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Miguel Ángel Galindo Martín, director de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA), José María Vázquez García-Peñuela, rector de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), Alberto Ruiz-Gallardón, presidente del Consejo Social de UNIR, y  Francisco Michavila, director de la cátedra UNESCO de Gestión y Política Universitaria (Universidad Politécnica de Madrid), inauguraron el 19 de enero de 2017 en Madrid un seminario Sobre la situación de la investigación universitaria analizada desde España y desde Europa. Ofrecemos a continuación la valoración de la primera jornada (fueron dos) realizada el mismo día 19 de enero de 2017.

Este seminario, ha dicho Alberto Ruiz-Gallardón, «es un exponente de la importancia que tiene la investigación para UNIR». Pero, ha añadido, «la investigación necesita ahora una regulación que permita que ese formidable potencial investigador que tienen las universidades españolas dé todos los frutos, para lo que se requiere la complicidad normativa del Estado».

Alberto Ruiz-Gallardón: La investigación necesita ahora una regulación que permita que ese formidable potencial investigador que tienen las universidades españolas dé todos los frutos, para lo que se requiere la complicidad normativa del Estado

UNIR, ha subrayado el ex ministro, «realiza una labor de investigación centrada en los pilares de la sociedad, y por supuesto en aquellos campos que se prevé que pueden tener una posición relevante en el próximo bienio». Esa investigación la realiza UNIR «dentro de los más altos parámetros; la búsqueda de la calidad y de la excelencia caracterizan su actuación».

Avanzando en su discurso, ha sostenido: «La sociedad española debe apoyar la investigación y creo que lo debe hacer fundamentalmente a través de las empresas.» Según Ruiz-Gallardón,  «no tenemos que pensar, cuando hablamos de ese binomio Universidad-empresa, solo en el retorno en la producción». El retorno es «un factor determinante, pero hemos de dar un paso más. Hay que pensar también en la Responsabilidad Social Corporativa (RSC), en la necesidad de que la Universidad española fomente la investigación al margen del beneficio inmediato que le reporte». De ahí que debamos «instrumentar incentivos fiscales sustanciales, para las personas jurídicas (sociedades) y para las personas físicas. Si tenemos el potencial que desarrollan las universidades, si tenemos la voluntad por parte de la sociedad, lo que nos falta es un marco normativo que haga posible que igual que otras actividades de RSC están fiscalmente beneficiadas por parte de la norma pública, lo estén también las que se dirigen a la investigación».

Ruiz-Gallardón piensa que «así podremos contribuir de una manera muy importante a que nuestras universidades ocupen el papel relevante que merecen en Europa y en todo el ámbito iberoamericano».

José María Vázquez García-Peñuela: No se puede pedir lo mismo a quien hace cosas distintas

El rector de UNIR, José María Vázquez García-Peñuela, ha criticado el «economicismo utilitarista» que «en realidad empeora las condiciones de vida». Los ideales, las convicciones y las relaciones personales «juegan un papel más importante que el ‘economicismo’, porque dotan de sentido a la propia existencia». Ha pedido que se revalorice la investigación en el campo de las Letras, «sin obsesionarse con la trasferencia de esas investigaciones», porque en Humanidades eso «no es cuantificable por los indicadores al uso».

En definitiva, según Vázquez, «los que cultivan las Humanidades no tendrían que hacer un ejercicio de cinismo o de ficción cuando, por ejemplo, presentan un proyecto de investigación. Las verdades de la Divina Comedia no sirven a ningún otro fin, son útiles en sí mismas». No vale el patrón aquí de las ciencias experimentales: «No se puede pedir lo mismo a quien hace cosas distintas».

Miguel Ángel Galindo, director de la ANECA, por último, ha resaltado los esfuerzos de su institución para valorar cada vez mejor la calidad frente a la cantidad (de investigación), incluido el ámbito de las Humanidades. «Pensamos que también es innovación traducir a Homero», ha comentado.

La primera conferencia propiamente del seminario, Una visión europea sobre el estado de la investigación universitaria, la ha pronunciado Stefano Paleari, ex rector de la Universidad de Bérgamo y ex presidente de la Conferencia de Rectores Italianos.

Para Paleari, “el crecimiento y el bienestar acumulados en las pasadas centurias ha llegado a un final” y un territorio completamente “sin hoja de ruta espera a la humanidad”. El Brexit, la crisis de los refugiados, el terrorismo radical, la inestabilidad en Turquía y la elección de Trump en los Estados Unidos “nos invitan a reflexionar sobre las prioridades y los valores nucleares que puedan inspirar un futuro sostenible para Europa”. Paleari ha señalado que “la nueva esperanza” debe partir primariamente del “compromiso con la investigación y con el sistema de educación”. Ha repasado los valores de la investigación y de la educación superior y ha animado a las universidades europeas (“establecidas mucho antes que la UE”) a que “asuman los retos y renueven su identidad”.

