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El Gobierno de coalición de la Comunidad Autónoma Vasca, PNV-PSOE ha sido un matrimonio de conveniencia. El PNV retenía el poder y aislaba a Eusko Alkartasuna, su principal enemigo político. El PSOE apoyaba al PNV y a cambio se incorporaba al Gobierno Vasco de modo que salíaa de la marginalidad política vasca, del «gheto»  al que había sido relegado por la mayoría nacionalista. Pero este matrimonio de conveniencia  ha resultado finalmente positivo para el País Vasco, por cuanto ha contribuido a la normalización política y ha facilitado el entendimiento entre todas las fuerzas del Bloque Democrático. Por el contrario, ETA y su entorno  están más aislados que nunca, en un proceso abierto, de crisis y, en algunos casos, de autoliquidación.

Las inminentes elecciones autonómicas, serán una buena oportunidad para medir el alcance y sentido de la normalización. A mi juicio, la violencia y la tensión política de los últimos años, ha distorsionado la representatividad del actual sistema de partidos en el País Vasco. Hoy, el electorado de Centro-Derecha vasquista, no nacionalista, se encuentra subrepresentado con tan solo cuatro diputados de los 75 que componen la Cámara autonómica, cuando la suma de votantes del PP y del CDS representan aproximadamente el 15 por 100. Y es que buen número de electores que en las Elecciones Generales votan al Centro-Derecha, prefieren votar al PNV con ocasión  de las elecciones autonómicas. Sin embargo, las propuestas de autodeterminación del PNV tensionaron inútilmente la convivencia política el pasado mes de enero. Las confusas alusiones del lehendakari Ardanza sobre su conocimiento de las consignas de ETA, con ocasión de los dramáticos acontecimientos de la Foz de Lumbiere y la reiterada negativa de Arzallus a aceptar la Constitución Española, sugieren que el PNV no puede moderar su proyecto nacionalista y por tanto representa, muy forzadamente, los intereses generales de los electores  vasquistas no nacionalistas.

La normalización y clarificación del mapa político del País Vasco, se producirá cuando finalice la necesidad del «Gobierno de emergencia» PNV-PSOE y sea posible contraponer y comparar los distintos proyectos políticos de nacionalistas, socialistas y del Centro-Derecha no nacionalistas, tal y como ocurre en Cataluña o en otros estados de la Comunidad Económica Europea con elecciones regionales.

Profesor títular de Historia Contemporánea. UNED