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Jon Fosse. Escritor noruego galardonado con el Premio Nobel de Literatura 2023 por una obra inclasificable y de carácter místico. Más de 55 obras entre teatro, novela, poesía y ensayo componen su trayectoria. El ensayista Juan Arnau, que lo conoce y lo ha entrevistado, escribe sobre su gran obra: Septología.


Avance

Entre escribir para contarse a sí mismo y hacerlo para huir de sí mismo, Jon Fosse elige lo segundo. Y reivindica una vida actual sin interés frente a un pasado que, si lo tuvo, fue para servir de pretexto a su arte. Septología, con sus recuerdos inventados, puede ser más veraz que el escrupuloso registro de lo ocurrido: «También la verdad se inventa», escribió Machado.

Jon Fosse: Septología
De Conatus, 2023. Traducción: Cristina Gómez Baggethun

Septología es un libro de libros y su protagonista, alguien con varios «yoes». Asle es un pintor que acumula oscuridades y un torpe social, un inadaptado con problemas para crear vínculos con los demás. Su centro está en otra parte, su yo está volcado, derramado sobre las coordenadas del tiempo y de los imposibles que dictan que no se puede amar después de amar, ni hacerlo más allá de la muerte. Asle está así descolocado, desubicado: él vive más allá de esta vida gracias al vínculo de su amor por Ales, un vínculo con ansias de absoluto que lo lleva a aterrizar de lleno en lo Absoluto con mayúscula. Después de una vida consagrada al Dios-no-existe, lo repite una vez más con una variación que lo cambia todo: Dios no existe porque Dios es. Y su amor es también. Y ambas cosas son presencias definitivas y definitorias a las que seguir dando forma. Eso es lo que importa; buscar la forma. ¿Qué importa el contenido? La forma es absoluta. La forma es lo Absoluto al alcance de la mano.


Artículo

Septología es la gran novela de Jon Fosse. Una obra de casi ochocientas páginas en su versión castellana publicada por De Conatus, gracias a la visión de Silvia Bardelás y las magníficas traducciones de Cristina Gómez Baggethun y Kristi, su madre. La narración incluye tres secciones, que han ido siendo publicadas por la misma editorial de manera independiente: El otro nombre, Yo es otro y El nuevo nombre (finalista en el International Booker Prize de 2022). Ahora acaba de salir la obra en un único volumen, como celebración de su reciente Premio Nobel. El mismo sello ha publicado también Trilogía, un libro hipnótico, de una prosa sencilla y directa, que también podría servir de introducción al autor. Lo biográfico se entrelaza con una realidad de corte onírico, centrada en un primer amor y una pareja de adolescentes que intenta sobrevivir en un mundo hostil. Mas recientemente, en coedición con Nørdica, se ha publicado Mañana y tarde.

Septología es una novela de iniciación y de transformación, de búsqueda y redención. Un relato con numerosos elementos biográficos que Fosse, como confesó a este cronista, niega. Fosse es una persona de aspecto aparentemente frágil, de voz vacilante, que conoce los abismos, que se asoma constantemente a sus propios límites. Aunque no hace mucho se convirtió al catolicismo, dice asentirse estrechamente vinculado a las formas de pensar budistas y al pensamiento del Maestro Eckhart: el amor es la fuerza de lo real.

Septología es una novela total escrita con una cadencia hipnótica y singular. La prosa, aparentemente sencilla, repetitiva, comunica al lector una extraña energía. Fosse aborda sin rodeos las grandes cuestiones de la existencia: el amor, la muerte, el miedo, la trascendencia. Una novela filosófica que, curiosamente, no es una novela de ideas. Por debajo de la trama discurre una tensión apenas perceptible, entre la luz y la oscuridad. Un tema que está presente desde la primera frase. Por encima, la encrucijada del yo, de lo que Borges llamaba «la nadería de la personalidad». Los títulos no dejan lugar a dudas. El yo convencional adquiere otro nombre, se transforma en otro, en un nuevo hombre. Todo ello gracias a la oración y la experiencia artística. Un sentimiento de aislamiento psíquico amenaza la vida de los personajes de Fosse. Cada personaje recuerda a una de las mónadas sin ventanas de Leibniz. El protagonista, Asle, es un pintor reconocido que no es capaz de establecer vínculos con los demás. Vive sólo al borde de un fiordo y apenas se relaciona con la gente. De hecho, su única relación es con Ales, su amada, mediante un vínculo absoluto. Seguirá buscando ese lazo después de la muerte de ella. Ha sufrido la adicción al alcohol, el aislamiento y la condena de una sociedad cerrada y puritana. Vive cercado por a oscuridad de su propio arte, y será su amor por Ales lo que le permitirá trascender todas esas exclusiones y amenazas.

