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Ver productos26 de mayo de 2025 - 8min.
Avance
Tras años de apatía religiosa, la creencia vuelve al primer plano de la política estadounidense. El cristianismo parece haberse hecho un hueco en el movimiento MAGA, favorecido por las efusiones del vicepresidente J. D. Vance a las que se han sumado estrategias del propio Donal Trump. En este contexto ha hecho aparición un libro de título explícito: Believe: Why Everyone Should Be Religious (Creer: Por qué todos deberían ser religiosos) por parte de uno de los columnistas conservadores más seguidos y considerado «la voz del catolicismo en los medios americanos», Ross Douthat.
Sus tesis renuevan la famosa apuesta de Pascal y proponen actuar y vivir, a la manera que sugirió Ratzinger, como si Dios existiera. Su variación la formula así: «¿Qué cuenta darás de ti mismo si resulta que los creyentes siempre han tenido razón?». La creencia, en Believe, no es un salto de fe marcado por la paradoja, la contradicción o la conjetura descabellada; es una cuestión de dominar la investigación y calcular las probabilidades. Se lo reconocen hasta sus críticos, que en el texto vienen representados en la figura de Packer. Este periodista escribió en The Atlantic un artículo sobre el libro de Douthat titulado, también contundentemente, Por qué no me convertiré en creyente. Su reproche principal viene por que el autor de la obra no hace distinción entre fe e ideología. «En sus columnas, la América contemporánea es decadente, el liberalismo nos ha dejado hambrientos y cualquier renovación depende de la fe; no de las prácticas esotéricas de la new age, ni del protestantismo progresista, sino de una religión de tinte tradicional e iliberal». Esta América contemporánea, además, habría visto en su presidente una «especie de figura mítica, por encima de la historia y la política, que lidera mediante un poder espiritual que lo conecta directamente con el pueblo. Desde esta perspectiva, la fe es inseparable del autoritarismo», concluye.
La utilización del cristianismo por parte de Donald Trump y sus seguidores como una seña de identidad de su movimiento MAGA (Make America Great Again) ha abierto una polémica encendida en Estados Unidos. A ella ha contribuido la coincidencia del segundo mandato del presidente con la publicación del libro con el provocador título Believe: Why Everyone Should Be Religious (Creer: Por qué todos deberían ser religiosos). Su autor, Ross Douthat, uno de los columnistas conservadores más seguidos, está considerado «la voz del catolicismo en los medios americanos».
Muy crítico con Trump, y también con el papado de Francisco, es considerado como el «conservador de los liberales», un pensador independiente, que va por libre, al margen de las consignas del Partido Republicano. Douthat fue formado por sus padres en el protestantismo de Nueva Inglaterra. Pero su pensamiento racionalista y su interés por los mecanismos del poder político lo llevaron a convertirse al catolicismo.
Columnista especializado en asuntos religiosos y políticos del New York Times, llegó a ser director de The Atlantic. Es autor de libros de gran repercusión en Estados Unidos, como To Change the Church, Bad Religion, Privilege y La sociedad decadente: Cómo nos hemos convertido en víctimas de nuestro propio éxito (Ariel, 2021), su única obra traducida al español hasta ahora.
Probablemente la crítica más dura que haya recibido el nuevo libro de Ross Douthat, en el que defiende la religión con argumentos racionales, haya sido la publicada por George Packer en The Atlantic: «No me convertirá en creyente», ha sentenciado el crítico. Reconoce el periodista que es un blanco difícil. Pese a haber sido criado en una familia de ateos y haber sido un no creyente toda la vida, admite haberse esforzado en «cruzar el río hacia el reino de la fe»: «He leído la Biblia judía y el Nuevo Testamento, he asistido a los servicios de la iglesia y del templo, me he sumergido en Kierkegaard y he mirado al cielo en busca de un destello de divinidad. Nada de eso me hizo cambiar».
«El universo sigue siendo aleatorio, vacío, frío —concreta su visión George Packer—. Estamos solos en la oscuridad, nada significa nada hasta que le damos un significado, y la muerte es el final. Estos son hechos incómodos, pero he llegado a aceptarlos e incluso, a veces, a abrazarlos, sin ningún deseo de desencantar a nadie más».
Pese al desacuerdo, Packer es un admirador de Douthat. «Su propio pensamiento, nutrido por una curiosidad innata y una amplia gama de lecturas —escribe—, se ha convertido en el más interesante del panorama de la opinión del Times. Lo leo, con admiración y fastidio, religiosamente».
