Henri Michaux

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El infinito turbulento

El infinito turbulentoFragmento final de la tercera experiencia Son las tres. He debido de tomar una pequeña dosis más, hace alrededor de una media hora. La sensibilidad se va. Por oleadas, la sensibilidad se bate en retirada. Partes de mí se transforman como en láminas neutras.El ruido de la llama del fuego en la chimenea se torna amplio. Muestra empuje. No en sí, sino en las profundidades. Hay una amplitud. Hay una gran amplitud. Hay una amplitud en volutas, hay una extraordinaria amplitud, una amplitud en los centros, una amplitud repetida, que va hasta más allá del espado, una amplitud que jamás ha sido conocida. Hay una formación de una extraordinaria amplitud.Noble, grandioso, impecable, cada instante se forma, se colma, se desmorona, se rehace en un nuevo instante que se hace, que se forma, que se consuma, que se desmorona y se rehace en un nuevo instante que se hace, que se forma, que se colma y se pliega y se enlaza al siguiente que se anuncia, que se hace, que se forma, que se colma y se extenúa en el siguiente que nace, que se yergue, que sucumbe y en el siguiente se restaura, que viene, que se erige, madura y al siguiente se une... que se forma y así sin fin, sin frenarse, sin agotamiento, sin accidente, con una desmedida perfección, y monumentalmente.La bondad, (¡Sí!), la belleza, la plenitud del instante que se forma, que sucumbe, que con una perfección insensata se rehace en otro estrictatp.ente igual, sin que ningún elemento, ningún accidente, haga cambiar a uno u otro en lo más mínimo, invaciado, inviolado, inviolable, puro de toda ruptura, de toda interferencia, y yo en la más maravillosa de las contemplaciones, desapegado (El "yo", ¿dónde está su sitio?), repuesto en la circulación general, en la indecible alegría de una suerte de cooperación en la perfecta culminación de cada uno de estos arcos de perfección, fuera de toda inquietud, de todo examen, de toda tiniebla.Pero lo que yo así contemplaba, ¿eran instantes, eran como fragmentos de segundo enlazándose? ¿Era un elemento distinto, el elemento común a todo el universo, el lazo, la conexión y la base infinitamente simple, constante, que todo lo une, que realiza la continuidad universal, elemento activo, prolongación de la creación en todo tiempo, en todo lugar?Asisto al secreto de los secretos, pero sin poder penetrarlo.No puedo dejar de seguir el movimiento a ningún otro parecido y que debe de encontrarse por doquier, matemática del secreto del mundo.La grandeza, la soberanía, tiene algo de inmensamente significativo, como si fuera la expresión de muchas leyes o más bien de la ley única que está en todas las leyes.Y yo, testigo maravillado, con mi vana vida viajera que emprendía al fin la ruta milagrosa. Pero este "al fin" no era reposo. Yo no tenía reposo alguno. Ni por un instante cesaba de estar colmado de nuevo, con desmesura; mejor dicho, con la perfectamente noble y magnífica y exorbitante desmesura que es la verdadera medida y capacidad...