Según los académicos del Nobel de Literatura, Jon Fosse ha recibido el galardón «por sus obras innovadoras y su prosa que dan voz a lo indecible». El premio es una buena noticia para la literatura. Un autor independiente, alejado de modas y manías, con una intensidad narrativa y una profundidad poco habituales. Estamos ante una de las voces literarias más interesantes y versátiles del mundo. Su prestigio como dramaturgo es incuestionable. La verdad habla mediante el engaño. Algunos lo llaman el nuevo Ibsen, es el dramaturgo noruego más representado después del gran Henrik. Sus obras teatrales tienen poco que ver con el drama tradicional. Más que la acción externa, son los conflictos y las tensiones internas los que impulsan el drama. De un modo poético que se ha dado en llamar teatro posdramático. Las emociones son tratadas con austeridad y una feroz simplicidad poética.

Las novelas de Fosse no se quedan a la zaga. Las más importantes ya han sido traducidas al castellano, así como a decenas de otros idiomas. Hablan de la religión, el arte y el alcohol. También de experiencias místicas no buscadas. El lector encontrará en ellas ese temor y temblor tan característico de la literatura escandinava. Fosse no sólo ha logrado crear un estilo propio, sino casi una nueva forma literaria, más vanguardista que experimental.

Fosse significa en noruego «cascada». Procede de un pueblo con ese nombre que está presidido por un torrente de agua que desde lo alto se desploma sobre el fiordo. Lo que cae del cielo es importante en todas sus novelas. Fosse, además, es heterónimo de uno de sus grandes personajes, Asle. Viste como él, imita sus ademanes y comparte algunos de sus hábitos. Su prosa está despojada de todo adorno. Aunque lista entre sus influencias a Samuel Beckett, Georg Trakl y Thomas Bernhard, sus personajes me recuerdan a El extranjero de Camus o El Túnel de Sábato. Su estilo, con sus juegos hipotácticos y sus fraseos repetitivos, reivindica la musicalidad, tiene algo de Samuel Beckett, de Joyce y de Thomas Bernhard. Entre los pliegues de sus oraciones prosa se adivina el silencio. Ese que Fosse conoció en su juventud, cuando se sentaba en silencio junto a los cuáqueros.

Fosse decidió hacerse escritor después de tener una experiencia cercana a la muerte (ECM) con siete años. Lo cuenta en Scenes from the Childhood y se parece a una experiencia psicodélica. Se ve sepultado por una avalancha (aunque sabe que no es una avalancha). La realidad aparece como un sueño y el sueño como una realidad marcada por el brillo de una piedra gris. Se ve tumbado en una camilla, la gente lo rodea, lo evacuan en avión a un hospital. Lo sorprendente, dice, es que él es las piedras de la avalancha que se deshacen y vuelven a formarse hasta que aparece una luz, la luz de la nada, la luz del amor en la piedra. No tiene miedo a morir porque las piedras le dicen que el amor existe, que el amor es. Desde entonces ve el mundo de otra manera.

El episodio dice mucho de la intensidad psíquica que traspira la prosa de Fosse, aparentemente sencilla. El cuadro pictórico y la oración son temas recurrentes. Lo visto y lo escuchado. También el miedo sin objeto, la oscuridad luminosa o algunos excursos teológicos, a veces suprimidos por su editora. La experiencia de su lectura inspira la búsqueda de un ritmo secreto a través de las palabras. Todas ellas forman parte de una alquimia que busca la transformación del yo, un nuevo hombre y un nuevo nombre. La oración literaria no se distingue aquí de la religiosa. Un tono singular y ciertamente antimoderno, que deriva en su conversión al catolicismo en 2013 (una excentricidad para un noruego) después de una vida desatada. Una dimensión, extemporánea, que da un brillo particular a su obra, pero que no es lo más importante en ella.


Foto cedida por el autor del texto, Juan Arnau.

Filósofo y ensayista. Acaba de publicar la obra «Materia que respira luz», en Galaxia Gutenberg.