Tiempo de lectura: 3 min.

 

La nota característica del último lustro de política argentina ha sido el cambio: en diciembre de 2011, Cristina Kirchner era reelecta en primera vuelta con el 54% y cuatro años después, su candidato, Daniel Scioli, es derrotado en la segunda vuelta, por margen estrecho del 2,6%, por un político emergente proveniente del ámbito empresario, Mauricio Macri.

El kirchnerismo que gobernó la Argentina tres períodos consecutivos entre 2003 y 2015, fue la expresión local del populismo que dominó la política latinoamericana durante la primera década del siglo XXI y los primeros años de la segunda.

Tanto en la política regional como en la global, Cristina Kirchner —como antes su extinto esposo y también presidente— se alineó con esta corriente ideológica. Cabe mencionar que en su última participación como jefa de estado en la asamblea anual de la UN, se reunió con solo dos presidentes del mundo: el de China y el de Venezuela, confirmando así que la primera era su aliado en el ámbito global y la segunda en el regional.

El triunfo de Macri en la Argentina en noviembre de 2015 marcó el inicio del retroceso del populismo latinoamericano, que dominó la región durante más de una década.

Winston Churchill decía que «los gobiernos populistas se terminan cuando se acaba la plata para financiarlos», y América del Sur confirma esta tesis.

El último año que la región creció fue 2014, y quienes gobernaban ganaron las cuatro elecciones presidenciales que tuvieron lugar en ella: reelección de Dilma en Brasil, de Evo Morales en Bolivia, de Santos en Colombia, —apoyado por el populismo en función de su frustrado acuerdo de paz con las farccontra un candidato del expresidente Uribe—, y el Frente Amplio volvió a ganar en Uruguay con una nueva Presidencia de Tabaré Vázquez.

Pero en 2015 y 2016 América del Sur fue la región del mundo que menos creció. Se sucedieron así las derrotas del kirchnerismo en Argentina en noviembre del año pasado; la del chavismo en las elecciones legislativas que tuvieron lugar en diciembre; Evo Morales fue derrotado en un referéndum para tener un cuarto mandato consecutivo en febrero; en mayo fue suspendida Dilma en Brasil; en junio un economista neoliberal, Kuckzynski, gana en Perú; seguidamente Correa fracasa en lograr un referéndum para tener un cuarto mandato consecutivo; en agosto Dilma es destituida en Brasil, y el 2 de octubre el gobierno colombiano fracasa en el referéndum para aprobar el acuerdo de paz con las FARC.

Todo esto sucede en menos de un año y tiene una dirección políticoideológica clara: la región sale del populismo y crecen o llegan al poder expresiones políticas y programas de gobierno que pueden ser considerados de centroderecha, más allá de diferencias que se dan en cada caso.

Las circunstancias hicieron que Argentina con el triunfo de Macri fuera el primero de esta serie de hechos electorales y políticos, y de ahí su significación regional.

Tras una apertura internacional que tuvo por objetivo recomponer las relaciones con los países desarrollados de Occidente, en la última semana de marzo, antes que Macri cumpliera cuatro meses en el poder, visitó el país el presidente Obama. Su definición fue contundente: «Argentina es el ejemplo para la región». Es el mismo tipo de afirmación que el presidente Clinton hacía acerca de Chile veinte años antes.

Al abrir en la primera semana de septiembre un foro para inversores extranjeros realizado en Buenos Aires, Macri dijo respecto a la elección de medio mandato que tendrá lugar en octubre del año próximo: «Creo que vamos a tener una elección maravillosa que va a confirmar la elección que hemos elegido».

Dada la experiencia argentina, en la cual en seis de las últimas siete elecciones presidenciales la previa anticipó su resultado, tiene lógica que lo diga.

Mientras tanto, el primer año de Macri muestra que está sobre las expectativas en materia política al lograr acuerdos claves en un Congreso en el cual está en minoría en ambas cámaras, movimientos en política exterior de acuerdo a lo esperado y por debajo de las expectativas en lo económico, al demorarse el crecimiento y las inversiones a las cuales apostó desde el primer día.

Director del Centro de Estudios Unión para la nueva mayoría argentina