Pedro de Torres Simó

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Nueva Revista

La nueva regulación de las telecomunicaciones

Uno de los hechos mds relevantes que se han producido en los últimos años en las economías occidentales lo constituye, sin duda alguna, el proceso de liberalización de las telecomunicaciones y la simultdnea expansión de este sector empresarial que se ha convertido en uno de los mds dindmicos y de mayor crecimiento.Esta situación es especialmente destacable en el caso español, donde no solo la aparición de Retevision y la consiguiente ruptura de un monopolio existente desde los años veinte es una muestra de esta tendencia, sino que todo el sector se encuentra inmerso en un intenso proceso de cambio y de aparición de nuevas oportunidades y tecnologías. Así, servicios como el acceso a Internet, la telefonía móvil, la televisión digital (inicialmente por satélite, pero pronto por vía terrenal) o las telecomunicaciones por cable han entrado en las vidas y actividades de numerosos ciudadanos y empresas, siendo tan solo la punta de lanza de un proce­so imparable.Las consecuencias económicas y sociales de este fenómeno están aún sujetas a análisis, si bien resulta evidente que la adecuada dotación y utilización de las telecomunicaciones va a ser uno de los elementos determinantes de la competitividad de nuestras empresas y, también, de la calidad y formación de nuestro capital humano. No obstante, si bien es cierto que existe un consenso bastante generalizado acerca de lo anterior (basta con recordar las numerosas experiencias puestas en marcha por distintos gobiernos para impulsar la creación de la Sociedad de la Información), en algunos ámbitos no parece existir tal consenso respecto a cómo lograrlo.Por ejemplo, en nuestro país, no hace mucho tiempo hemos asistido a las quejas públicas del operador dominante en contra del procedimiento seguido para la apertura del mercado y la regulación puesta en vigor por el Gobierno del Partido Popular. En mi opinión, y al margen de la limitada repercusión que estas afirmaciones y otras similares pueden tener sobre la opinión pública, afortunadamente el debate que se plantea es artificial, puesto que en los principales foros académicos y, ciertamente, en los principales órganos reguladores tanto nacionales como internacionales, el consenso sobre la importancia económica y social del sector se extiende también al procedimiento que debe seguirse para su efectivo desarrollo.Este procedimiento no es otro que la apertura a la competencia de los mercados antes monopolizados, pero siguiendo un proceso inicialmente regulado puesto que, como veremos más adelante, sin regulación difícilmente surgirá la competencia efectiva. Este artículo pretende, pues, analizar las razones que hacen de las telecomunicaciones actuales un sector regulado, incidiendo en algunas claves que justifican tal regulación y que creo que deben ser conocidas por el conjunto de los ciudadanos.EL SECTOR DE LAS TELECOMUNICACIONESEspaña estaba, hasta fechas bien recientes, en el furgón de cola del proceso de la liberalización de las telecomunicaciones en Europa, en relación con los grandes Estados miembros. Sin embargo, una sola medida normativa, el RDL 6/1996 de liberalización de las telecomunicaciones, base de todos los desarrollos normativos posteriores, nos ha colocado de iure en la cabeza del grupo.La apuesta...