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El asunto requiere cabeza fría y ella ha procurado tenerla. Se trata de la periodista y crítica Belén Ester Casas, quien en su libro En tierra de hombres (Encuentro) propone una reflexión de la representación de las mujeres en el cine. Desde la figura de devotas madres y esposas, pasando por las calculadoras e insensibles femmes fatales del cine negro hasta las elaboraciones más contemporáneas.

Tras plantear un hilo histórico que visibiliza los cambios introducidos por el feminismo en la vida pública, Belén Ester Casas estudia de qué forma el cine ha absorbido esos cambios y cuál es la sustancia de las mujeres que aparecen hoy en géneros como la nueva comedia romántica o el drama.  No en vano, incluye una frase de Meryl Streep que marca una idea no exenta de debate: el cine ha hecho mucho más por “la mujer que todas las pancartas del mundo». ¿Realmente ha sido así?

A lo largo de 248 páginas, Belen Ester Casas recorre desde las heroínas de Walt Disney a películas de distintas épocas y géneros: La gran familia, Ben-Hur, Beautiful Girls o Pretty Woman hasta Gravity.  ¿Ha cambiado el papel de la mujer? ¿Cuál es su representación real en la industria? ¿Interesan a los hombres las películas realizadas por mujeres?  Estas son algunas de las preguntas que contesta la crítico y periodista en esta entrevista.

-¿Por qué su selección está basada, mayoritariamente, en cine americano?

-Era una cuestión de plazos y de responsabilidad también. Por eso intenté enfocarlo desde el punto de vista divulgativo y buscar aquel cine que fuese de mayor consumo y que tuviera mayores referencias para los lectores. También está trabajado el cine español y latinoamericano pero desde referencias generales.

-¿Realmente ha evolucionado la representación femenina? ¿La chica Bond es residual o, al contrario, una imagen arraigada?

-Contra lo que más arremeto en el libro es contra los estereotipos. Reniego de la mujer Bond, de la mujer florero. Parece que el cine de acción está dirigido a los hombres y a las mujeres que les acompañan. Eso hace pensar que no hay un cine hecho por mujeres. Estoy de acuerdo con el cine hecho por mujeres, pero no necesariamente de sólo un cine para mujeres. Por ejemplo: existe un cine bélico, que suele estar orientado hacia a los hombres pero que interesa a muchas mujeres. Resulta curioso en cambio que no exista un cine con una temática eminentemente femenina que interese al público masculino. Sexo en Nueva York no le interesa en lo más mínimo a un hombre e incluso a un cierto tipo de mujer. Las mujeres somos vistas como las que acompañamos a nuestros hijos o nuestra pareja al cine, o las que vemos productos generales, como un Woody Allen, que puede gustar a todo el mundo. Pero no se considera a la mujer como público en el cine. En la literatura sí.

-Eso condiciona su representación.

-Claro, porque las mujeres siguen siendo circundantes en las tramas de las películas. Son la madre de alguien, la esposa de alguien, la novia de alguien…

– Sin embargo hoy existen más directoras, guionistas, productoras ¿Pudo abrirse acaso un espacio para los relatos femeninos en los últimos años?

-En el libro trato, aunque menos de lo que quisiera, la mujer dentro del sector. ¿Cuántas directoras de montajes conocemos? Para nosotros sigue siendo extraordinario que una mujer gane un Oscar o que un año aumente el número de mujeres guionistas en Hollywood. Hollywood sigue siendo una tierra de hombres. Las mujeres ganan menos, los hombres siguen estando en los títulos antes. Películas protagonizadas por un elenco femenino, como Blue jasmin, suponen un 10% de los filmes que se producen. Si cualquier representación artística refleja una sociedad, a mí me cuesta pensar que las mujeres estemos en un 10% de la sociedad. Estamos en muchas más cosas.

-¿Cuál es el género cinematográfico que más daño ha hecho a la elaboración de un discurso y un personaje femenino? ¿Acaso la comedia romántica?

-En la comedia romántica todo suele ser muy extremo en la representación de la mujer, un género además hecho para mujeres. Siempre hay un canalla que las rescata de fracasos amorosos y alcanza la felicidad para siempre. La vida no es así.

-¿Qué culpa tiene Walt Disney en la creación, distribución, comercialización de una psicopatía de la princesa?

