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A partir de los años 50, en los que pudo disfrutarse una cierta apertura cultural, una importante generación de creadores polacos sorprendió al resto de los músicos europeos por su personalísima evolución, que no había permanecido nada al margen de las distintas estéticas (serialismo, aleatoriedad o nuevas grafías musicales) que agitaban al mundo musical occidental. Nacido en 1933 en Silesia (Polonia), Henryk Górecki es hoy uno de los más destacados compositores polacos.

Górecki ha sabido explotar las nuevas técnicas compositivas, pero siempre al servicio de una intención previa: la expresividad. Si sus primeras obras estaban concebidas para grandes masas orquestales, pronto se dirigió hacia los grupos de cámara. Pero su gran éxito mundial le llegó en 1976 con la Tercera Sinfonía Op. 36 para soprano y orquesta. La grabación de esta obra ha constituido un auténtico best-seller discográfico y ha contribuido de forma decisiva a su gran popularidad.

La música popular, en su esencia melódica y rítmica, la cita constante más o menos velada a los compositores anteriores -un modo de rendirles homenaje-, el minimalismo o música repetitiva basada en núcleos breves y un cierto aire solemne especialmente en los tiempos lentos, caracterizan la obra de este músico polaco, además de su gran afición por los contrastes sonoros.

Kleines Requiem für eine Polka Op. 66, obra escrita en 1993, está dedicada al Schonberg Ensemble que dirige Reinbert De Leeuw. La obra refleja los aspectos que antes señalábamos. Los movimientos extremos, de carácter meditativo, se hallan sostenidos por la solemnidad de las campanas y los acordes del piano y, en claro contraste, los tiempos centrales chocan por su ritmo trepidante y constante repetición. De la Polka, danza de origen bohemio, a la que lleva a la tumba en este Requiem, toma el ritmo binario y ese carácter repetitivo que la caracteriza.

De un estilo muy cercano es la Lerchenmusik Op. 53 (1984), que parece un ejercicio de inmovilidad musical, pues repite obsesivamente una pequeña serie de núcleos melódicos y rítmicos.

El conjunto de Reinbert De Leeuw está muy familiarizado con esta música y la interpreta con una gran compenetración y entusiasmo.

Para los que no conozcan aún la obra de Górecki se trata de un disco muy representativo de su estética, y para los que ya hayan escuchado la célebre Tercera Sinfonía será un modo de adentrarse en la obra de este autor a través de la música para pequeños conjuntos.

Profesora de música y periodista