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Editorial Turner Noema, Madrid, 122 págs., 14 euros.

La construcción de Iberoamérica como proyecto político está en función al modelo institucional que sus gobiernos aspiran a defender. En este sentido, el liberalismo ha sido propuesto en numerosas ocasiones. Desde caudillos ilustrados que imitan la estela de Bolívar hasta partidos minúsculos que organizan la regeneración democrática, el liberalismo, desde antes de las independencias, ha estado presente en la política iberoamericana. Era cuestión de ser libres, el libro escrito por Miguel Ángel Cortés y Xavier Reyes Matheus, recorre el sendero liberal latino, indispensable para comprender el posibilismo reformista de tantas generaciones. Un posibilismo defendido por los autores, tal vez en virtud a sus propias biografías. Cortés, de formación práctica, es un político que mantiene vínculos profundos con Latinoamérica y una idea clara de su importancia global. Reyes, por su parte, es un intelectual cuyo pensamiento original y frondoso en la mejor tradición del ensayo americano, bebe de ambas orillas del Atlántico. Era cuestión de ser libres es una obra que refleja la actitud vital de los autores. Por eso, es una síntesis acabada de acción y reflexión.

Aun en estos días de oscuridad populista, el liberalismo, para amplias masas de ciudadanos iberoamericanos, continúa presentándose como un argumento válido para solventar las diferencias que matizan nuestra historia común. Solo la libertad institucionalizada puede crear un sistema de frenos y contrapesos capaces de conjurar las tendencias perniciosas que caracterizan a la cultura política latina: el autoritarismo, la partitocracia, el ausentismo de las élites, la ambigüedad ante la corrupción, el mesianismo político, la estatolatría subyacente, etc. Materializar un programa de reformas impulsadas desde la libertad responsable es el anhelo de las fuerzas de centro en el continente. El libro de Reyes y Cortés, a tono con esta premisa, nos recuerda que la integración regional, si aspira a expandirse y permanecer, ha de fundarse en la libertad, en una libertad ejecutiva y funcional, capaz de concretar un gobierno eficaz, generando incentivos económicos y estructuras solidarias de orden y progreso.

Tras doscientos años de proyecto liberal en el mundo hispánico, urge redefinir el reformismo democrático en función a los nuevos desafíos sociales, iniciando un balance del programa y la praxis libertaria en el orbe hispanoamericano. Era cuestión de ser libres se interna en los problemas y las posibilidades de esa «democracia garantista» masificada desde el novecientos y que sobrevive, en gran medida, gracias «al ideario liberal» defendido por los autores. Esta obra es el resultado de un esfuerzo de introspección que nos anima a continuar por el sendero de la libertad (parafraseando al liberal-radical Vargas Llosa), buscando fusionar los principios de responsabilidad y solidaridad con la técnica necesaria para elevar el tinglado institucional por encima de los apetitos partidistas y los afanes propios del caudillismo. La obra de Reyes y Cortés, aunque examina una historia de sobresaltos y claroscuros (y la domina como pocos), no se agota en el escolio y la glosa erudita (que va desde el Evangelio hasta Bastiat, pasando por los founding fathers). Enumera soluciones. Era cuestión de ser libres no cae en el voluntarismo de la política latina y rechaza de plano el iluminismo decisionista de las ideologías ácratas. Reflexiona sobre las causas y los errores, analiza las estructuras subyacentes, disecciona el contrato social, el nacionalismo y el ethos popular, ese marco que configura el contexto, el contorno y el confín de Latinoamérica.

Las reflexiones de Cortés y Reyes sobre el trayecto de la libertad a lo largo de doscientos años son consignadas sin evadir el autoritarismo crónico, el populismo endémico y la ineficacia de la clase dirigente latina. Los autores denuncian eso que denominan «el frenesí destructor» del igualitarismo, plasmado en el socialismo del siglo XXI. Ante el avance del desborde popular que algunos analistas han denominado «la emergencia plebeya», cabe preguntarse —como lo hacen los autores— sobre el posible fracaso del proyecto liberal en el mundo hispánico. Sin caer en el mito del progreso indefinido, el libro abraza una visión esperanzadora de la política iberoamericana. Sin afirmar un sonderweg latino, Cortés y Reyes postulan la superación de la nostalgia, la praxis política como medio para alcanzar la transformación de nuestras sociedades, el triunfo de las instituciones sobre el cesarismo burocrático. Era cuestión de ser libres es un libro de soluciones realistas que no se agota en la crítica. Propone antes de imponer. Sugiere en la mejor tradición de la tolerancia democrática.

Para la consolidación del orden liberal, la educación continúa siendo «el factor clave». Una educación destinada a formar ciudadanos antes que súbditos, una educación, como afirman Reyes y Cortés «que vuelve más capaces y competitivos a los particulares» y que «consagra el esfuerzo y el mérito como valores esenciales de la preeminencia social y política». El retorno al programa educativo, clásico anhelo liberal, es la piedra de toque de esta obra comprometida con los afanes de renovación principista. Sin un proceso educativo realista, las reformas institucionales fracasarán, porque el diseño puramente formal, la ingeniería social posmoderna no basta para llevar a cabo las grandes reformas necesarias que precisa una democracia de calidad («Buenas instituciones virtuosamente administradas», nos recuerdan los autores, citando a John Stuart Mill). El elemento humano, la virtus, la formación de personas en una cultura de valores es una premisa esencial para los procesos de transformación social. La libertad solo puede materializarse a través de personas concretas comprometidas con principios, portadoras de valores y protagonistas del cambio político.

Era cuestión de ser libres es una obra imprescindible para comprender el pasado, el presente y el futuro del liberalismo en Iberoamérica, sus desafíos y protagonistas, las fracturas y fortalezas de un pensamiento que ha moldeado nuestra historia. Un libro de convivencia y tolerancia que revive la vieja utopía indicativa que desde hace doscientos años pugna por transformar Latinoamérica en un gran espacio de poder más libre, justo y solidario. Sin duda, una pieza clave de lectura obligatoria para todos aquellos que creen que, tratándose de Iberoamérica, vale la pena luchar por la libertad.

Martín Santiváñez Vivanco es investigador del Navarra Center for International Development de la Universidad de Navarra y doctor en Derecho por la misma universidad. Miembro Correspondiente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas y miembro del Observatorio para Latinoamérica de la Fundación FAES.