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Ver productosLa inteligencia artificial está transformando el mercado laboral. Lejos de suponer una amenaza para el empleo, está generando oportunidades al redefinir roles, mejorar procesos y crear nuevos modelos de negocio
20 de diciembre de 2024 - 15min.
Víctor Robles Forcada es Catedrático del Departamento de Arquitectura y Tecnología de Sistemas Informáticos de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Informáticos de la Universidad Politécnica de Madrid.
Ernestina Menasalvas Ruiz es Catedrática del Departamento de Lenguajes y Sistemas Informáticos e Ingeniería de Software de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Informáticos de la Universidad Politécnica de Madrid.
Avance
La inteligencia artificial (IA) está transformando de manera profunda el mercado laboral, redefiniendo las habilidades y competencias necesarias para afrontar los retos y aprovechar las oportunidades de un mundo impulsado por la tecnología. Si uno de los objetivos de la educación es preparar a los alumnos para el futuro profesional, no puede obviar esta transformación. Este artículo analiza el impacto de la IA en la educación y el trabajo, destacando la necesidad de preparar a los estudiantes para un entorno dinámico donde la innovación, la adaptabilidad y el pensamiento crítico serán fundamentales.
Los autores analizan algunas de las transformaciones que la IA está operando en el ámbito laboral, tales como la redefinición de roles o el crecimiento de productividad que están experimentando los sectores más expuestos a ella. Ahondan también en la aparición de nuevas posibilidades de colaboración entre la inteligencia humana y la GenAI (inteligencia artificial generativa), remarcando cómo esta última puede actuar «como una herramienta complementaria en lugar de un reemplazo directo». Partiendo de este escenario profesional, Robles y Menasalvas defienden la necesidad de que los alumnos cuenten con herramientas y conocimientos que les permitan abordar estas importantes transformaciones tecnológicas cuando se incorporen al mundo laboral. Respaldan sus argumentos con documentos como el Marco de Competencia en Inteligencia Artificial para el alumnado, presentado recientemente por la Unesco, o con estudios que sostienen la importancia de enseñar el manejo de la IA a alumnos no directamente involucrados en ella, ya que este aprendizaje repercutirá directamente en su nivel de empleabilidad. En estos textos se subraya la importancia de fomentar habilidades éticas, técnicas y humanas que permitan a las futuras generaciones liderar de manera responsable en una era tecnológica en constante evolución.
Ante el panorama laboral y educativo que presentan en el texto, los autores concluyen que la colaboración entre gobiernos, empresas, instituciones educativas y estudiantes, resulta clave; pues solo así se podrá asegurar un uso inclusivo de la inteligencia artificial, garantizando que la transformación que se está produciendo contribuya al progreso social y económico.
El mundo está en medio de una transformación sin precedentes impulsada por avances tecnológicos, especialmente por la inteligencia artificial (IA). En pocos años, esta ha pasado de ser un concepto abstracto para la inmensa mayoría a una tecnología aplicada en infinidad de sectores. Este cambio ha generado grandes expectativas, pero también muchas inquietudes, especialmente en cuanto al impacto que tendrá en el futuro del trabajo y en la formación de las próximas generaciones.
La educación es el pilar sobre el cual se construyen las sociedades modernas. Los sistemas educativos tienen como objetivo principal preparar a los estudiantes para insertarse en el mercado laboral y contribuir a la sociedad. Sin embargo, la velocidad del desarrollo tecnológico, liderado por la IA, está creando una disrupción sin precedentes en los trabajos tradicionales, lo que obliga a repensar la manera en que formamos a las nuevas generaciones.
En este contexto, la educación enfrenta el reto de evolucionar para no quedarse atrás en este nuevo panorama laboral. No se trata solo de enseñar a los estudiantes a utilizar nuevas herramientas tecnológicas, sino de dotarlos de las competencias necesarias para manejarse en un entorno incierto, donde la innovación y la adaptabilidad serán fundamentales. Los modelos educativos tradicionales, centrados en la memorización y la transmisión de información, necesitan ser complementados por enfoques que prioricen el desarrollo de habilidades como la creatividad, el pensamiento crítico, la capacidad de adaptación, la colaboración y la comunicación.
