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La soledad del individuo en la urbe tumultuosa, el azar como caprichoso gobernante del mundo y la sempiterna mezcla entre realidad y ficción, entre vida y literatura, son los componentes que configuran toda la obra de Paul Auster (1947), uno de los escritores más en forma de la actualidad, gracias a títulos como La trilogía de  Nueva York, La música del azar, o El libro de las de Leviatán ilusiones.

Vuelve ahora el autor de Nueva Jersey a mostrar sus cartas de siempre en una historia tragicómica, bien armada y mejor narrada, que tiene como protagonista a Nathan Glass, hombre maduro , divorciado, solitario y suavemente cínico, que, al intuir su temprana muerte, decide establecerse en el lugar donde vivió su infancia: Brooklyn. A los pocos días tropieza por casualidad con su sobrino Tom, y a partir de ese encuentro diversas experiencias insuflan otro aire a su vida.

En Auster, el hilo argumental — lo que acontece— es lo de menos; lo que importa es la narración propiamente dicha, el sucederse de los hechos, la explosión de historias dentro de la historia y la sensación constante de que la sorpresa más inverosímil puede estar a la vuelta de la esquina. Son elecciones narrativas perfectamente válidas, pero en Brooklyn Follies esta arbitrariedad, también es terreno propicio para airear situaciones groseras, con afirmaciones gratuitamente frívolas y artificiales.

Y, sin embargo aunque Auster no conmueva, entretiene como nadie. Se devora. Estamos ante un fabulador compulsivo, experto en seguir caminos secundarios y tejer una gran tela de araña entorno a sus personajes. Además tiene el don de transformar lo más cotidiano en algo atractivo y de ejercer gran complicidad en el lector gracias a la extraordinaria fluidez de su estilo, depurado y coloquial. Y en su faceta estrictamente creativa tiene hallazgos geniales, como el Hotel Existencia (ese lugar imaginario donde somos felices) o el «Libro del desvarío humano», donde  Nathan recoge las anécdotas más extrañas, y que, no sería nada raro que diera título a uno de sus próximos libros.

PERIODISTA Y CRÍTICO DE CINE