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España se enfrenta a retos pero también tiene por delante grandes oportunidades en la transición energética. Una de ellas, es la de “convertirse en un gran ‘hub’ de hidrógeno verde que exporte al norte de Europa. Puede ser uno de los países ganadores, sobre todo si Europa tiene una visión estratégica que no ha tenido para el gas natural”, señaló Ángel Luis Bautista, director de Relaciones Institucionales y Coordinación Regulatoria de REPSOL, en la segunda sesión del seminario Pensar el siglo XXI, dedicada a La geopolítica de la energía: del petróleo a las renovables.

El ciclo de conferencias está dirigido por el catedrático emérito de Sociología y académico de Ciencias Morales, Emilio Lamo de Espinosa, y organizado por el Consejo Social de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), que preside el exministro Jordi Sevilla, con la colaboración de Nueva Revista.

La sesión contó con una ponencia de Ángel Luis Bautista; y con las intervenciones de Marta Margarit, secretaria general de la Asociación Española del Gas (Sedigas); Mariano Marzo, catedrático de Estratigrafía y profesor de Recursos Energéticos y Geología del Petróleo en la Universidad de Barcelona; y Gonzalo Escribano, director del Programa Energía y Clima del Real Instituto Elcano.

El profesor Lamo de Espinosa introdujo la sesión señalando que “la geopolítica casi se inventó para lidiar con los problemas energéticos” que se generan en unos espacios geográficos pero que se consumen en otros, de suerte que es vital para “los consumidores asegurar el control y el transporte de los suministros energéticos”. Y gran parte de las guerras del pasado -especialmente la Segunda Guerra Mundial- estuvieron determinadas por ese factor.

Actualmente, “el cambio climático cambia este escenario, y obliga a la transición energética”, con lo que limita «el poder de los petroestados» y «diversificará las fuentes de energía”.

Ángel Luis Bautista.

Ángel Luis Bautista, por su parte, explicó que con las renovables y las nuevas fuentes de energía hemos pasado de “una geopolítica de intereses a una geopolítica de valores” -por ejemplo, los criterios medioambientales-; y que para hacer frente a la transición energética habrá que poner “el foco en la posesión de recursos mineros”.

Tras veinte años de transición energética “el petróleo, el gas y el carbón siguen dominando el mix energético»

Tras veinte años de transición energética “el petróleo, el gas y el carbón siguen dominando el mix energético» indicó el ponente. Según la Agencia Internacional de la Energía, el consumo mundial se elevará un 30% en 2040. En su escenario de Desarrollo Sostenible, “la industria de Gas y Petróleo representarán más del 46% del mix global”.

Los llamados “petro-Estados” han ido perdiendo relevancia. La OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) ha perdido parte de su poder de control de precios “por el incremento de la producción en EE.UU. a consecuencia de la ‘revolución del shale’” (o esquisto, roca que puede contener hidrocarburos o gas natural). Si bien, la OPEP recupera peso “ante la volatilidad de los precios y lo competitivo de sus operaciones”.

Y se prevé un crecimiento considerable de la producción de gas natural: un 24% a 4.857 bcm (millardo de metros cúbicos) en 2040; y el gas natural líquido aumentará un 79% respecto a los niveles de 2020. Como subraya Bautista, “en mundo descarbonizado, va a ser fundamental la relevancia del gas”.

UE: FALTA DE POLITICA DE SEGURIDAD ENERGÉTICA COMÚN

Respecto a la Unión Europea, su gran problema es “la dependencia energética de Rusia y que carece de una política de seguridad energética común para reducir esa dependencia”. Si Rusia decidiese cortar el suministro europeo, “la Unión se vería inmersa en una crisis de gran envergadura”. De forma que la UE “ha de impulsar la creación de una asociación estratégica en el Mediterráneo que incluya a sus vecinos del norte de África”.

En el caso de las renovables, considera el ponente, se produce una transferencia de poder del “dueño de quien tenía la molécula al dueño de la tecnología, que es el que tiene capacidad para explotar esos recursos”. Y uno de los problemas de las renovables es que “el control de esa tecnología está en manos de pocos países”. Esto se podría considerar “una nueva conspiración de los países ricos contra los pobres” agregó. Pero quien tiene ahora la capacidad tecnológica es China (produce el 72% de los módulos solares del mundo y el 69% de las baterías de iones de litio).

Explicó Bautista que el gigante asiático hace una “apuesta por las renovables y el mantenimiento del carbón por razones industriales, económicas y de autonomía energética, buscando minimizar la dependencia exterior del petróleo y del gas”. Ese control por la tecnología tiene consecuencias geopolíticas. Hasta el punto de que “la estabilidad y paz mundiales pueden verse amenazadas por la mayor independencia energética que podrían obtener los países desarrollados a través de las renovables”.

