Alfredo Pérez de Armiñán
Memoria contrapunto de un proyecto
El proyecto "Las Edades del Hombre", ambiciosamente llevado a cabo desde 1988 por las once diócesis de Castilla y León, a través de cuatro grandes exposiciones, celebradas con enorme éxito en otras tantas ciudades -Valladolid, Burgos, León, Salamanca-, termina ahora con una reflexión sobre la manifestación y la expresión de las cuestiones que forman el entramado sustancial de la vida humana en el arte del pasado y del presente. La distinta visión de cada problema en ambos, con la coincidencia o la falta de sintonía en la respuesta, en el silencio o en la interrogación ante una u otra cuestión se intentan mostrar en la exposición que albergan las dos catedrales salmantinas, Vieja y Nueva.
Más importantes que el resultado de la confrontación de obras concretas que presenta la última exposición de "Las Edades del Hombre" -discutible o dudoso en bastantes casos- es, a mi juicio, la idea misma que se ha pretendido realizar plásticamente en ella y en las demás exposiciones que conforman este proyecto. A partir de reflexiones intelectuales y de planteamientos estéticos muy afines a lo que significa la célebre frase de Dostoievski "la belleza salvará al mundo", oportunamente recordada por Bernard Bro en su reciente libro (1990) sobre la misma cuestión, estas cuatro exposiciones han intentado plasmar las relaciones entre el arte y lo sagrado, sin eludir las dificultades que presenta en este campo el arte moderno, fiel reflejo de la situación espiritual de nuestra cultura, progresivamente secularizada desde la Ilustración.
Las tres primeras exposiciones, centradas en la imagen del hombre y de su vida (Valladolid 1988), en la palabra escrita (Burgos 1990) y en la música (León 1992) desde la Edad Media hasta finales del siglo XVIII, podían, sin embargo, desdibujar en alguna medida el propio argumento que pretendían exponer a causa de la acumulación en ellas, de obras insignes, que respondían sin fisuras a la concepción cristiana del mundo, mantenida por la Iglesia y reflejada históricamente en nuestra cultura. Esas exposiciones podían ser vistas de varias maneras, desde la pura contemplación estética de piezas excepcionales del arte sacro de diversas épocas hasta la reflexión acerca de su significado como testimonios de una continuidad histórica apoyada en la identificación con la tradición cristiana, sin plantearse hasta qué punto las obras de arte que albergaban podían diverger, no ya en su forma y estilo, sino en su inspiración más profunda, de las tendencias artísticas que iban a sucederías en siglos posteriores.
Memoria y contrapunto
La exposición de Salamanca no admite, en cambio, esta posible sustitución de puntos de vista. La memoria cede aquí la primacía al contrapunto, como muy bien expresa su título. Y en ello reside precisamente la dificultad de conseguir plasmar de modo adecuado, en este caso, la idea rectora del conjunto del proyecto de "Las Edades del Hombre", que hubiese requerido una mayor preparación de la exposición, sobre todo en lo referente a la selección de piezas.
La idea fundamental del proyecto no es otra que mostrar la "dimensión de profundidad" de la existencia humana en que...
El consenso constitucional y el Estado autonómico
Cuando van a cumplirse veinte años de la aprobación de la Constitución,bueno es recordar las raíces de aquel consenso para entender en sus justos términos .las actuales propuestas de transformación del Estado autonómico. El riesgo de ruptura del consenso constitucional de 1978 puede evitarse conun pacto básico sobre el modelo de Estado entre el centro derecha y el centro izquierda.
Las competencias del Estado sobre el patrimonio histórco español en la Constitución de 1978
Discurso leído por el autor el día 1 de diciembre de 1996 en el acto de su recepción como Académico de la Real de Bellas Artes de San Fernando.