Paloma Durán

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Profesora Titular de Filosofía del Derecho. Universidad Complutense
Nueva Revista

Estado y estado de la mujer

Sobre las medidas institucionales que han facilitado la presencia de la mujer en la esfera pública y los muchos los obstáculos que quedan por superar, si realmente se pretende alcanzar la meta de la igualdad de oportunidades.

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La integración de las mujeres en los procesos de fortalecimiento institucional

Los debates recientes sobre el fortalecimiento institucional en las políticas de cooperación al desarrollo remiten al establecimiento de las prioridades en el proceso. La democratización el buen gobierno, la erradicación de la corrupción, el fomento de la transparencia son sólo algunos de los referentes que habitualmente se incluyen en todos los diagnósticos de prioridades.En algunos casos, se analiza también la participación de algunos grupos de la sociedad, entre los que se suele señalar a las mujeres, situándolas en la relación de «colectivo» que reclaman especial protección; y omitiendo que nos estamos refiriendo a la mitad de la población.Por ello, entiendo que analizar la integración de las mujeres en los procesos de fortalecimiento institucional requiere dar respuesta a dos cuestiones. La primera tendrá que contestar a la pregunta sobre qué medidas y qué impacto tiene la participación de las mujeres en la esfera pública durante los procesos de fortalecimiento institucional. La segunda remite a las vías para integrar la perspectiva de género de un modo transversal en los procesos de fortalecimiento institucional.LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES EN PROCESOS DE FORTALECIMIENTO INSTITUCIONAL Cuando en 1975 Naciones Unidas convocó en México la I Conferencia Mundial sobre las Mujeres, no habia ningún Estado miembro de la organización contara con datos estadísticos desagregados por sexo en ninguna área de actuación. No me refiero solamente a los datos de participación política de las mujeres, sino a cuestiones básicas, como el acceso al mercado laboral, la asistencia a servicios de salud, la situación en el ámbito educativo, etc.Desde aquella convocatoria han pasado más de treinta años y la situación ha cambiado, aunque no se pueda decir todavía que nos encontramos en una comunidad internacional con una participación equilibrada de mujeres y hombres.Durante estas tres décadas se han llevado a cabo dos tipos de actuaciones que han fomentado el incremento de las mujeres en muchos procesos de toma de decisiones.El primer ámbito de actuación ha sido la elaboración de planes y programas políticos de igualdad, para promover el incremento numérico de mujeres en todas las esferas de la vida pública. En Europa, «lo público» prioritario ha sido el empleo y la arena política. Como consecuencia, las iniciativas de muchas sociedades europeas han ido dirigidas a asegurar una participación equilibrada de mujeres y hombres en esas dos áreas, aprobando en su caso las denominadas «medidas de acción positiva». Pero también ha habido casos de sociedades en procesos de transición y en proceso de democratización, que han optado por ello. Se ha constatado de modo universal que incrementar el número de mujeres en la vida pública implica mejorar la sociedad, al incorporar a la mitad de su población, tradicionalmente apartada de esas actuaciones.En Iberoamé;rica hay ejemplos muy significativos. La ley argentina denominada «de cupos» supuso un claro avance de las mujeres en el Parlamento argentino, en un momento (1991) en el que la visibilidad de las mujeres era prácticamente nula. Esto no significa que un sistema de cuotas sea siempre la solución.Más recientemente, la reforma constitucional en la...
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Sobre la violencia contra las mujeres

Paloma Durán revisa la reacción de las leyes españolas frente al incremento, en los últimos años, de malos tratos a las mujeres.