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Gabriel Busquets es diplomático. Licenciado en Derecho, ingresó en la carrera diplomática en 1977.Ha sido embajador de España en Argelia, Alemania, Irán y Suecia. Además, ha sido embajador en Misión Especial para Asuntos del Mediterráneo; director general de Política Exterior para el Mediterráneo, Oriente Medio y África; y subdirector general de Acción y Cooperación Cultural del Ministerio de Asuntos Exteriores. Ha estado destinado en las representaciones diplomáticas en Etiopía, República Federal de Alemania, Bélgica y Marruecos. 

Jesús Núñez Villaverde es codirector de IECAH (Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria).  Es economista por la Universidad Autónoma de Madrid y militar retirado. Experto en relaciones internacionales, seguridad internacional, construcción de la paz y prevención de conflictos violentos y mundo árabe-musulmán. Profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Pontificia de Comillas, así como miembro del International Institute for Strategic Studies y vocal del Comité español de la UNRWA.

Emilio Lamo de Espinosa es catedrático emérito de Sociología. Miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Vicepresidente de UNIR. Fue presidente del Instituto Elcano. Premio Nacional de Sociología y Ciencia Política.

Avance

La vecindad con el Magreb -y singularmente con Marruecos y Argelia- entraña riesgos y oportunidades, que analizaron Gabriel Busquets y Jesús Núñez Villaverde. Entre los primeros, el terrorismo, los flujos migratorios descontrolados y, en el caso de Marruecos, la reivindicación de Ceuta y Melilla. El hecho de que España sea el primer socio comercial de Marruecos, y que lo haya sido de Argelia, abre, por otro lado, un amplio abanico de oportunidades, que España debe aprovechar, porque «la inacción no es una alternitiva». Hablamos de agricultura, pesca, energía solar o agua. Es importante apostar por la cooperación y una interdependencia cada vez más densa para reducir las desigualdades en esos países y, por ende, la inestabilidad. Máxime en un contexto de carrera armamentística de Marruecos y Argelia, apoyados por EE.UU. y Rusia, respectivamente.

Los dos expertos analizaron también el cambio de postura de EE.UU. respecto al Sahara Occidental, al reconocer la soberanía marroquí, que quizá pueda obedecer a un giro estratégico, y destacaron los errores formales y de fondo del Gobierno español al aceptar ese cambio y no dar explicaciones a la opinión pública. Respecto al futuro de Ceuta y Melilla, descartaron que Marruecos vaya a materializar su vieja reivindicación, más allá del peso que pueda tener el factor demográfico de los musulmanes de las dos ciudades autónomas.

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La cooperación, singularmente con Marruecos y Argelia, es la gran alternativa de la polìtica exterior con el Magreb, coincidieron en señalar el diplomático
Gabriel Busquets y Jesús Núñez Villaverde, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria en la sesión titulada El Magreb ¿riesgo u oportunidad? Añadieron que lograr una interdependencia más densa y un colchón de intereses, sirve para atenuar los riesgos y las amenazas de los vecinos del Sur. 

Se trata de un nuevo debate del ciclo Pensar el siglo XXI, celebrado en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), que dirige y modera el catedrático Emilio Lamo de Espinosa, vicepresidente de UNIR. 

Emilio Lamo de Espinosa.

Este introdujo la sesión recordando que al Sur, España tiene “una gran frontera cultural, política, demográfica y socio-económica” con el Magreb (Marruecos, Argelia, Mauritania, Libia y Túnez); y que “la relación con nuestros vecinos ofrece oportunidades en comercio, inversiones, deslocalización near-shoring etc.. Ante los riesgos, “la mejor forma de estabilizar el Magreb es modernizarlo, mediante el crecimiento económico y buena gobernanza” apostilló. 

Gabriel Busquets manifestó que, “dada su vecindad, el Magreb constituye una prioridad de la política exterior española”, aunque advirtió que la región importa también a la Unión Europea. Esa vecindad “comporta oportunidades, riesgos y también desacuerdos que hay que gestionar”. 

Gabriel Busquets: “Hay que aprovechar las oportunidades… la inacción no es una alternativa”

Entre las oportunidades, hay que recordar que “España es el primer socio comercial de Marruecos, pasando por delante de Francia”; y respecto a Argelia, “España llegó a ser su primer socio comercial, hace diez años”, lo cual abre oportunidades no sólo en ámbitos tradicionales como la agricultura o la pesca, “sino también en otros nuevos como la energía o el agua”. 

Los riesgos siempre están ahí -agregó-, pero “hay que aprovechar las oportunidades que nos da la relación de vecindad e interdependencia, porque la inacción no es una alternativa”.  

Gabriel Busquets.

No prosperó, debido entre otros factores a las primaveras árabes, una iniciativa de cooperación regional, impulsada por el  Proceso de Barcelona y la Unión por el Mediterráneo, en los años 90, que hubiera supuesto la creación de zona de libre cambio. Ahora “sería necesaria una cooperación más estrecha desde la UE para obligar a esos países a lograr una mayor integración entre ellos”. Para ello, se impone redefinir estrategias para los países del  Magreb.

