José Manuel Leceta García
A la innovación por la educación y el emprendimiento
Desde los años posteriores a la II Guerra Mundial hasta la década de los setenta y paralelamente al crecimiento de grandes empresas nacionales y multinacionales, las políticas públicas se orientaron al apoyo a la ciencia y la tecnología, ante la percepción general de que la investigación obraba milagros. Y se sentaron así las bases del contrato social con la ciencia, la «transferencia de tecnología» sobre bases codificadas (publicaciones, patentes, etc.) y la cooperación universidad-empresa desde una perspectiva lineal: desde el laboratorio al mercado. Este es el modelo vigente en gran parte del siglo XX basado en economías de escala y alcance para la producción de productos más bien homogéneos a través de la «acumulación creativa» en las grandes empresas.
Con la revolución inducida por las tecnologías de la información en la década de los ochenta, sin embargo, se observa un cambio de tendencia en el resurgir de las pequeñas empresas como nuevos agentes innovadores y ello en la mayor parte de las economías desarrolladas. Asistimos así a una sorprendente vuelta al modelo inicial de Joseph Schumpeter, caracterizado por la «destrucción creativa». Se trata de un inesperado retorno de la «Economía gerencial» a la «Economía emprendedora», términos acuñados por los profesores Audretsch y Thurik en 2004.
La destrucción creativa supone la vuelta al emprendedor primigenio. Una realidad más patente en EEUU que en Europa si pensamos que los Nobel, Citroën y Siemens en la era de las tecnologías de la innovación tienen nombres como Boyer, Gates y Jobs. Y es que desde 1980 a 2005 la práctica totalidad del empleo neto generado en EEUUse debió a empresas con menos de cinco años de vida. Sin embargo, en Europa, aun cuando su importancia relativa varíe según el grado de desarrollo de las economías nacionales y la madurez de sus sectores, la identificación de las grandes empresas como principales agentes impulsores de innovación e internacionalización, sigue aún muy instalada en el subconsciente colectivo y también en las políticas públicas.
Ratios de propietariosde negocios frente a empleo en seis países OCDE: Van Stel (2005), citado por Thurik (2009), " Enterprenomics: enterpreneurship, economic growth and policy"
NUEVOS INSTRUMENTOS PARA NUEVOS TIEMPOS
Todo ello tiene su traslación en las formas de valorización del conocimiento imperantes o transferencia de tecnología, cuyos vehículos son esencialmente tres según la Fundación COTEC: 1) protección de la propiedad intelectual (patentes) y su explotación (licencias); 2) I+D colaborativa (ya sea vía asistencias técnicas, consorcios o subcontratos) y, por último, 3) la creación de nuevas empresas de base tecnológica. Y mientras que los dos primeros caminos están más que transitados, solo desde los años noventa, y ante la evidencia de los éxitos de EEUU en los nuevos sectores tecnológicos, se viene prestando una atención creciente a esta última tercera vía en Europa. A este respecto, las administraciones nacionales y locales han venido apostando por las nuevas empresas de base tecnológica,esencialmente a través de la provisión de infraestructuras y servicios de incubación para favorecer su creación en sus primeros pasos (de la mano de parques científico-tecnológicos ligados a...