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Attac, un movimiento internacional de carácter socioeconómico nacido en Austria, que aspira a la formación de una «economía democrática y social», exige una tasa especial a los más ricos para financiar el coste de la crisis por el coronavirus. En concreto propone que patrimonios de 5 millones de euros tributen con una contribución única del 10 por ciento; los de 100 millones de euros con un 30 por ciento y los de mil millones para arriba con una del 60 por ciento. En total, estima Attac, se podrían ingresar entre setenta y ochenta mil millones de euros solo en Austria procedentes en más de un tercio de los multimillonarios. La propuesta de Attac cuenta con el apoyo de diversos economistas. El comunicado oficial se encuentra aquí: Propuesta de Attac para la compensación de cargas por parte de los más ricos.

Attac comenta que su documento puede sonar radical en determinados ámbitos, pero que hay precedentes, por ejemplo, la ley de 1952 de compensación de cargas en Alemania tras la Segunda Guerra Mundial (Lastenausgleichsgesetz).

Esa norma, entre otras medidas, imponía el pago de una tarifa especial a las mayores fortunas alemanas a fecha de 21 de junio de 1948. El gravamen era del 50 por ciento sobre el patrimonio. Se transfería a un fondo de compensación en hasta 120 cuotas trimestrales, es decir, repartidas en 30 años. Para este propósito, se introdujo un impuesto especial a la propiedad, a las ganancias hipotecarias y a las ganancias por créditos. Como la distribución era por 30 años, la carga real fue del 1,67 por ciento anual; suponía un monto al que los más ricos hacían frente sin que disminuyera la sustancia de su patrimonio.

Ante la iniciativa de Attac, el profesor Martin Rhonheimer, presidente de Instituto Austriaco para Economía y Filosofía Social, con sede también en Viena, comenta que una propuesta como esa, en nombre de la justicia social, «aun cuando aparentemente es ética y atractiva, en realidad nos lleva por un camino completamente equivocado». Y lo justifica con un doble argumento.

Por una parte Attac recurre al precedente del impuesto sobre el patrimonio en Alemania tras la Segunda Guerra Mundial. «Pero he aquí la diferencia fundamental del caso alemán respecto de la propuesta de Attac: no se intentaba sangrar el patrimonio de los alemanes, disminuirlo para distribuirlo, no se dañaba la sustancia del patrimonio». Se actuaba así porque los gobernantes en Alemania sabían que «era importante conservar precisamente esos patrimonios: para el progreso económico y tecnológico, para la creación de puestos de trabajo, para la subida real de los salarios, para el bienestar general. Esto es lo que no se ve por parte de Attac y de otros».

Además, tras la Segunda Guerra Mundial la situación no era como en estos momentos. «Tras la guerra, Alemania estaba arruinada por completo, la infraestructura se encontraba destruida, la población, en su inmensa mayoría, había perdido casas, instalaciones, equipos…, todo estaba por los suelos, perdido, lo que hoy no es el caso». El coronavirus no ha arrasado de la misma manera. «El frenazo económico que vivimos es una consecuencia de la imposión legal por razones de política sanitaria». Las medidas para impulsar el ritmo normal de la economía deben justificarse de forma diferente a las que se adoptaron tras la guerra. «Y es otra razón por la cual no tiene sentido apelar a ese precedente de la Segunda Guerra Mundial».

En segundo lugar, el profesor Rhonheimer advierte: «El socialismo [real] conduce a la igualdad, es verdad, pero a la misma pobreza para todos. La historia nos lo ha demostrado. Estoy convencido de que esas grandes fortunas, justo porque crean puestos de trabajo, porque producen innovación y progreso tecnológico, porque consiguen que tengamos y mantengamos nuestro nivel de vida, justo por todo eso son importantes, y también para los pobres en nuestra sociedad, para aquellos a los que no les va tan bien».

[Attac ha lanzado además un manifiesto llamado «La crisis del coronavirus: la red europea de Attac concreta 21 propuestas» (Corona-Krise: Europäisches Attac-Netzwerk legt 21 Vorschläge vor), firmada por las filiales de Alemania, Austria, Francia, España, Italia, Bélgica, Gran Bretaña y Hungría, en el que propone también medidas como la ocupación de las viviendas vacías, la prohibición de los dividendos y que los bancos centrales presten directamente a los gobiernos locales a un interés cero o muy próximo a cero, entre otras].

Director de «Nueva Revista», doctor en Periodismo (Universidad de Navarra) y licenciado en Ciencias Físicas (Universidad Complutense de Madrid). Ha sido corresponsal de «ABC» y director de Comunicación del Ministerio de Educación y Cultura.