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Ver productosLa respuesta de Robert Barron a la polémica estadounidense del «ordo amoris»
14 de abril de 2025 - 5min.
Robert Barron. Filósofo, teólogo y obispo de la diócesis de Winona-Rochester desde 2022. Barron es el fundador de la organización Word on Fire y el creador de Catholicism, una serie de televisión documental de gran éxito en los EE. UU.
Avance
La polémica en los EE. UU. sobre el ordo amoris (‘orden del amor’) comenzó el 29/1/2025 cuando el vicepresidente, J. D. Vance, en una entrevista con Fox News, realizó la observación aparentemente inofensiva de que la caridad comienza en casa. Era, señaló de pasada, «una idea de la vieja escuela» y «un concepto cristiano». El vídeo de la entrevista completa se puede consultar aquí.
«¿Quién habría pensado que en pleno siglo XXI hablaríamos del ordo amoris, del orden del amor, como algo de gran importancia política y cultural?», se pregunta Robert Barron, filólogo, teólogo y obispo de Winona-Rochester (EE. UU.). Partamos de quién es nuestro prójimo, que la parábola del buen samaritano (Lc 10: 25-37) responde «en un sentido moralmente relevante». Es «alguien necesitado a quien puedes ayudar». «Creo que ese es el prójimo del que habla Jesús». Lo decisivo no es la proximidad sino la relación moral con él. Barron señala que para entender el ordo amoris (‘orden del amor’) hay que fijarse primero en «la forma como Dios ama», porque «Dios no ama a todas las cosas ni a todas las personas por igual». Quiere el bien en diferentes grados y con diferentes intensidades. «Seamos sinceros, ama a los serafines más que a mí, a la Virgen María más que a mí». La pregunta sobre si una determinada persona debería amar con el mismo nivel de exigencia a absolutamente todo el mundo la responde Barron con un «obviamente, no», porque «es física y psicológicamente imposible amar a todo el mundo con la misma intensidad».
Entonces, ¿hay ciertas personas a las que tengo la obligación de amar con la mayor intensidad? «Claro. Si eres padre de familia, a tu esposa e hijos. En el orden del amor, los amas primero. Digamos que vives en Los Ángeles y tu barrio se está incendiando. ¿Cuál es tu primera obligación? Proteger a tu familia. Todos están en peligro, pero tu primera obligación es con tu familia. Pongamos por caso que tu familia está bien y diez casas más abajo sabes que la de tu vecino se está incendiando. ¿Tienes la obligación de dejar a tu familia y ayudarlo? Claro que sí». Del mismo modo, si un desconocido se presenta ante nosotros en una situación de necesidad inmediata y grave, ¿se suspende el ordo amoris para socorrerlo? «Sí», según Barron. «Imagina que descansas con tu familia por la noche, junto a la chimenea, viendo la televisión tranquilamente, y a la puerta llama alguien en gran peligro. No lo conoces. ¿Respondes con un ‘lo siento, esto no es ordo amoris’? Por supuesto que ‘no’. Te preocupas por él. Ese es el momento en que, debido a la necesidad inmediata, se suspende el ordo amoris». Pero la suspensión no implica que la excepción se convierta en regla.
Justo porque hay un ordo amoris, y Dios es el primero, santo Tomás Moro, en el contencioso con Enrique VIII por su divorcio, causa daño a su familia. «Por amor a Dios, el único amor absoluto», recuerda Barron. «Su hija, su yerno y su esposa sufrieron inmensamente por las decisiones que tomó, pero fue por amor a Dios». También Maximiliano Kolbe «sacrificó su vida para salvar al padre de familia que suplicaba en Auschwitz: ‘Soy esposo, soy padre’. Kolbe se ofreció por él. ‘Soy sacerdote católico, llévenme a mí en lugar de a él’, dijo. En parte quería significar: ‘No tengo familia, no tengo esposa ni hijos, llévenme a mí, iré en su lugar’ [a la celda donde los nazis los condenaban a morir de hambre]».
El ordo amoris se aplica a los individuos y se aplica a las naciones. Aquí entra el gran debate sobre la inmigración. «En filosofía política, santo Tomás de Aquino defiende el derecho a la propiedad privada. La Iglesia hace suya su doctrina y afirma que la propiedad privada es legítima. Se ha opuesto constantemente, desde León XIII hasta Francisco, a los esquemas socialistas según los cuales no hay propiedad privada o el Estado debería poseer los medios de producción. A la vez, cuando habla del uso de la propiedad privada, la Iglesia subraya que la obligación principal debe ser el bien común, no la barra libre a la propiedad privada para poder obtener lo que se quiera, tomar lo se que quiera, todo. Hay que preocuparse, y mucho, por el bien común». De ahí resulta el imperativo de evitar «una actitud patriotera o xenófoba». La doctrina social católica busca un sutil equilibrio entre la propiedad privada y su uso en aras del bien común. «Esa es una distinción muy importante. Como con el ordo amoris, que es válido, pero puede suspenderse en casos de emergencia».
El avance ha sido redactado por José Manuel Grau Navarro. Extracta algunas ideas de Robert Barron sobre el ordo amoris. Fuente: este vídeo.
San Agustín introdujo el concepto ordo amoris y santo Tomás de Aquino lo desarrolla con precisión en su Summa Theologiae, II-II, q. 26, sobre el orden de la caridad, donde se pregunta en trece artículos: 1) si hay algún orden en la caridad, 2) si Dios ha de ser más amado que el prójimo, 3) si el hombre debe amar más en caridad a Dios que a sí mismo, 4) si el hombre debe amarse más a sí mismo con caridad que al prójimo, 5) si el hombre debe amar más al prójimo que a su cuerpo, 6) si un prójimo ha de ser más amado que otro, 7) si debemos amar más a los mejores que a los más unidos a nosotros, 8) si ha de ser más amado quien nos está unido por origen carnal, 9) si el hombre debe amar más con caridad al hijo que al padre, 10) si el hombre debe amar más a la madre que al padre, 11) si el hombre debe amar más a la esposa que al padre y a la madre, 12) si el hombre debe amar más al bienhechor que al beneficiado y 13) si el orden de la caridad permanece en la patria [el cielo]. Online se puede consultar la Suma, en inglés, aquí.
Foto de cabecera: imagen del óleo El buen samaritano (Vincent van Gogh), licencia Wikimedia Commons. Se puede consultar aquí.