El impacto de la inteligencia artificial en la sociedad, el trabajo y la educación ha generado diversas opiniones y teorías sobre su desarrollo futuro. Si bien hay consenso en que revolucionará el mundo tal como lo conocemos, no todos coinciden en cómo se desarrollará este cambio ni en si los efectos serán mayoritariamente positivos o negativos. A continuación, se analizan tres tendencias principales sobre el impacto de la IA: los optimistas tecnológicos, los pragmáticos y los alarmistas tecnológicos.
El optimismo tecnológico es quizás la visión más difundida entre los defensores de la inteligencia artificial y sus aplicaciones. Este grupo cree que traerá consigo un futuro brillante, lleno de avances que mejorarán la vida humana en múltiples dimensiones, desde la salud hasta el trabajo y la educación. Las principales ideas de los optimistas tecnológicos son las siguientes:
El enfoque pragmático se basa en la idea de que el impacto de esta tecnología será mixto: mientras que la inteligencia artificial creará muchas oportunidades, también presentará desafíos importantes que deberán ser gestionados adecuadamente. Los pragmáticos consideran que, con la regulación adecuada y una planificación cuidadosa, la IA puede ser una fuerza positiva en la sociedad, pero advierten de que su implementación debe manejarse con cuidado. Sus principales ideas son:
El enfoque alarmista plantea que la inteligencia artificial podría representar una amenaza existencial para la humanidad si no se gestiona de manera adecuada. Sus principales ideas son:
Utilizando datos de más de 500 millones de ofertas de empleo en 15 países, un reciente estudio[1] proporciona una visión empírica de la penetración y los efectos de la IA.
Esta está revolucionando la productividad laboral, marcando un antes y un después en la manera en que las empresas generan valor. Según el informe, los sectores con mayor exposición a la IA, como servicios financieros, tecnología de la información y servicios profesionales, están experimentando un crecimiento de la productividad casi cinco veces mayor que aquellos con menor exposición. Este fenómeno no solo implica realizar tareas tradicionales de manera más rápida y eficiente, sino también descubrir nuevas formas de crear valor mediante modelos de negocio innovadores. La capacidad de la inteligencia artificial para automatizar procesos complejos, analizar grandes volúmenes de datos en tiempo real y apoyar la toma de decisiones estratégicas está transformando industrias enteras. Además, los líderes empresariales reconocen su potencial, con un 84% de los CEO encuestados afirmando que la IA incrementa la eficiencia de los empleados.
La inteligencia artificial está transformando profundamente las habilidades necesarias para desenvolverse con éxito en el mercado laboral del futuro. En un entorno donde las tecnologías avanzadas están cambiando la naturaleza de las tareas, las competencias relacionadas con ella, como el aprendizaje automático, el procesamiento de lenguaje natural y la visión por computadora, se han convertido en un elemento diferenciador clave. Estas habilidades no solo son cada vez más demandadas, sino que además están asociadas a primas salariales significativas en muchos mercados. No obstante, el impacto va mucho más allá de las habilidades técnicas. Es imprescindible que los profesionales desarrollen competencias complementarias, como el pensamiento crítico, la creatividad y la capacidad de adaptarse a nuevas realidades, ya que estas son más difíciles de automatizar y resultan fundamentales en la interacción entre humanos y tecnología. Los cambios en las habilidades requeridas en ocupaciones expuestas a la IA están ocurriendo a un ritmo acelerado, lo que refuerza la importancia del aprendizaje continuo. En un mercado laboral en plena evolución, la capacidad de adquirir y aplicar nuevas competencias será decisiva para aprovechar las oportunidades que trae consigo esta transformación tecnológica.
