Javier Zulueta

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Genuino sabor americano

Poca gente reconocería a Wayne McLaren por su nombre, pero muchos lo han visto multitud de veces montado en su caballo mientras anunciaba el auténtico sabor americano de cierta marca de cigarrillos rubios. Este vaquero, cuya imagen transmitía seguridad y fortaleza, sucumbió a un cáncer de pulmón causado por el producto que tan glamorosamente anunciaba. Poco antes de morir, hace ahora un año, el Sr. McLaren se quejaba en una entrevista de no estar bien informado de las consecuencias que acarreaba fumar hasta que fue demasiado tarde. En Estados Unidos este argumento no es del todo válido puesto que en los últimos 30 años las campañas informativas sobre los efectos perjudiciales del consumo de tabaco han sido masivas e insistentes. Gracias a ello ha disminuido de forma considerable el porcentaje de personas que fuman, aunque todavía lo hacen la cuarta parte de los adultos y sigue aumentando el número de nuevos fumadores adolescentes. En España la situación es mucho más grave porque no hay una mentalización pública contra el tabaco. En Estados Unidos el fumador es considerado poco menos que portador de una enfermedad contagiosa, mientras que en España fuma una gran parte de los médicos y enfermeras y se permite fumar en edificios públicos, incluidas las Facultades de Medicina. Menciono específicamente a los médicos puesto que si ellos no ven el problema, ¿cómo lo va a ver el resto de la población? Sin llegar al extremo norteamericano, es preciso que en España cambiemos la actitud de la mayoría, lo cual sólo se conseguirá con información veraz y al alcance de todos. El ejemplo médico No basta con decir que fumar es perjudicial para la salud. Con ello se equipara el consumo de tabaco con las dietas ricas en grasa, o con el estilo de vida sedentario que, desgraciadamente, padecemos en Occidente. Fumar es mortal. Ahí están las estadísticas de la Sociedad Americana contra el Cáncer. El tabaco mata a más gente que el alcohol, la cocaína, la heroína, los homicidios, los suicidios, los accidentes de tráfico, los incendios y el sida combinados. En Estados Unidos se calcula que van a morir de cáncer de pulmón unas 150.000 personas durante el año 1993. Además, el cigarrillo está directamente relacionado, o es el causante, de otras 300.000 muertes por otras enfermedades como el infarto de miocardio y el enfisema. Por otro lado, se ha descubierto recientemente que niños expuestos al humo del cigarrillo de los padres tienen nicotina detectable en la sangre y sufren ataques asmáticos con más frecuencia y de mayor severidad que niños de padres que no fuman. También se ha demostrado en varios estudios epidemiológicos que personas no fumadoras tienen mayor riesgo de sufrir cáncer de pulmón cuando están expuestas al humo exhalado por fumadores. El problema es muy complejo, debido al poder adictivo de la nicotina. Uno de los signos más característicos de cualquier adicción es la negación de la realidad. Dejar de fumar es muy difícil, pero si uno no está convencido de que debe hacerlo, es prácticamente imposible....