Tiempo de lectura: 2 min.

En este libro, el autor, que se presenta como psiquiatra y experto en psicología evolucionista, denuncia los riesgos crecientes para la convivencia democrática de las conductas que se inspiran en la fuerte convicción personal de quienes creyéndose imbuidos de la razón moral se sienten llamados a corregir el mundo y a los demás saltándose el respeto a los derechos de los demás y a la ley si hace falta. Estas conductas se ejemplifican hoy de forma especialmente visible en las teorías de la justicia social que inspiran la cultura de la cancelación y el movimiento woke en la llamada angloesfera.

Este propósito y denuncia de Pablo Malo es acertado y oportuno. Ahora bien, su exégesis de en qué consiste la moral y por qué puede dar lugar a estos desafueros me parece muy cuestionable e incluso peligrosa.

 

«Los peligros de la moralidad» Deusto. 2021

Para Malo la moral es una adquisición evolutiva del homo sapiens que se ha incorporado a nuestra estructura cerebral porque ha demostrado gran eficacia para generar estructuras de cooperación tribal aumentando así las capacidades de los grupos humanos. Y de ahí dimana, para este autor, el peligro de la moral: por definición la moral une a la tribu, es un atributo del nosotros, pero se construye siempre contra los otros generando así solidaridad interna en el propio grupo pero violencia contra los demás. Y, por eso mismo, ni existe ni puede existir una moral universal y la creciente importancia de la moralidad en nuestra sociedad es, según Pablo Malo, una amenaza para la sociedad libre como indica el subtítulo del libro. Denunciar este peligro es el objeto de esta obra.

¿MENOS MORAL ES MÁS?

No hay en el libro ni un atisbo de la concepción de la moral de raíz aristotélica propia de la tradición cristiana e inspiradora originaria de las modernas democracias. Esta concepción de la ética que implica la posibilidad de valores universalizables no es compatible con el dogma evolucionista del autor; y por eso no puede concebir Malo una moralidad que no sea un peligro para la convivencia sino, por el contrario, un sustento fuerte de una convivencia en libertad que puede llegar a ser universal pues no es la moral de una tribu sino una propuesta racional y humana susceptible de extenderse a todos los hombres.

La propuesta final del autor de trabajar por construir una sociedad con menos moralidad, menos contaminada (utiliza este término) por la moral como requisito para hacer un mundo más habitable, me parece un error contrario a la experiencia histórica de cómo ha ido avanzando la humanidad hacia cuotas cada vez mayores de humanismo y libertad. Por eso, las propuestas que sugiere Malo en el capítulo final (págs. 319 y ss.) me parecen desasosegantes a pesar de la buenísima intención del autor de afrontar un problema real.

Jurista. Exsecretario de Estado y expresidente del Foro de la Familia.