Por otra parte, la inteligencia artificial está cambiando la forma en que entendemos el empleo, transformando los roles existentes y abriendo nuevas oportunidades. Aunque a menudo se teme que sustituya trabajos, en realidad está modificando el tipo de tareas que se realizan, permitiendo una evolución más gradual del mercado laboral.
Muchas ocupaciones están siendo mejoradas gracias a herramientas que aumentan la productividad y simplifican procesos. Por ejemplo, en la atención al cliente, los asistentes virtuales impulsados por IA permiten responder a consultas básicas de manera eficiente, dejando a los agentes humanos más tiempo para resolver problemas complejos. En el sector financiero, los sistemas de análisis predictivo ayudan a los analistas a identificar tendencias y riesgos con mayor rapidez y precisión. En la administración, herramientas como el procesamiento de lenguaje natural permiten automatizar la clasificación de documentos y la generación de informes, reduciendo significativamente el tiempo dedicado a tareas rutinarias. Estos ejemplos muestran cómo la IA no solo optimiza el trabajo, sino que permite a las personas enfocarse en actividades de mayor impacto y valor añadido.
En conclusión, la inteligencia artificial está transformando el mercado laboral, las habilidades requeridas y la productividad en las empresas. Lejos de suponer una amenaza para el empleo, está generando oportunidades al redefinir roles, mejorar procesos y crear nuevos modelos de negocio.
La inteligencia artificial generativa (GenAI, siglas de la expresión inglesa Generative artificial intelligence) está cambiando la forma en que trabajamos, pero su impacto, por el momento, no debe entenderse como una amenaza directa a los empleos. A pesar de los avances rápidos en esta tecnología, su capacidad para reemplazar completamente a los trabajadores es limitada. Según un reciente análisis de más de 2800 habilidades laborales[2], ninguna se considera «muy probable» de ser sustituida por GenAI. Esto no significa que la tecnología no tenga un impacto, pero refuerza la idea de que la GenAI es, en esencia, una herramienta diseñada para complementar y no sustituir.
El verdadero valor de la GenAI radica en su capacidad para asumir tareas repetitivas o tediosas. De esta forma, está demostrando tener un impacto significativo en ocupaciones que dependen principalmente de habilidades digitales y conocimientos teóricos. Trabajos como desarrollo de software, marketing digital y análisis de datos están experimentando una transformación acelerada. En estos roles, la GenAI puede generar código, optimizar campañas publicitarias o analizar grandes volúmenes de datos con rapidez, reduciendo la carga de trabajo en tareas repetitivas y permitiendo a los profesionales centrarse en soluciones más estratégicas. Por ejemplo, en el desarrollo de software, herramientas como asistentes de codificación ya están facilitando la depuración y la creación de algoritmos básicos, aunque las tareas más complejas aún dependen de la creatividad y la experiencia humana.
Por otro lado, la GenAI tiene un alcance más limitado en trabajos que requieren habilidades manuales o una fuerte interacción humana. Profesiones como la enfermería, el cuidado infantil o la gastronomía siguen dependiendo de la presencia física y el juicio humano. En estos roles, la tecnología puede actuar como un apoyo, como en la elaboración de planes de cuidado o la gestión de inventarios, pero no puede sustituir las habilidades prácticas necesarias para atender a un paciente, cuidar a un niño o preparar una comida. La esencia de estas ocupaciones, que combinan habilidades técnicas con una dimensión humana, sitúa a la GenAI como una herramienta complementaria en lugar de un reemplazo directo.
Lo que resulta evidente es que aprender a utilizar la inteligencia artificial generativa será clave para los trabajadores del futuro. No se trata solo de evitar ser desplazados, sino de aprovechar al máximo estas herramientas para mejorar la productividad y la calidad del trabajo. La formación continua y el desarrollo de habilidades, tanto técnicas como humanas, serán fundamentales en este contexto. Como bien se dice, «la IA no te va a quitar el trabajo, pero alguien que sepa usarla sí». Por eso, aquellos que logren integrar la GenAI como un complemento en sus roles no solo mantendrán su relevancia, sino que tendrán una ventaja competitiva significativa en el mercado laboral del mañana.
