Carlos Montes Serrano

1 Publicaciones 0 COMENTARIOS
Arquitecto

El Madrid del 98

Esta obra de Carlos de San Antonio, Profesor Titular de la Universidad Politécnica de Madrid, se encuadra en la numerosa producción que, desde ópticas diversas, ha analizado la crisis finisecular representada por aquel mítico 98. Para celebrar el centenario, a lo largo de 1998 asistimos a múltiples iniciativas culturales. Instituciones, artistas, críticos, historiadores, literatos, periodistas, políticos y estudiosos en general, sumaron sus esfuerzos para revisar aquellos acontecimientos con publicaciones, coloquios, conferencias y exposiciones  surgidas en los distintos ámbitos. Sin embargo, la atención a la arquitectura de esos años ha sido mínima: algunos artículos sueltos en libros y revistas, y la referencia obligada en las exposiciones temáticas celebradas. Este volumen, por tanto, adquiere el valor de lo testimonial, no sólo por ser el único que trata de la arquitectura, si no por lo original de su planteamiento, al enmarcar la producción edilicia madrileña en el universo cultural de la Generación del 98. La traslación y la analogía de conceptos entre las diversas manifestaciones del pensamiento y de la cultura siempre ha sido un ejercicio atractivo en el análisis historiográfico. Escudriñar cuáles son las ideas que mueven una determinada época y cómo se manifiestan en el arte, en la arquitectura, en la filosofía, en la literatura o en la política es una tarea apasionante y, a la vez, no carente de riesgos. El peligro viene cuando se quiere encorsetar la historia en un sistema concebido a priori, sin respetar las excepciones o lo inexplicable. En este sentido, la obra que comentamos es ejemplar. El autor, sin forzar las afinidades, elabora su discurso arquitectónico en paralelo a las ideas que flotan en el ambiente. Así, la crisis del Iluminismo se relaciona con la del Clasicismo y sus postulados vitruvianos; el sueño medieval del Romanticismo con el resurgir del Gótico; los racionalismos de nuevo cuño —el positivismo de Comte y el eclecticismo de Cousin— con el eclecticismo arquitectónico; la crisis del positivismo y la irrupción de los movimientos irracionalistas y vitalistas con el modernismo. La trama del relato adquiere un interés particular cuando se estudia la decadencia española, la crisis del 98 y la eclosión del regeneracionismo. Sucesivamente aparecen en escena Sanz del Río y el krausismo, Giner de los Ríos y la Institución Libre de Enseñanza, Menéndez Pelayo y el tradicionalismo, Unamuno y el casticismo y los escritores de la Generación del 98. Para el autor, pocas veces como en el 98 puede establecerse una afinidad tan clara entre la política, la sociedad, la cultura, el arte y la arquitectura. Se dan en todas ellas conceptos sinónimos. Así, el tradicionalismo de Menéndez Pelayo se traduce en el regionalismo de Rucabado y de Aníbal González; el casticismo unamuniano lo interpreta Torres Balbás, casi al pie de la letra, en sus escritos; los regeneracionismos institucionista y del grupo de escritores del 98 se encauzan en la búsqueda de una arquitectura moderna española hacia dos direcciones opuestas: la que mira a Europa y la que se inspira en nuestra tradición. De los que buscaron en Europa soluciones modernas,...