Deng Xiao Ping : “Oriente Medio tiene petróleo, China tiene tierras raras”

China también compite por las tierras raras [una serie de elementos químicos difíciles de encontrar en estado puro] y que son básicas en el desarrollo de las tecnologías. Desde Deng Xiao Pin, son su oro negro: “Oriente Medio tiene petróleo, China tiene tierras raras”. Y de hecho, ese país “produce alrededor del 80% de las tierras raras que consume la industria mundial”. Mientras que Pekín cuenta con su plan Made in China 2025, Europa intenta desarrollar sus propios planes industriales en ámbitos como las baterías, el H2 y las materias primas.

HIDRÓGENO: PAÍSES GANADORES Y PERDEDORES

El ponente se refirió, por último, al hidrógeno. Este ha impulsado una carrera por el liderazgo tecnológico: la mayoría de los países quieren ser “creadores”, no “consumidores”. Explicó que “los grandes países industrializados, como Japón, Corea, Alemania y el resto de UE están apostando por la importación a gran escala de H2 para cumplir sus compromisos de cero emisiones netas. Las dos regiones más prometedoras para establecer un comercio internacional del hidrógeno son: Asia-Pacífico y Europa”.

En este nuevo pulso de rivalidad geopolítica “habrá ganadores y perdedores” afirmó Ángel Luis Bautista. “España o Marruecos que disponen de mucha capacidad renovable instalada y con conexiones submarinas tienen mucho potencial de triunfar; en tanto que Argelia que depende exclusivamente del petróleo y el gas será de los grandes perdedores”.

Marta Margarit.
Marta Margarit.

MARTA MARGARIT: LA TECNOLOGIA POR DETRÁS DE LA POLÍTICA

En su intervención, Marta Margarit destacó “la relevancia geoestratégica del gas”, como se ve gráficamente en el precio. Explicó que desde 2019 se ha reducido el consumo de gas, en parte, por la disminución de la actividad económica; y en parte, por temperaturas más moderadas en los inviernos.

“Es la primera vez en la historia que la tecnología va detrás de las decisiones políticas”. Esta vez, a diferencia, del pasado “se ha decidido que en el 2050 tengamos cero emisiones ¿con qué tecnología? No lo sabemos. Con lo que los países necesitan una seguridad de suministro». Es preciso “disponer de estructuras paralelas a la red eléctrica -por ejemplo un sistema gasista o de petróleo-“.

En este sentido, «el gas tiene sistemas muy robustos que con el tiempo tienen la necesidad de descarbonizarse. Entrarán entonces en juego los ‘gases renovables’: biogás, biometano e hidrógeno”. Lo cierto es que “el mundo está comprometido con la descarbonización y la transición energética”.

España dispone de las materias primas renovables y una red gasista muy importante para llegar a 2050 descarbonizada

Refiriéndose a España, Margarit destacó que dispone de “las materias primas renovables y una red gasista muy importante (para biogás, etc.) para una transición energética y llegar a 2050 descarbonizada».

MARIANO MARZO: DEMANDA DE MINERALES, VINCULADOS A ENERGIAS LIMPIAS

Por su parte el catedrático Mariano Marzo afirmó que “el concepto de seguridad energética, y por lo tanto geopolítica, está evolucionando”; y que “la transición a la energía limpia supone nuevos desafíos para la seguridad. como pone de relieve un reciente informe de la Agencia Internacional de la Energía”.

Según las previsiones de Marzo, «la demanda de minerales vinculados a las (mal) llamadas energías limpias -puesto que hay unas energías más limpias que otras- registrará un incremento como mínimo del 400% de aquí a 2040; e incluso de un 600% en un escenario de cero emisiones netas. Por lo tanto la transición energética tendrá consecuencias de gran alcance».

España necesita un gran pacto en política energética, basado en intereses científicos, tecnológicos y económicos, no ideológicos

Respecto a los retos que la transición plantea a España, Marzo manifestó que echa en falta “una planificación energética con más realismo y racionalidad, para evitar ‘el populismo energético’”. “España necesita -añadió- un gran pacto en política energética, basado en intereses científicos, tecnológicos y económicos, no ideológicos».

GONZALO ESCRIBANO: EL PELIGRO DE LOS VACÍOS DE GOBERNANZA

Finalmente intervino Gonzalo Escribano,  para quien «la transición energética supone muchos retos, pero desde la perspectiva internacional es imprescindible establecer una nueva y mejor gobernanza para no reproducir los errores del pasado». Añadió que donde se producen vacíos de gobernanza surgen conflictos políticos.

Considera Escribano que «geopolíticamente no tiene sentido dejar de depender del petróleo y el gas del Golfo Pérsico para pasar a hacerlo de su hidrógeno, cuyas importaciones deben, además, evaluarse con estrictos criterios de sostenibilidad, y no sólo ambiental». De forma que es preciso “sopesar las pérdidas y ganancias de pasar de la dependencia de los llamados petro-estados a la de los electro-estados”. 

LA GLOBALIZACIÓN Y LA PANDEMIA, A EXAMEN

El seminario Pensar el siglo XXI se ocupará en próximas sesiones de La globalización, antes y después de la pandemia; El cambio climático y la sostenibilidad; y contará con la participación de destacados expertos que analizarán y debatirán estas cuestiones.

Doctor en Comunicación. Periodista y escritor. Coordinador editorial de Nueva Revista.