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Luis Garicano, profesor de Estrategia y Economía del IE, catedrático de la London School of Economic (LSE), responsable de Economía de Ciudadanos, y Jordi Sevilla, ex ministro del PSOE con el presidente Zapatero y ahora vicepresidente de Llorente & Cuenca, ofrecieron ayer en UNIR sus recetas para ganar la economía del conocimiento y la innovación. Habían sido invitados por Manuel de la Rocha, economista, director del Foro de Nueva Revista sobre los desafíos de la globalización.

Sevilla sostuvo que había que centrarse en el cómo del ganar la economía de la innovación puesto que el diagnóstico era conocido: hay que cambiar, algo se puede hacer para que las cosas sean distintas, todos pueden ayudar, no debe mantenerse la economía de la época de crisis (devaluación salarial y mantener la competitividad siendo baratos). Sobre esto último añadió: ya no se trata de bajar salarios para mejorar los precios sino de mejorar la producción innovando y de que España se presente en los mercados internacionales como un país que sabe hacer las cosas mejor que otros.

Insistió en que no es un problema de sectores, en que el asunto «no es dejar de producir ladrillo para producir ordenadores», sino de incorporar los valores de la tecnología y aportar valor añadido. Inditex, apuntó, fabrica ropa, algo nada original, lo original es cómo diseñan y distribuyen. Lo mismo ocurre con el vino.

El asunto no es dejar de producir ladrillo para producir ordenadores, sino de incorporar los valores de la tecnología y aportar valor añadido

Los cambios de lo que se ha dado en llamar la cuarta revolución industrial al parecer globalmente crearán más empleo, pero eso no quita para que ese empleo donde crezca sea en la India y donde baje sea en Murcia, dijo Sevilla. Había, pues, que prepararse a conciencia ante este tipo de retos. Fue muy crítico con la educación en España. Ha habido y hay dinero para la Formación Profesional, pero no se ha empleado bien. Sostuvo que en este escenario de la globalización el desempleo afectaría más a la mujer que al hombre y subrayó que el tamaño de la empresa era importante. Las empresas pequeñas tendían a la digitalización solo si veían que abarataban costes; les importaba menos mejorar su cuota en el mercado.

Ante todo esto se necesitaba una estrategia a largo plazo, por encima del partido que estuviera en el poder, propuso Sevilla.

Ha habido y hay dinero para la formación, pero no se ha empleado bien

Luis Garicano asintió a todo lo expuesto por Sevilla excepto que las mujeres perderán más puestos de empleo puesto que son ellas las que copan con más facilidad los de carácter emocional y social. La globalización destruía puestos de formación media-baja, como en el caso de funcionarios de banca. Había que sumar el factor democráfico: menos población y más pensiones. No hay dinero para tantos problemas.

Garicano puso el acento en la necesidad de combatir el inmovilismo, que se aprecia en sectores como el universitario. Para ello propuso: 1. Incentivos (pagar mejor a quien obtenga mejores resultados, gobernar mejor, rendir cuentas, permitir hacer cosas diferentes para cortar con la endogamia); 2. No gastar más sino hacer políticas más inteligentes y saber evaluarlas. 3. Recuperar la confianza, de tal manera que lo que se presentara al público como hecho racional claro se acogiera así y no fuera objeto de recelo y olvido. Había que comunicar mejor y usar mejores ejemplos.

Hacer políticas más inteligentes y saber evaluarlas, no gastar más

A continuación intervinieron en un primer turno de pregutas Daniel Fuentes (macroeconomista, columnista de Agenda Pública), Raúl Sánchez (Centro de Innovación en Tecnologías para el Desarrollo Humano de la UPM), Milagros Avedillo (directora de Solchaga & Recio) y Pedro Mejía (economista, ex secretario de Estado de Comercio). En una segunda ronda la palabra llegó a Paz Guzmán (economista senior de la Representación de la UE en Madrid), Gonzalo García (economista, editor de New Deal), Marian Scheiffer (directora de la Consultora SIDE), Manuel Torres (director de Accenture) y Pablo Cardona (decano de Empresa en UNIR). Al acto asistió también Carmen Vizán (economista senior del Consejo Económico y Social).

Fuentes se quejó de la pésima gestión en España de los intangibles. Sánchez de la falta de pactos de Estados y de que el Estado no fuera más emprendedor. Avedillo de la regulación indebida («no pagas aparcamiento si tienes coche eléctrico»), de la hiperlegislación y de la falta de transparencia; todo ello enmascara los verdaderos dilemas, beneficia solo a las grandes empresas y elimina a las verdaderamente innovadoras. Mejía sentenció: «Nuestras universidades no están preparadas para el cambio o no quieren el cambio, y no es una cuestión de dinero».

Sevilla aludió, a propósito de esas cuestiones, a la falta de capacitación de los empresarios españoles en general, pero no se trataba de un asunto sencillo. El fundador de Inditex y muchos grandes exportadores de naranjas en Levante habían construido, sin estudios, grandísimas empresas. «No sé cómo y no sé cómo reproducirlo, pero pasa y pasa mucho». Por lo tanto, «me centro en aquello que razonablemente puedo controlar y que sea estadísticamente significativo». Había y hay conciencia de que España es «un país de buenos negocios y malas empresas, incluso las grandes empresas han vivido de los amiguetes en los pasillos del poder, más que de abrirse a los mercados internacionales.» Sevilla citó el lema de un gran despacho de abogados para ilustrar lo anterior: «Hay abogados que conocen muy bien las leyes y son grandes abogados, y hay abogados que conocen mejor a los jueces y son mejores abogados».

El fundador de Inditex y muchos grandes exportadores de naranjas en Levante han construido, sin estudios, grandísimas empresas

En opinión del ex ministro del PSOE ese estado de cosas mejoró con el ingreso de España en la UE, aunque todavía hoy los niños prefieren ser Messi a premio Nobel y distribuimos muy mal lo recaudado. En España no hay sociedad civil pero nos conviene a todos que los políticos lo hagan bien, porque nos va en ello la salud al menos económica. Solo con denuestos no se consigue nada. Para reformar la educación y la sanidad, sostuvo, hay que contar con que los docentes y los sanitarios saldrán a la calle porque la reforma afectará a sus privilegios. Criticó la partitocracia, querer el bien del partido antes que el general, lo que acontece tanto con dos como con cinco formaciones. Garicano se centró en que lo más relevante es que se gasta mal independientemente de si se recauda poco o se puede mejorar la recaudación. Se mostró a favor de cambiar el sistema electoral de listas cerradas.

Para reformar la educación y la sanidad hay que contar con que los docentes y los sanitarios saldrán a la calle

Finalmente Paz Guzmán les pidió que opinaran sobre el papel que debiera desempeñar la UE,  Gonzalo García citó las cuotas de exportación para concluir que no estábamos tan mal, lo mismo que Marian Scheiffer con la capacidad investigadora y los atractivos de la «marca España»;  Pablo Cardona propuso que los estudiantes trabajaran a la vez que estudiaran.

Luis Garicano pidió a la UE que se centre en su papel subsidiario: que haga cosas que sepa hacer y resolver problemas que pueda resolver; advirtió contra la investigación irrelevante. Para Jordi Sevilla la UE naufragó cuando quiso imponer la Constitución europea.

La sesión completa online se puede seguir aquí:

Director de «Nueva Revista», doctor en Periodismo (Universidad de Navarra) y licenciado en Ciencias Físicas (Universidad Complutense de Madrid). Ha sido corresponsal de «ABC» y director de Comunicación del Ministerio de Educación y Cultura.