Por su parte, Jesús Núñez Villaverde, sostuvo que nuestra prioridad debería ser “reducir las desigualdades en los vecinos del Magreb, porque reducción de desigualdades se traduce en mayor nivel de seguridad, y en estabilidad, algo esencial en un espacio en el que tenemos tantos intereses en juego”.

Núñez Villaverde: “la estabilidad del Estrecho no solo le interesa a España y al Magreb sino también a las grandes potencias, con EE.UU. a la cabeza”.

Es clave “hacer más densa la interdependencia con esos países en los ámbitos global, social, político, diplomático…” No siempre se ha logrado, por lo que “la visión dominante es el Sur como amenaza”, ligada a “terrorismo, flujos migratorios descontrolados y, en el caso de Marruecos, cuestiones territoriales” añadió.

Jesús Núñez Villaverde.

En cuanto a oportunidades, hay “un potencial de cooperación en energía, pensando no tanto en el gas argelino o en el petróleo libio, como en energía solar”. Afirmó que “su desarrollo es nuestro desarrollo, su seguridad es nuestra seguridad”; y recordó que “la estabilidad del Estrecho no solo le interesa a España y al Magreb sino también a las grandes potencias, con EE.UU. a la cabeza”.

Preocupante carrera de armamentos de Marruecos y Argelia

Uno de los puntos más preocupantes -indicó Núñez- es “la carrera armamentística de Marruecos y Argelia luchando por el liderazgo del Magreb, lo que va a repercutir en la estabilidad del Mediterráneo occidental; de forma que nuestro principal esfuerzo debería ser aliviar la tensión que se está generando entre ellos”. Eso hay que añadir “el apoyo armamentístico de EE.UU. e Israel a Marruecos”, y que Rusia sigue el esquema de la Guerra Fría, “potenciando a Argelia como su principal actor en la zona”.

Sahara Occidental: Cambio de postura de EE.UU.

Ambos expertos abordaron la cuestión del Sahara Occidental, de actualidad tras el cambio de posición de EE.UU., al reconocer la soberanía marroquí de ese territorio. Jesús Núñez considera que “Marruecos cobra peso en la agenda estadounidense” y se pregunta si el cambio obedeció a “un capricho de Trump o si hay un giro estratégico de EE.UU”; si bien con “Biden no ha habido un paso atrás”. Todo ello “deja a los saharauis solos, ya que nadie les apoya, y Argelia no va a hacer de ello un casus belli”.

Coincidió con Lamo de Espinosa en indicar que, descartada la posibilidad de un Sahara independiente, “se ha perdido la oportunidad de un proceso que podría dar lugar a un protectorado, bajo control internacional”. 

Busquets señaló que “toda la política exterior de Rabat ha estado y está centrada en el Sahara Occidental”, que “Argelia dijo que nunca haría una guerra por el Sahara”, en tanto que Rusia, en esta cuestión “ha navegado entre dos aguas y lo que más le interesa son los recursos naturales de Mali y Níger, donde ahora está más presente”. Está claro que Marruecos quiere imponer su soberanía sobre el Sahara y habrá que ver con qué fórmula (incluido un referéndum, a través de una autonomía etc.) lo consigue. Pero “la solución definitiva pasa porque haya un reconocimiento internacional”. 

Tanto Busquets como Núñez destacaron los errores en las formas y en el fondo del cambio de postura del Gobierno español respecto al Sáhara, y singularmente “la falta de explicaciones”, comenzando por el hecho de que la opinión pública española se entera de ese cambio porque Rabat dió a conocer una carta del presidente español al rey de Marruecos; y siguiendo porque el Gobierno niega que se haya producido un giro. 

El futuro de Ceuta y Melilla

Respecto a la posibilidad de que se materialice, en un futuro, la reivindicación de Marruecos sobre Ceuta y Melilla, Jesús Núñez afirmó que “está fuera de la agenda pensar que eso va a ocurrir en términos militares”. Otra cosa es el factor demográfico, y que si más de la mitad de la población de Ceuta y Melilla tiene identidad musulmana se acabe traduciendo en que prefieran formar parte de Marruecos, si bien puede disuadirles la mayor renta per cápita que disfrutan siendo españoles. Busquets señaló, además, que “el de Ceuta y Melilla no solo es un tema de política exterior, sino también de política interior”.

Respecto al hecho de que las dos ciudades autónomas no estén bajo el paraguas de la OTAN, ambos expertos señalaron que este es “un debate formalista”, en la medida en que si se produjera una acción militar “la OTAN mostraría solidaridad con un aliado que se siente atacado”. Por otro lado y desde 1999, “la Alianza es una organización de seguridad global, que ya no se circunscribe solo al Atlántico Norte, como lo prueba que la mayor operación militar de toda su historia fuera la de Afganistán”. 

Doctor en Comunicación, periodista y escritor.