Federico Gutiérrez-Solana, ex rector de la Universidad de Cantabria y ex presidente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas, ha disertado sobre La investigación en España, ¿cantidad o calidad? El profesor ha partido de que tenemos una investigación básica “muy eficiente pero poco eficaz para las necesidades de nuestra sociedad”, de ahí el reto de “planificar una estrategia para la investigación española que permita mejorarla como valor clave para el desarrollo basado en el conocimiento de nuestra sociedad.” Se han de establecer “objetivos finalistas”, el cómo de la “transferencia”, “la puesta en productividad de los resultados” y “el modo de la financiación”, para hacerlo todo “eficiente y eficaz”.

Tras las dos ponencias se ha celebrado una mesa redonda, moderada por Rafael Puyol, ex rector de la Universidad Complutense (Madrid), en la que se ha debatido acerca de Tendencias y prioridades vistas desde organismos gestores I+D. En ella Federico Morán, director de la Fundación para el Conocimiento madri+d, ha defendido que el modelo de transferencia de tecnología lineal de la Universidad a la empresa se ha mostrado insuficiente. Los sistemas que funcionan son “híbridos, en donde las empresas y los grupos de investigación públicos trabajan en común, con fuertes incentivos públicos y con liderazgo de las administraciones”. La brecha entre investigación e innovación se acentúa en el caso de España por la falta de mentalidad emprendedora de nuestros investigadores y por la propia estructura de las empresas españolas poco proclives a la innovación

Antonio Huerta: Hay que fnanciar personas, no proyectos; hay que realizar una selección estrictamente meritocrática en un entorno de centros capaces de atraer talento

Antonio Huerta, director de ICREA (Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados), ha defendido “el triángulo virtuoso constituido por un investigador de máximo nivel, ICREA (que financia su salario) y la Universidad o centro de investigación (que aporta el entorno para desarrollar la investigación)”. Esa ecuación se ha consolidado gracias a tres principios básicos: “Financiar personas, no proyectos; una selección (y evaluación) estrictamente meritocrática en un entorno de universidades y centros capaces de atraer talento; y un apoyo sostenido y continuado a este modelo de todos los gobiernos de la Generalitat en los últimos quince años”.

Antonio Embid, catedrático de Derecho en la Universidad de Zaragoza, ha lamentado “la apelación constante a la evaluación, el surgimiento de la “profesión” de evaluador y la burocracia inmisericorde que impregna multitud de estructuras investigadoras sin que se fomente en la práctica la calidad de la actividad investigadora”. En España, “la estructura de la investigación aparece territorialmente parcelada entre Estado y Comunidades Autónomas”, sin claridad de ideas, sin plan nacional, sin libertad real de investigación. La Agencia Estatal de Investigación constituye “la máxima novedad en la estructura estatal de la investigación”. Pero no parece que su papel esté consolidado ni que la coherencia entre las funciones evaluadoras de ella y de la ANECA esté conseguido. Ha criticado duramente el sistema de acreditación de profesores, la corrupción del sistema de publicación en «revistas científicas de prestigio» y las malas prácticas a la que dan lugar los llamados «sexenios de investigación».

Ha habido otro turno de intervenciones, con ocasión de la mesa redonda sobre Coordinación y alianzas entre universidades, moderada por Jorge Martínez, subdirector de la cátedra UNESCO. En él Rafael Garesse, vicerrector de Investigación e Innovación de la Universidad Autónoma de Madrid, ha hablado de las apuestas en España en el campo de la investigación fuera de la Universidad, como los CERCA catalanes (Centros de Investigación de Cataluña). Y Carmen Fenoll, catedrática y ex vicerrectora de la Universidad de Castilla-La Mancha, ha insistido en que la investigación se beneficia de la colaboración, y que por lo tanto las universidades deberían agruparse y diseñar modelos de colaboración.

Francisco Michavila y Josefina Bueno, directora general de Universidades e Investigación de la Generalitat Valenciana, han clausurado la jornada.

Director de «Nueva Revista», doctor en Periodismo (Universidad de Navarra) y licenciado en Ciencias Físicas (Universidad Complutense de Madrid). Ha sido corresponsal de «ABC» y director de Comunicación del Ministerio de Educación y Cultura.