Santiago Gómez Amigo

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Nueva Revista

Tres ratones ciegos

Hace ya más de veinte años, el periodista estadounidense Ken Auletta escribió su conocido libro Three blind mices, en el que contaba los desesperados intentos de las tres grandes cadenas de televisión de Estados Unidos (ABC, CBS y NBC) para hacer frente a la irremediable pérdida de audiencia que se les avecinaba por el crecimiento de los canales temáticos y los operadores de cable. La situación parecía catastrófica y muchos expertos apuntaban a un más que probable cambio de ciclo en televisión. Dos décadas después el mercado televisivo ha cambiado de forma radical, aquellas predicciones se han cumplido, pero sólo en parte. Actualmente en Estados Unidos son cuatro las grandes cadenas nacionales, con la consolidación de Fox, pero siguen siendo líderes de audiencia. La fragmentación del mercado es una realidad -los operadores de cable tienen más audiencia que las cadenas generalistas-, pero ha afectado a todos por igual. En la actualidad ningún operador de televisión tiene más del 15% del mercado, lejos del 25% que tenían por separado ABC, CBS y NBC, pero pese a la pérdida de diez puntos de cuota de pantalla siguen siendo el medio de comunicación con una audiencia mayor, lo que les permite mantener su capacidad para conseguir ingresos publicitarios. La televisión en España se encuentra al borde de un proceso similar al que se ha vivido desde finales de los ochenta en Estados Unidos. La aparición de dos nuevos operadores analógicos en abierto (Cuatro y La Sexta) y los nuevos canales de televisión digital terrestre han introducido cambios que ya se dejan notar y que van a tener un efecto notable a medio plazo. Antena 3, Telecinco y Televisión Española cerraron 2004 con más de un 20% de cuota de pantalla cada una; dos años más tarde, sólo Telecinco supera esa barrera. La fragmentación de la audiencia es un hecho y el futuro que espera a las grandes cadenas es compartir la audiencia y el mercado publicitario con un mayor número de operadores. La supervivencia pasa, inevitablemente, por saber adaptarse a este nuevo escenario y asumir la fuerte competencia de la mejor manera posible. La mayor parte de esa nueva competencia proviene de la televisión digital terrestre (TDT). Esta nueva modalidad comenzó su andadura oficial en 2000 con el lanzamiento de Quiero y la aparición de Onda 6, una televisión autonómica privada de la Comunidad de Madrid que se convirtió en la primera TDT de Europa en emitir en abierto. Dos años más tarde, en 2002, se concedieron dos licencias nacionales de TDT: Net TV, liderado por Vocento, y Veo Televisión, con El Mundo y Recoletos al frente. Pero el arranque verdadero no tuvo lugar hasta el 30 de noviembre de 2005, cuando fue efectiva la nueva distribución de frecuencias y empezaron a emitir quince nuevos canales nacionales. Un simple vistazo nos permite concluir que los cinco primeros años de vida de la TDT sólo han visto fracasos o proyectos hibernados a la espera de tiempos mejores. NUEVOS PROBLEMAS Parecía que la situación iba a mejorar de forma definitiva a...