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En el Sir Thomas More que se conserva en el British Museum intervino la pluma de William Shakespeare. Una versión en español de esa obra, titulada «Tomás Moro, una utopía», la estrenará UNIR el próximo 5 de julio en el Festival Internacional de Teatro de Almagro.

El «Sir Thomas More» es una joya escondida por varios motivos. En primer lugar por su origen oscuro, hasta que la crítica, a mediados de los años veinte del siglo pasado, con Alfred Pollard a la cabeza, presentó argumentos sólidos sobre la autoría de Shakespeare. Ahora «Sir Thomas More» se incluyen en el canon de las ediciones modernas más importantes de la obra completa del maestro inglés, como The Oxford Shakespeare y la Arden Shakespeare.

En segundo lugar, «Sir Thomas More» ha sido escasamente representado. No se sabe si llegó a ser estrenada en la época del teatro isabelino. Hasta 1922, con la producción estudiantil del Birkbeck College (Universidad de Londres), tampoco se conoce compañía alguna que se interesara por ella. Tras el Birkbeck College, más de cuarenta estudiantes del King’s School (Canterbury) la recuperaron del 4 al 6 de November 1938.  Pero hubo que esperar hasta 1954 para que la llevaran a las tablas actores profesionales. Fue del 22 al 29 de junio de 1954 en el London Theatre Centre for the Advance Players Association. Por radio, entera o alguna parte, la han retransmitido dos veces el tercer programa de la BBC (1948, 1956), una vez la Radio Pública de Austria (ORF), en 1960, y de nuevo la BBC en 1983.

Finalmente, en 2005, Nigel Cooke encarnó a Moro, con la Royal Shakespeare Company, y cosechó un gran éxito. En aquella ocasión, el crítico Christopher Hoile recordaba que la obra, en su momento, había sido prohibida, lo cual ya suponía una distinción. Era un «vívido relato» de los altercados contra los inmigrantes habidos en Londres en 1517. Además, dejaba en buen lugar al «católico Tomás Moro», que no podía dar por bueno el divorcio de Enrique VIII. «No deja de ser significativo que el mismo Enrique VIII no sea un personaje de esta obra», añadía.

Pero el drama no es solo valioso por todas estas curiosidades, según Hoile. El asunto de la refriega contra «los extranjeros» que «quitan» puestos de trabajo a los nativos es de gran actualidad. «Sir Thomas More» está tan bien estructurada, que no se puede sospechar que haya varios autores.  Moro, en su papel de agente del orden, calma a los levantiscos y pide que se imponga la ley. De la misma manera que defenderá que la ley vale también para el rey, aunque eso le traiga la muerte. Según Hoile, puesto que revela «más del mundo de Moro antes de su ascenso a las altas cumbres del Estado», este drama ofrece un retrato «más redondo» que el de Robert Bolt, “A Man for All Seasons”, «Un hombre para la eternidad», según la versión en castellano de la misma obra llevada al cine.

Nigel Cooke, en el papel de Moro con la Royal Shakespeare Company, había conseguido encarnar a un hombre que era no solo un santo, sino también una persona corriente, con «un sentido inviolable de la justicia, popular del humor, y con una empatía real con la gente de la calle». Había hasta teatro dentro del teatro en la segunda parte de la pieza («El matrimonio del ingenio y la sabiduría»). Y tensión en la escena en que instan a Moro y al obispo de Rochester a que se adhieran a los deseos de Enrique VIII.  En resumen, concluía, «un espectáculo memorable».

Director de «Nueva Revista», doctor en Periodismo (Universidad de Navarra) y licenciado en Ciencias Físicas (Universidad Complutense de Madrid). Ha sido corresponsal de «ABC» y director de Comunicación del Ministerio de Educación y Cultura.