¿Cuáles son los argumentos de Douthat que tanto rechazo provocan? «Dedica la mayor parte del libro a argumentar que el conocimiento científico hace que la existencia de Dios sea más probable, en lugar de menos —explica el crítico de The Atlantic—. Douthat se dirige al lector contemporáneo bien educado que requiere un trato racional para la religión, y entre sus palabras clave están razonable, sensato y empírico. La creencia, en Believe, no es un salto de fe marcado por la paradoja, la contradicción o la conjetura descabellada; es una cuestión de dominar la investigación y calcular las probabilidades. Si la química cerebral no ha localizado el sitio exacto de la consciencia, eso no sugiere el alcance de lo que los seres humanos saben: es evidencia de la existencia del alma».
Packer critica que, en la parte final de su libro, Douthat abandone el enfoque racional, lo que deja emerger «el autoritarismo que subyace a la religión». Sostiene que el autor adopta un tono sombrío al preguntar a los lectores qué harán si se equivocan, si resulta que Dios existe y les espera al otro lado para castigarlos por no haber comprendido el mensaje del libro de Douthat».
«¿Qué cuenta darás de ti mismo si resulta que los creyentes siempre han tenido razón?», pregunta, y luego retrata a los no creyentes como «superficiales, perezosos mentales y obsesionados con el estatus, demasiado preocupados por parecer inteligentes en una cena como para ver la verdad evidente».
En su libro, Douthat acusa a «los ateos de tomar el camino fácil, de pretender ser adultos maduros cuando su visión del mundo es irresponsable e infantil […]. Es la perspectiva religiosa la que te exige cargar con todo el peso del ser humano».
Sostiene Pecker que Believe aparece en un momento en que la incredulidad «parece quedarse sin gasolina». El propósito de Douthat, según él, es acelerar ese proceso. «El tiempo del nuevo ateísmo está quedando atrás», escribe; «parece que el misterio, la magia y el encantamiento vuelven al mundo». Aquí el periodista del Atlantic le da la razón y asegura que «un gran número de personas en todo Occidente cree que la sociedad liberal y el Estado burocrático están fracasando, no solo en proporcionar beneficios prácticos, sino también en ofrecer sentido y comunidad».
George Pecker analiza la relación entre la actual política norteamericana y las creencias. «El liberalismo secular no es lo mismo que el ateísmo —escribe—, pero la desilusión con el primero parece estar llevando a la gente moderna a un nuevo periodo de antirracionalismo y misticismo, con una creciente desconfianza en la ciencia establecida y un estancamiento del porcentaje de estadounidenses no creyentes».
Añade, además, el avance de una «tendencia hacia las conversiones de alto perfil por parte de figuras públicas: al cristianismo, en el caso de Ayaan Hirsi Ali, la refugiada atea del islam represivo, o al catolicismo, en el caso del vicepresidente J. D. Vance y otros».
Pecker recuerda cómo el propio presidente Donald Trump, que no había dado signos explícitos de fe alguna, ha abrazado una religiosidad renovada desde su atentado en julio de 2024. Según declaró en varias ocasiones, «Dios me salvó para hacer grande a Estados Unidos de nuevo», así que «recuperemos la religión». Días antes de que se publicara Believe, Trump anunció la creación de un grupo de trabajo del Departamento de Justicia para erradicar el sesgo anticristiano, así como una Oficina de Fe de la Casa Blanca, dirigida por Paula White-Cain, asesora religiosa de Trump, quien ha llegado a afirmar que oponerse a él significa oponerse a Dios.
«Los seguidores más fervientes del presidente —escribe Pecker— lo consideran una especie de figura mítica, por encima de la historia y la política, que lidera mediante un poder espiritual que lo conecta directamente con el pueblo. Desde esta perspectiva, la fe es inseparable del autoritarismo».
La mayor crítica del periodista del Atlantic al autor de Believe se centra en que no hace distinción entre la fe y las ideologías. «En sus columnas —escribe—, no traza una línea clara entre religión y política: la América contemporánea es decadente, el liberalismo nos ha dejado hambrientos y cualquier renovación depende de la fe; no de las prácticas esotéricas de la new age, ni del protestantismo progresista, sino de una religión de tinte tradicional e iliberal». Y concluye que Douthat «ha mantenido durante años un flirteo con el movimiento MAGA, respaldando muchas de sus políticas mientras enmascaraba su antipatía personal por Trump con su antipatía hacia la oposición».
Además de los links incluidos, en este texto se barajan otras referencias como las indicadas a continuación:
My Favorite Argument for the Existence of God, por Ross Douthat en The New York Times.
How Ross Douthat’s Proselytizing Falls Short, por George Packer en The Atlantic.
Ross Douthat: «In the intelligentsia, it’s Catholicism or nothing», por Freddie Hayward en The New Statement.
La imagen que lo ilustra es un detalle de La creación de Adán, la obra de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina del Vaticano. El archivo, en Wikimedia Commons, se puede consultar aquí.