-Es cierto que buena parte de las películas de Disney están basadas en los cuentos clásicos, que tienen tela marinera, pero cuando Walt Disney crea una Blancanieves de 1930 está reflejando un tipo de niña de esa época. Las heroínas de Disney tienen un paradigma parecido: muy flacas, con la cintura muy pequeña. Son muy poquita cosa. Son mujeres que necesitan ser salvadas. Las dos películas menos taquilleras de Disney han sido Mulan y Brave, donde las heroínas son las más aguerridas. Su historia apela a un combate.

-¿Qué le parecen propuestas como la Furiosa de Mad Max? Ella es un personaje de mucho peso, justamente, una película de acción.

-Muchos fanáticos de Mad Max se quejaron por eso. Algo similar ocurre con La teniente O’Neil: una mujer que demuestra ser más fuerte que un hombre y cuando se enfrenta a lo más duro del equipo de élite de los EE UU, la violan. En el fondo, todo tiende a la sexualización y, dependiendo de qué tipo de productos, eso resulta más alarmante. Hay películas donde la sexualización es interesante y favorece a la historia, pero en la mayoría de los casos no es así. La industria del cine sigue siendo machista y las mujeres aceptamos eso. Todas las conquistas femeninas del siglo XX han estado a la par de la historia del cine. Cuando en las grandes comedias de los años treinta aparecen mujeres que hablan de igual a igual con los hombres, que tienen profesiones liberales, es porque han decidido no tener hijos. Hoy, en las comedias románticas, las mujeres son profesionales y llegan a todo. Y ahí sí partiré una lanza por la comedia romántica: sus heroínas pueden ser mayores y la mujer soltera ya no es una paria…

-¿Cómo se puede entender la femme fatale de los años treinta por ejemplo?

– La femme fatale es muy del cine negro. Y lo que me parece moderno de ellas es que utilizan su sexualidad sin vergüenza para dominar al hombre. Independientemente de que nos parezca aceptable moralmente, ellas tienen historia en sí misma. No son la mujer de nadie, ni la hija de nadie. Son personajes que anteceden el 68.

-¿Cómo entender la mujer en el cine español? Porque el destape complica la cosa.

-Es muy complejo. En el cine de Berlanga, por ejemplo, refleja la mujer de los treinta, cuarenta y cincuenta: personajes abnegados y circundantes con respecto al hombre… Y de ahí se pasa al Destape, con pequeñas heroínas como Marisol, que fue una niña explotada por la industria, o Lina Morgan. El cine del destape es muy malo, muy mediocre. Parecía que la única aspiración del español promedio era ver unos pechos. Eso tiene una razón. En España, para poder ver un desnudo, era necesario irse a Francia. Eso habla de una cultura sexual. En Latinoamérica no hay tanto pudor al momento de entender o mostrar el cuerpo. Somos producto y herederos de eso.

-¿Qué le parece la construcción de lo femenino que ha hecho, por ejemplo, Almodóvar en el cine español?

-Almodóvar, que se ha criado entre mujeres y lo construye casi todo alrededor de la matriarca, lo ha dicho: él está muy cerca de la figura de las mujeres. Tiene una parte, sobre todo en sus comienzos, muy delirante y tórrida, pero también creo que en su filmografía tiene una concepción de la mujer muy sólida. Desde Mujeres al borde de un ataque de nervios, en el que hay mucho melodrama, hasta otras más dramáticas como Volver.

-¿Cómo ha crecido en número, en España, la representación de mujeres?

-Donde la mujer está más implicada ahora es en la producción. También en maquillaje y vestuario. Existen directoras como Isabel Coixet, aunque hay que mencionar a Pilar Miró, en los ochenta. Pienso que es necesario reivindicarla … Sin embargo, en el cine en España, la presencia de mujeres detrás de una cámara sigue siendo muy residual. También en la parte ejecutiva del cine es poca la representación.

Karina Sainz Borgo (Caracas, Venezuela, 1982). Ha publicado los libros de periodismo Caracas hip-hop (2007) y Tráfico y Guaire. El país y sus intelectuales (2007) y mantiene el blog Crónicas barbitúricas. Trabaja como periodista especializada en temas culturales para medios digitales como Vozpopuli o Prodavinci.