Diego de Alcázar

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Nueva Revista

Un debate oportuno

Loyola de Palacio ha atraído hoy a Madrid a un grupo de personas verdaderamente imponente. Ustedes son los líderes empresariales y políticos que están configurando el futuro del sector energético europeo. Permítanme que intente expresar algunos de los sentimientos que Loyola evoca entre nosotros hoy. Creo que coincidirán conmigo en que era una mujer llena de pasión. Uno de sus dichos preferidos era: «La única batalla perdida es la que decidimos no librar». Era capaz de contagiar su pasión, como pueden confirmar sus compañeros y colaboradores, así como sus amigos que la recuerdan practicando submarinismo, pintando, tocando la guitarra, pescando o bañándose durante largas horas. En el Parlamento y el Gobierno español tanto como en la Comisión Europea manejó con una precisión impecable y un gusto por los detalles las normas, instituciones y procesos. Pero siempre era capaz de proyectar la vista más allá de los entramados legales, económicos y técnicos. En el País Vasco, en España y en la Unión Europea luchó por la prosperidad común, la libertad económica y política y la igualdad de oportunidades. Hizo suya la máxima de Hanna Arendt: «Allá donde vayas, sé ciudadano». Siempre fue una ciudadana activa, defensora de una visión cosmopolita y de un conjunto de ideales sumamente necesarios en un mundo cambiante. Como dijo recientemente el abogado general Miguel Maduro, en la actual trayectoria de la integración de nuestro continente, «tenemos que encontrar a la Beatriz de Dante de Europa». Loyola era la persona ideal para encarnar a Beatriz y con ello cambiar la política de la UE, aportando pasión y preocupación y una reflexión ilustrada sobre valores y elecciones. Era una auténtica mujer de estado.]Siempre he pensado que para lograr hacer presente a una persona cercana que ya no está entre nosotros, por supuesto que hay que recordar a aquella persona, cómo era y lo que hizo, pero hay algo más que esto. También hay que poner en marcha la imaginación y preguntarse: ¿qué haría esta persona ahora mismo, cómo abordaría este problema? En este espíritu, imagino que Loyola de Palacio querría que aprovechemos el día y dediquemos todo el tiempo posible a tratar los trascendentales retos y cuestiones que tenemos por delante. Le agradaría más que debatiéramos el futuro de la energía en Europa que escuchar nuestras merecidas alabanzas.El debate sobre la energía que emprenderemos hoy se produce en un momento muy oportuno y de gran necesidad. La energía se ha convertido en una cuestión de importancia creciente en Europa, como resultado de una concienciación cada vez mayor sobre la importancia de un suministro de energía seguro. Los últimos avances internacionales han demostrado muy concretamente la vulnerabilidad de Europa con respecto al suministro de energía. Europa no es autosuficiente en este aspecto. Actualmente importamos alrededor de un 50% de nuestra energía, y para el año 2030 se prevé que este porcentaje alcanzará el 65%. De no tomarse ninguna medida para remediar la situación, las perturbaciones en el suministro de petróleo y gas podrían acarrear consecuencias muy graves a...