno centro de la región australiana de Riverina. Es un ecosistema innovador destinado a la investigación agrícola, la organización de colaboraciones y la producción sostenible. AgriPark reúne a investigadores y representantes de la industria, la comunidad y las autoridades para abordar algunos de los principales desafíos a los que se enfrenta esa región de Australia. Es el lugar en el que la colaboración, la experimentación y la innovación hacen realidad esas ideas capaces de cambiar el mundo. Las entidades colaboradoras aportan y ponen a prueba sus proyectos, los alumnos adquieren destrezas prácticas y los investigadores e inversores logran acelerar tanto el proceso de generación de ideas como la comercialización.

Situado dentro del campus de Charles Sturt en Wagga Wagga, AgriPark goza de una ubicación ideal para aprovechar todo el potencial de la innovación agrícola. Es un ecosistema que se crece con los desafíos, prioridades y objetivos de nuestros colaboradores, tanto del sector privado como gubernamental y comunitario, y de la propia universidad. Desde su concepción en 2016, AgriPark ha venido abordando algunas cuestiones de gran importancia, como mejorar la cultura digital de los futuros líderes de la industria, demostrar y certificar las nuevas tecnologías sobre el terreno y realizar investigaciones en torno a posibles soluciones para el suelo y las emisiones de carbono.

Apoyo tras la graduación

Proporcionar apoyo a los alumnos una vez se han graduado es una de las prioridades de Charles Sturt. La universidad ofrece servicios de bolsa de trabajo, opciones de creación de redes de contactos y vías de formación extendida. Estas iniciativas ayudan a los alumnos a experimentar una transición más sencilla de la carrera académica a la profesional, así como continuar desarrollándose y formándose (Okolie et al., 2023). Un programa sólido de antiguos alumnos preserva los vínculos de la universidad con sus estudiantes incluso tiempo después de haberse graduado. Es frecuente que se invite a estos antiguos alumnos a colaborar en los proyectos comunitarios. Matthew Muir, cofundador de Lyka Pet Food, importante empresa de alimentación para mascotas y antiguo alumno de Charles Sturt, ha tenido una participación fundamental dentro del proyecto de impacto socio-medioambiental. Afirma sentirse inmensamente orgulloso de los alumnos de prácticas y de la universidad por su trabajo ejemplar en los proyectos. «Como alumno de la Charles Sturt pasé seis años viviendo en el campus de Wagga Wagga, en el condado de Wiradjuri, o en sus alrededores. Para mí, es algo muy personal. Estoy muy orgulloso de todos vosotros y de lo que habéis hecho para intentar de verdad tener un mayor impacto social en todos los habitantes de la zona. Me siento muy orgulloso».

Las estrategias de captación de estudiantes se diseñaron para poder llegar hasta los alumnos potenciales estén donde estén. Matthew Granfield, director ejecutivo de Atención al Cliente de la Universidad Charles Sturt, describe este enfoque como un sistema multidimensional que adapta la captación de alumnos en base a su contexto demográfico específico. «Las fuentes primarias de las que disponemos para la captación de alumnos varían en función del público objetivo. En el caso de los alumnos que acaban de concluir la secundaria, contamos con un amplio programa de captación que contacta con más de 80.000 alumnos cada año directamente en sus centros escolares, en ferias de empleo y en otros eventos. Para los alumnos ya adultos, contamos con jornadas virtuales de puertas abiertas y otros eventos específicos. Ambos programas se apoyan sobre grandes campañas publicitarias. Seleccionamos a los alumnos más en consonancia con nuestros estudios, que suelen ser gente extremadamente práctica y orientada hacia la adquisición de destrezas del mundo real, como la enfermería, la docencia y el trabajo social. En torno a dos tercios de nuestros alumnos realizan su formación online, y somos la universidad australiana en línea más grande en ese aspecto.»

Innovaciones para el futuro

Los primeros datos y el historial hasta el momento demuestran que el modelo híbrido de Charles Sturt goza de éxito y crecimiento óptimo. Como ejemplo de ello, el nivel de satisfacción y motivación de los estudiantes ha aumentado, y también ha habido resultados positivos en cuestión de obtención de empleo y repercusiones positivas para la comunidad[2]. Entre las futuras innovaciones que se llevarán a cabo en Charles Sturt está el desarrollo de nuevas herramientas y recursos online, mayor cooperación con las empresas colaboradoras y la implantación de tecnologías avanzadas que mejoren aún más la experiencia de aprendizaje (Alamri et al., 2021). La universidad Charles Sturt define el éxito conforme a las contribuciones y repercusiones positivas a largo plazo de los alumnos y sus carreras en la sociedad. Entre los objetivos de la institución se encuentran la expansión del modelo híbrido, mejorar los acuerdos de colaboración dentro de la comunidad y seguir mejorando la calidad educativa (Charles Sturt University, 2023).

La combinación de formación online y presencial de gran impacto, el hincapié en las destrezas prácticas y los vínculos con la comunidad son el sistema del que la universidad se vale para preparar a los alumnos para el éxito en un mundo en constante cambio. Ellos cuentan con la posibilidad de adaptar la formación a su vida, y encontrar así el equilibrio entre sus estudios y sus compromisos personales, sin descuidar por ello la calidad de su educación. Este enfoque progresista garantiza que los alumnos no solo estarán preparados para el actual mercado laboral, sino que también contarán con las destrezas y conocimientos necesarios para prosperar en el futuro.

Bibliografía

Alamri, H. A., Watson, S., & Watson, W. (2021). «Learning technology models that support personalization within blended learning environments in higher education». TechTrends, 65(1), 62-78.

Chalmers, D., Cummings, R., Elliott, S., Stoney, S., Tucker, B., Wicking, R., & Jorre De St Jorre, T. (2014). Australian university teaching criteria and standards project. Deakin University.

Charles Sturt University. (2023). Informe anual.

Charles Sturt University. (2023). «Social impact projects at Charles Sturt University». Extracto de Charles Sturt University website.

Kuh, G. D. (2008). Excerpt from high-impact educational practices: What they are, who has access to them, and why they matter. Association of American Colleges and Universities, 14(3), 28-29.

Mulenga, R., & Shilongo, H. (2024). «Hybrid and Blended Learning Models: Innovations, Challenges, and Future Directions in Education». Acta Pedagogia Asiana, 4(1), 1–13. https://doi.org/10.53623/apga.v4i1.495

Okolie, U. C., Nwajiuba, C. A., Binuomote, M. O., Ehiobuche, C., Igu, N. C. N., & Ajoke, O. S. (2020). «Career training with mentoring programs in higher education: facilitating career development and employability of graduates». Education+ Training, 62(3), 214-234.

Strauss, J. D. (2022). Australian Higher Education Implementations of Personalized Learning: Understanding Motivations, Outcomes & Future Opportunities. University of Pennsylvania.

Valencia-Forrester, F., & Stewart, H. (2022). «Creating a fourth space for social impact collaborations across boundaries: Active project-based learning and internships for GC education». En Perspectives on Lifelong Learning and Global Citizenship: Beyond the Classroom (pp. 57-76). Cham: Springer International Publishing.


[1] https://www.gooduniversitiesguide.com.au/education-blogs/rankings-ratings/The-Good-Universities-Guide%202024:-Australias-top-universities-for-full-time-employment

[2] Informe de valoración estudiantil 2024 (interno) y auditoría 2024 (interna).