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Sony Classical continúa publicando la colección Glenn Gould con la integral de las grabaciones realizadas por este gran pianista canadiense a lo largo de su vida. Antes de morir en 1982, había comenzado varios proyectos de grabaciones. Aunque ahora no aparezcan grabadas y ordenadas de la forma en que se proyectaron originalmente (pues faltaban algunas más por registrar), han sido editadas en disco y reprocesadas a la técnica digital.

Estos dos discos recién publicados forman parte del octavo volumen de una larga e interesante colección. En el primero se incluyen las obras de Bach que Gould registró con la intención de componer el Álbum Italiano de Bach y que nunca llegó a completar. En él se incluían obras como el Concierto Italiano, que Gould aborrecía, el arreglo para clave del propio Bach del Concierto en Re menor de Marcello, las dos fugas de Bach sobre temas de Albinoni y el Aria variata alia maniera italiana en La menor. No figuran los conciertos de Vivaldi que Bach rehizo en versión para clave y que Gould no llegó a grabar.

La Fantasía Cromática es una de las partituras más intrincadas de Bach, con la que pocos intérpretes se atreven y por la que Gould tampoco sentía gran aprecio, aunque la grabó y la tocaba con maestría. Más bonitas son las tres Fantasías y Fugas, que el pianista canadiense toca con más cariño. Asimismo, se recogen en este disco tres de las más bellas Sonatas de Scarlatti y una interesante Sonata de Cari Philipp Emanuel Bach, el hijo de Juan Sebastián que de forma más profunda se dedicó a la música para clave.

Una vez más hay que descubrirse ante las magníficas interpretaciones de este pianista, capaz de las mayores sutilezas expresivas y a la vez perfectamente riguroso con la dinámica y las intensidades de la música del tiempo de Bach. Gould lograba con el piano acercarse al sonido del clave, pero aprovechando con mesura los matices que brinda el piano. Poseía una gran agilidad en los dedos y en las partituras de Bach lograba un sonido muy equilibrado, cercano a la sonoridad más plana del clave.

El otro disco recoge dos «curiosidades», ambas obras compuestas por Glenn Gould: un Cuarteto de cuerda que consiguió estrenar en vida y una pieza coral en forma de fuga. El Cuarteto alcanza muy bellas sonoridades, pero está lleno de influencias e incluso tiene dos exposiciones de fuga, forma por la que Gould sentía un aprecio muy especial, después de haber estudiado tan en profundidad las de Bach. La pieza coral «So you want to write a fugue?», escrita para cuatro voces, sigue la forma de la fuga. Su texto explica de forma humorística cómo ha de componerse una fuga. Es una obra simpática nacida para un programa de televisión que merece la pena escucharse para conocer mejor la personalidad de este artista.

En muchas ocasiones, tanto en conciertos y festivales de música como en sus propios programas de televisión, Gould tocó en conjuntos de cámara. Como ejemplo, aquí se recogen fragmentos del Quinteto para piano en Sol menor de Shostakovich y fragmentos del poema coreográfico Aubade de Poulenc, tocados con un entusiasmo claramente perceptible. Y es que Glenn Gould era un hombre tan espontáneo en sus interpretaciones, que incluso las grabaciones más formales realizadas en estudio dejan oír la voz del pianista canturreando mientras toca.

Profesora de música y periodista