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Plácido Domingo goza de un enorme prestigio mundial. Para el gran público significa la voz y la imagen de la música clásica. Si bien es cierto que su mayor popularidad la ha conseguido en los últimos tiempos a través de numerosas actuaciones de carácter populista, con repertorios de canción más o menos ligera y tradicional, y grabando numerosos discos, su verdadero prestigio se asienta en una brillante carrera operística que empieza en los años sesenta en los escenarios de ópera más importantes del mundo.

El 12 de diciembre del pasado año se celebró en el Covent Garden londinense una emotiva gala que conmemoraba al mismo tiempo el aniversario «de plata» del debut de Plácido Domingo en ese escenario y el «de oro» desde que la Royal Opera House comenzara su producción operística propia tras el paréntesis de la Segunda Guerra Mundial. Han sido alrededor de veinte los distintos personajes de ópera que Plácido Domingo ha interpretado en el Covent Garden, desde Cavaradossi de Tosca de Puccini en 1971, hasta Siegmund de La Walkiria de Wagner en ese mismo mes de diciembre del 96. En esta Gold and Silver Gala se rindió homenaje a Plácido Domingo, con la participación del gran tenor español junto a una serie de jóvenes cantantes y la orquesta de la Royal Opera House. Este disco constituye la grabación en directo de aquel brillante concierto, en el que Plácido Domingo cantó con entusiasmo un variado recital de arias diversas de ópera, para terminar dirigiendo él mismo la orquesta en el vals Gold und Silber de Lehar.

Aunque el teatro del Covent Garden data de 1858, sus antecesores, construidos en el mismo lugar, fueron los que desde el siglo XVIII dieron vida a las óperas de Haendel. Desde entonces, han mantenido la continuidad del género en Londres, ciudad de tan larga tradición teatral y tan extendida afición por la escena. Por este teatro han desfilado todas las que son y han sido primeras figuras del canto y de la dirección orquestal y escénica; muy especialmente, en estos últimos cincuenta años en los que sus producciones propias han rivalizado con las más importantes del mundo.

Durante estos últimos veinticinco años, el prestigio del primer teatro de ópera inglés se ha visto aumentado por la presencia casi constante de Plácido Domingo en repertorios muy diversos. Destacan de manera especial sus versiones de las óperas de Verdi y Puccini y, sobre todo, su Otello, un papel que representa la cima para cualquier tenor, y que Domingo ha interpretado en varias ocasiones en el Covent Garden con notable éxito. Los aficionados ingleses recuerdan cómo en 1976 representó con gran maestría en una misma noche a Turridu de Cavalleria Rusticana de Mascagni y Canto de Pagliacci de Leoncavallo.

Plácido Domingo reúne una refinada musicalidad, una voz muy expresiva y un talento teatral p co habitual entre los grandes cantantes, además del encanto y la simpatía personal, que convierten sus apariciones en el escenario en momentos únicos. En este merecido homenaje, interpretó arias de ópera que nunca había cantado en este escenario, como Le Cid de Massenet, L’Elisir d’amore de Donizzetti o el Don Cario de Verdi. Destacó, entre sus partenaires, la soprano rumana Leontina Vaduva.

Profesora de música y periodista