La IA se está convirtiendo en una parte cada vez más importante de diversos campos, lo que hace necesario el desarrollo de competencias relacionadas con ella incluso entre los estudiantes que no se especializan en informática.
La Unesco ha presentado un Marco de Competencia en Inteligencia Artificial para el alumnado[3]. Este marco busca preparar a los estudiantes como ciudadanos responsables y creativos en la era de la inteligencia artificial. Este documento establece 12 competencias fundamentales, organizadas en cuatro dimensiones clave:
De esta forma, el marco enfatiza principios esenciales como el pensamiento crítico, la interacción centrada en el ser humano, la sostenibilidad ambiental y la inclusividad. Además, promueve competencias éticas y técnicas que permitan a los estudiantes utilizar y cocrear soluciones de IA de manera responsable.
En otro estudio[4] se desarrollan las principales razones para enseñar inteligencia artificial a estudiantes no relacionados con disciplinas técnicas:
En este caso las competencias se agrupan en diez áreas clave, incluyendo:
La inteligencia artificial está transformando nuestra realidad a una velocidad sin precedentes, impactando tanto el mercado laboral como los sistemas educativos. En este contexto, preparar a los estudiantes para enfrentar estos cambios no es solo una cuestión técnica, sino un desafío integral que exige una visión conjunta y multidisciplinaria. Gobiernos, empresas, instituciones educativas y los propios estudiantes tienen un papel crucial en esta transición hacia un futuro donde la IA será una herramienta central en todas las esferas de la vida.
Uno de los mayores retos que enfrentamos es equilibrar las oportunidades y los desafíos que trae consigo la IA. Por un lado, ofrece posibilidades casi ilimitadas para mejorar procesos, crear nuevos empleos y personalizar el aprendizaje. Por otro, plantea dilemas éticos, riesgos de exclusión y la necesidad de habilidades adaptativas en un mundo en constante cambio. En este sentido, la educación debe ser mucho más que la transmisión de conocimientos técnicos; debe convertirse en un catalizador para desarrollar competencias críticas, como el pensamiento ético, la creatividad y la capacidad de colaborar en entornos interdisciplinarios.
El mercado laboral ya está experimentando una transformación profunda, y las competencias relacionadas con la IA, desde habilidades técnicas como el aprendizaje automático hasta habilidades humanas como la adaptabilidad, son cada vez más esenciales. Esta realidad refuerza la importancia del aprendizaje continuo, no solo para los estudiantes actuales, sino también para los profesionales que buscan mantenerse relevantes en sus campos.
La implementación de marcos de competencias en IA, como los propuestos por la Unesco, y la inclusión de enfoques pragmáticos para enseñar esta tecnología a estudiantes de disciplinas no técnicas son pasos en la dirección correcta. Sin embargo, es necesario ir más allá de los modelos tradicionales y fomentar una cultura de innovación y aprendizaje que permita a las personas no solo convivir con la inteligencia artificial, sino liderar con ella.
En definitiva, el éxito en esta nueva era tecnológica dependerá de nuestra capacidad para anticiparnos a los cambios, fomentar el aprendizaje ético y técnico, y promover un uso inclusivo y sostenible de la IA. Este esfuerzo colectivo será clave para garantizar que la inteligencia artificial no solo transforme nuestra manera de trabajar y aprender, sino que también contribuya al bienestar y progreso de la sociedad en su conjunto.
[1] https://pwc.com/aijobsbarometer
[2] https://www.hiringlab.org/wp-content/uploads/2024/09/Indeed-Hiring-Lab-AI-24_05.pdf
[3] https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000391105
[4] https://dl.acm.org/doi/10.1145/3631802.3631829
Foto de cabecera: © iStock / gremlin