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La primera edición de Los viajes de Gulliver apareció en Londres en 1726 y llevaba el siguiente subtítulo: Viajes a varias remotas naciones del mundo. Su protagonista es Lemuel Gulliver, primero médico y después capitán de varios barcos. Su autor fue el escritor irlandés y pastor anglicano Jonathan Swift (1667-1745).

«Los viajes de Gulliver» (Random House), 344 págs.

Pronto estos viajes se hicieron famosos en todo el mundo y algunos de sus temas siguen siendo casi míticos. Publicados muchas veces para el público infantil o juvenil, pero a costa de numerosas amputaciones, siguen siendo muy desconocidos en su verdadera naturaleza: una sátira política y social, inspirada en los tiempos en que Swift vivió, y que critica, entre otras realidades, las disputas entre los dos principales partidos británicos: los conservadores tories y los liberales whigs.
Swift ha conseguido que una obra muy ceñida a su tiempo y realidad se convierta en una inteligentísima parábola de alcance universal. Ahí está su prestigSwift ha conseguido que una obra muy ceñida a su tiempo y realidad se convierta en una inteligentísima parábola de alcance universalio internacional y sus numerosas ediciones para demostrarlo. Además, muchos pasajes forman ya parte del imaginario colectivo tanto para el público infantil y juvenil como para el adulto.

A estas implicaciones inmediatas hay que sumar el ingrediente paródico, pues el libro es, además, una burla de los numerosos libros de viajes que estaban entonces de moda, donde se contaban las más fantásticas historias, muchas de ellas inventadas. Y puestos a inventar, Swift se queda solo.</

Quizá lo más destacado del libro, y lo que le convierte en un escritor siempre moderno, un auténtico clásico, es la tendencia a la misantropía del autor, que se traduce en una no muy buena opinión sobre el género humano, rasgo que queda demostrado de manera muy especial al final del libro, en su cuarta parte, cuando el capitán Lemuel Gulliver viaja a la tierra donde habitan los hoyyhhnms, unos caballos racionales, sabios, de gran y exquisita sensibilidad, que serán para siempre los preferidos de Gulliver. Resulta emblemático el retrato que hace en esta parte de su libro de los yahoos, seres humanos salvajes que encarnan la pesimista imagen que Swift tenía de sus contemporáneos. Aunque es la parte menos conocida y divulgada, contiene la esencia del pensamiento crítico de un escritor que supo poner el dedo en la llaga de muchos de los problemas de su tiempo.

Conviene resaltar, además, la imaginación de Swift para crear escenarios y situaciones fantásticas, como las aventuras que vive Gulliver en la isla flotante de Laputa, un reino dedicado a las artes de la música y las matemáticas; o también el viaje a la isla de Glubbdubrib, donde se encuentra con los struldbugs, los difuntos más famosos de la historia. A Luggnagg, donde viven unos inmortales decrépitos.

O los episodios más divulgados, los que transcurren en Liliput y en Brobdingnac, que contienen los episodios más efectistas y simples, pero que tuvieron en su tiempo, y siguen teniendo, una sobresaliente eficacia para mostrar aspectos desconocidos de la condición humana, desarrollada en pasajes insólitos y divertidos, llenos de imaginación y plasticidad. Pero esto es solo el decorado para una intención más ambiciosa: transmitir su impresión de los numerosos fallos que cometemos los hombres.

Adolfo Torrecilla (Madrid, 1960) es profesor y crítico literario. Dirige la sección de literatura de la agencia Aceprensa y colabora en diferentes revistas y medios de comunicación. Entre otras publicaciones, es autor de "Dos gardenias para ti y otros relatos".