Antonio Bonet Madurga

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Técnico Comercial y Economista del Estado

MERCOSUR, el dificil camino de la integracion economica en Hispanoamerica

A escasos 8 meses de la entrada en vigor del Mercado Común del Sur (MERCOSUR) el camino recorrido permite ser optimista, a pesar de los problemas a los que se enfrenta, sobre lo que sería el primer éxito real de un proceso de integración económica entre países hispanoamericanos. Algunos observadores pudieron pensar que el Tratado de Asunción del 26 de Marzo de 1991 entre Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay que creaba MERCOSUR no sería sino un nuevo intento de integración económica llamado al fracaso, como tantos otros en Hispanoamérica. En esta ocasión la receta, aunque novedosa, era excesivamente ambiciosa porque: El impulso político inicial presentaba serias dudas sobre su continuidad. Los promotores políticos de MERCOSUR, los presidentes brasileño y argentino, Sarney y Alfonsín, dieron la sensación de que lanzaron el proyecto para crear ilusiones en sus países y desviar la atención de los agudos problemas políticos y económicos que sufrían. Paraguay, a su vez, recién derrocado el dictador Stroêsner necesitaba un aval político internacional para consolidar su proceso a la democracia; su aceptación por un club de socios democráticos parecía la receta adecuada. Uruguay, por último, no podía quedar marginado de un proceso, por escasas perspectivas de éxito que tuviera, en donde estaban integrados la totalidad de sus vecinos. Se eligió la fórmula de integración más avanzada y compleja, es decir el Mercado Común, desechando otros mecanismos más sencillos, como la Zona de Libre Cambio o la Unión Aduanera. Para que sea sostenible la libertad de circulación de mercancías basta que haya voluntad política y políticas macroeconómicas no divergentes. Sin embargo, la implementación sostenida de libertades de circulación de capitales, trabajadores y de libre prestación de servicios requiere esfuerzos políticos y económicos mucho más complejos. Se decidió integrar a cuatro áreas muy heterogéneas en cuanto a su dimensión, política económica, población, estructura de su comercio exterior, y grado de dependencia comercial con los restantes países del MERCOSUR. Es bien sabido que cuanto más próximos en términos económicos y cuanto más interrelacionados están los países más fácil es realizar un proceso de integración. Los plazos fijados en el Tratado de Asunción pecaron de un optimismo y un voluntarismo excesivos. Así, se fijaron plazos y períodos transitorios brevísimos y, por tanto, difícilmente cumplibles desde un punto de vista técnico. Por sólo citar un ejemplo, el Tratado de Asunción prevee que el 1 de Enero de 1995, en apenas 4 años, haya libertad total de intercambios intrazona y que entre en vigor en su totalidad y sin período transitorio el Arancel Exterior Común (AEC). Por último, en el Tratado de Asunción no se definió la configuración concreta del MERCOSUR, sino que únicamente se establecieron los objetivos generales. Esto obligaba a un proceso lento, complejo y dinámico de negociación siempre sujeto a que los avatares políticos y económicos de los países miembros pudieran retrasar o impedir. Los cuatro países miembros iniciaron una frenética actividad para llevar a cabo los compromisos acordados. Es en el área de liberalización de los intercambios comerciales intraMercosur donde se han...