Álvaro Pérez
Sobre la necesidad del buen periodismo
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El deslinde de las colecciones del Prado y del centro de arte Reina Sofia
Alfredo Pérez de Armiñán
La propuesta de deslinde de las colecciones de los Museos del Prado y Centro de Arte Reina Sofía presentada recientemente al Ministerio de Cultura por la Comisión técnica nombrada para tal fin, tras el acuerdo alcanzado en la Comisión de Educación y Cultura del Congreso en junio del pasado año, intenta resolver un problema que viene arrastrándose desde la supresión en 1968 del antiguo Museo de Arte Moderno, al crearse el hoy desaparecido Museo Español de Arte Contemporáneo (MEAC). as colecciones de pintura y escultura del Estado correspondientes a los siglos XIX y XX han experimentado a lo largo de Leste último siglo diversos intentos de sistematización y encuadramiento, todos ellos fallidos. El último de ellos fue precisamente el que tuvo lugar con ocasión de la adscripción al MEAC en 196970 de los fondos que se consideraron pertenecientes, en principio, al siglo XX, con la consiguiente asignación al Museo del Prado de los restantes, correspondientes al siglo XIX. No se formularon entonces de manera clara los criterios cronológicos ni estilísticos en que tal división se basaba, y ni siquiera fue publicada la Orden Ministerial por la que se asignaban al Prado las obras decimonónicas del antiguo Museo de Arte Moderno. Existía toda una zona de sombra, constituida por la obra de artistas nacidos principalmente a comienzos de la segunda mitad del siglo XIX, que habían hecho buena parte de su carrera en esa centuria, pero que tuvieron un papel destacado en los orígenes de la modernización del arte en España en torno al cambio de siglo. Algunos de estos artistas, incluso, podían ser considerados como los más ilustres representantes en el terreno plástico de movimientos culturales tan ligados en la crisis española del siglo XX como la Generación del 98. A pesar de que el montaje de la colección permanente del MEAC realizado hacia 198182 bajo la dirección de Álvaro Martínez Novillo contenía una representación de estos artistas, junto con los de los principales creadores del siglo XX en España, lo cierto es que persistía una gran ambigüedad en relación a la función del propio Museo y la presencia en sus colecciones de esas obras. No estaba claro el criterio de deslinde de estos fondos respecto de los del Casón del Buen Retiro, ni tampoco el papel que podían cumplir dentro del MEAC. La creación del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) en 1988 agravó, si cabe, el problema. Fundamentalmente, porque el nuevo Museo tendía claramente a la representación de los movimientos que habían constituido las vanguardias del siglo XX y de aquellas otras corrientes que, sin ser estrictamente vanguardistas, mantenían un diálogo con ellas o significaban un contrapunto notorio. Por así decirlo, el espíritu con el que se organizó la exposición de arte español en París en 1987 bajo el título El siglo de Picasso, cuyos comisarios fueron Tomás Llorens primer director del CARSy Francisco Calvo Serraller, estuvo presente en la fundación del Reina Sofía. Se trataba pues, de resaltar la conexión con...